Los siete caballeros del espacio

Acercamientos peligrosos

Capítulo 24

Pasó una semana, Dabih se mantuvo alejado de mí y aunque hubiera querido acercarse, los otros estaban pendientes de mantenerlo lejos para que no dañara la relación que iniciaría con Heze, pues, decidieron que como ya las cosas habían quedado claras, dejarían que Heze y yo pasáramos más tiempo a solas mientras ellos se mantenían a cierta distancia que nos permitiera gozar de privacidad y, a la misma vez, les permitiera protegernos de cualquier amenaza.

Durante esos días mi supuesta alma gemela se encargó de brindarme todo tipo de atenciones, se había vuelto un galán y con sus actos tiernos lograba hacerme sentir cálida; sin embargo, no podía dejar de pensar en Dabih y en como ver su rostro triste me hacía sentir culpable.

Gracias a que ya no podían leer mi mente ni conocer mis sentimientos, podía dar cabida a los muchos pensamientos que invadían mi mente e intentaba comprender más a fondo lo que estaba sintiendo. Últimamente pensaba demasiado y seguía sin saber qué hacer. Por un lado, decían que era Heze de quien estaría enamorada en esta vida y por el otro estaba eso extraño que sentía por Dabih.

Después de analizar las consecuencias que vendrían de una mala decisión de mi parte, debido a que de mí dependía la vida de ellos y la formación de una nueva constelación necesaria para acabar con los malvados planes de Cronos, decidí hacer caso a lo que se supone que debía hacer: Completar la fusión con Heze.

—Preciosa, ¿me estás escuchando? —Preguntó Heze.

Estábamos sentados cerca de la Tienda Mágica descansando del entrenamiento.

—Eh, lo siento —contesté mirándolo a la cara.

—¿Y bien? ¿Qué era eso importante que querías decirme después de entrenar?

Tres días antes, él me había propuesto que fuera su novia en una linda cita en la cual me cantó la canción 'At my worst'. ¡Imaginen mi cara cuando empezó a entonar la primera estrofa!

Can I call you baby?
Can you be my friend?
Can you be my lover up until the very end?
Let me show you love, oh, I don't pretend
Stick by my side even when the world is givin' in, yeah.

Sentí que mi corazón se enterneció y cuando terminó de cantar me puse a llorar como una tonta. Nunca me habían dedicado una canción y que él mismo la cantara fue un gesto muy lindo. No obstante, me fue difícil dar una respuesta en ese momento, por lo que él me pidió que pensara bien y le diera una respuesta cuando me sintiera segura.

Había tomado una decisión y se la haría saber a Heze esa tarde.

—Acepto.

—¿Aceptas qué? —Levantó una ceja.

—Que acepto ser tu novia —evité mirarlo a los ojos porque me sentía nerviosa.

—¡¿En serio?! —Su rostro se había iluminado. Me abrazó y reía emocionado—. Estoy feliz de escucharte decir eso, ya puedo estar tranquilo sin tener que pensar en... En fin, ya no importa, ahora oficialmente somos novios.

Me separó con cuidado sin dejar de sostenerme por los hombros.

—No sabes cuánto había esperado este momento —sonrió con ternura—. Seré aún más feliz cuando completemos la fusión. Te prometo que haré todo para salvarte y...

Se detuvo antes de terminar la frase y con un delicado movimiento acercó su rostro hacia el mío y me besó.

En la noche, cuando todos nos reunimos para cenar, Heze les informó de lo que había pasado, creo que era algo que los demás ya se esperaban y no se mostraron afectados, a excepción de Dabih que se puso de pie y abandonó la mesa. Lo seguí con la mirada hasta verlo desaparecer por la puerta que llevaba a la sala.

—No te preocupes por él, podrá afrontarlo —musitó Zuben en voz baja.

Alpherg sería mi acompañante esa noche, y podía estar tranquila al pensar en lo que quisiera estando en su presencia.

—Tomaste la mejor decisión, Heze es con quien debes completar la fusión —comentó, recostándose de la cama plegable.

Hice una leve afirmación con mi cabeza y me acosté en mi cama mirando el techo. Pensaba: «Es la mejor decisión». Porque no dejaba de sentir esa sensación extraña, esa sensación de que quizás estaba cometiendo un error.

Me quedé dormida.

A media noche sentí unas leves palmaditas en mi brazo y una voz susurrando mi nombre. Abrí mis pesados ojos y a duras penas divisé una silueta de pie al lado de mi cama; estrujé mis ojos y volví a mirar. Era Dabih.

—¿Q-qué haces aquí? —Susurré para no despertar a Alpherg.

—Necesito que me acompañes.

—Pero los demás...

—Ellos no se darán cuenta, usé una flor del sueño y no se van a despertar por unas cuantas horas. Por favor, acompáñame.

Me senté en la cama y lo vi salir de la habitación.

Nos dirigimos hasta la Tienda Mágica porque estaba haciendo frío y no estábamos bien abrigados. Lo miré esperando que me explicara de qué trataba todo eso. Ambos permanecimos de pie y él me daba la espalda como si estuviera analizando muy bien lo que iba a decir.

—Cariño, no puedo hacerlo... No puedo alejarme de ti, no puedo dejarte ir con otro —se acercó peligrosamente y acarició mi cabello colocándolo detrás de mi oreja—. Sé que lo que sientes por mí es real, aún no logras darte cuenta de que me amas a mí y no a él.

—Dabih —mis ojos se cristalizaron—, yo... Es lo que debo hacer, así creo que fue determinado. Me duele que todos ustedes tengan que pasar por todo esto.

—¿Cómo sabes que así fue determinado? Lo que pasa contigo es algo diferente a lo que hayamos visto antes y ninguno de nosotros está seguro de cómo se llevarán las cosas. Los demás creen que debe ser Heze porque en cada vida te enamoraste de otro y es normal que te sientas atraída por él debido a la esencia, pero en esta última vida también hemos descubierto muchas cosas y una de esas es que te sientes atraída por mí y no, no es por lo que te dije de nuestra vida pasada.



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En el texto hay: dioses, secretos, poderes

Editado: 02.10.2021

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