Capítulo 26
Me había metido en serios problemas, era razonable que quisieran expulsarme del colegio y Zuben tuvo que intervenir ayudando a que Verónica y las demás confesaran todo lo que habían hecho que, durante años, me acosaron y que solo me defendí de ellas; aún declararon que en parte fueron culpables de la muerte de Francis. También Zuben usó su poder en los profesores para que obraran a mi favor, pues, los representantes de las chicas estaban presionando para que se me expulsara y querían levantar cargos en mi contra.
Las cosas se resolvieron después de dos largos días en los cuales se hicieron reuniones y hasta mi madre tuvo que ir al colegio. Por suerte, mi madre había cambiado un poco y parecía mostrar preocupación por la situación, al grado de que se echó toda la culpa por no estar casi presente en mi crianza.
Fui suspendida por tres días y aproveché ese tiempo para sacar a Tata a pasear al parque y también para despejar mi mente. Los chicos quisieron quedarse conmigo, no los dejé, aunque de igual forma se las arreglaron para nunca dejarme sola, así que el primer día suspendida me quedé con Skat y Dabih, el segundo con Kaus y Zuben, y el tercer día con Alpherg y Heze.
El último día de mi suspensión, fuimos nuevamente al parque y al regresar, Alpherg nos preparó algo de comer por lo que estuvimos agradecidos... Tata nos hizo correr mucho mientras jugábamos con él y estábamos agotados. Seguíamos siendo Heze, Alpherg y yo, los otros chicos llegarían una hora después.
—Debo ser sincero contigo, Maia. Estamos de acuerdo en no postergar mucho la fusión... No queremos que pase algo como en tus vidas anteriores —informó Alph sosteniendo un cubierto en su mano—. Lo mejor será que Heze y tú creen la nueva constelación antes de que algo malo pueda pasar.
—¿Todos saben de esto? —Coloqué mi tenedor a un lado del plato y lo miré interrogativa.
—Lo estuvimos conversando y estamos preocupados por lo que pueda suceder si no adelantamos la fecha.
—No sabía que había una fecha, creí que se haría cuando estuviera segura de que Heze es mi alma gemela.
—¿Cómo? —Indagó Heze frunciendo el entrecejo—. ¿Aún sigues insegura? Pensé que habías decidido ser mi novia porque tenías claros tus sentimientos.
Nadie más sabía de mis encuentros con Dabih y de que estaba más confundida que antes; si decía la verdad haría sufrir a Heze porque seguro se iba a sentir traicionado. Creí que más fácil sería acabar de una vez con lo que sea que tenía con Dabih, pues para él no era un secreto que yo había tomado una decisión y que era mejor que siguiera así porque tratar de cambiar algo nos pondría en riesgo a todos. Lo mejor era seguir con mi decisión de realizar la fusión con Heze.
—Sí, yo tomé una decisión, es solo que me parece muy rápido...
—No importa el tiempo, lo que importa es que nos amamos... Ya tendremos una eternidad para compartir —sonrió con ternura.
—Exacto, tendrán una eternidad —añadió Alpherg con sarcasmo y me pareció extraño—. En fin, Skat y Kaus dieron la sugerencia y los demás estuvimos de acuerdo. En una semana se hará la fusión y Heze cumplirá el sueño de todos. Terminaste siendo tú el que se quedara con ella —miraba al otro con cierto desprecio—, ¿no estás feliz por eso?
Heze se desmayó sobre la mesa y quise ayudarlo, pero empecé a sentirme soñolienta, sin fuerzas. Antes de perder el conocimiento, miré a nuestro acompañante quien nos veía desde el otro lado de la mesa, de pie y con los brazos cruzados sobre su abdomen.
—Lo siento mucho —fue lo último que le escuché decir.
Al despertar hallé que no podía moverme mucho, estaba atada a una silla de un material oscuro, como de cristal. Logré despertar bien luego de varios minutos e intenté comprender lo que estaba pasando buscando pistas a mi alrededor. Grandes paredes del mismo material de la silla se alzaban a los lados y me pareció estar sola en aquel lugar.
—¿Heze? —Pronuncié asustada—. ¿Heze dónde estás?
Iba a llamar a Alpherg también, pero recordé sus últimas palabras antes de desmayarme. «¿Él está haciendo esto? No, imposible... Él no sería capaz de hacernos daño. Seguro estoy alucinando y él se desmayó también, y quien sea que hizo esto nos raptó a los tres», pensé.
—Por fin despertó —anunció una voz gruesa a mi espalda.
No podía verlo, supe que venía acompañado porque oía sus pisadas acercándose. Y efectivamente, eran tres hombres vestidos de negro, que solo su presencia podía causar temor; reconocí a uno y concluí que eran Black Holes.
—¿Es ella?
—Sí, mi señor, es ella.
—Se ve muy humana e inofensiva —me miró de pies a cabeza con desagrado—. No puedo creer que les haya costado tanto atraparla.
—Mi señor, estaba siendo protegida por siete estrellas y el amo Cronos fue muy específico en decir que no debíamos levantar sospechas y traerla antes de la fusión como siempre lo hemos hecho.
—Lo bueno es que ya pronto acabará todo esto y lograremos nuestro cometido —contestó el que le dicen "mi señor".
—¿Q-quiénes son ustedes? ¿Qué quieren de mí? —Interrogué.
—Oh, cierto que no nos hemos presentado —dijo el líder con ironía—. Soy Ton, el Black Hole más poderoso del Universo, encantado de conocerte —se inclinó un poco.
—Yo soy Sagitario A, el Black Hole más poderoso de esta galaxia y este que está a mi lado no tiene mucha importancia, es un subordinado. Un placer volvernos a ver por séptima vez—ambos se inclinaron como si se estuvieran burlando de mí—. Estás aquí por órdenes de Cronos, no podemos darte más información, él se encargará de eso cuando venga.
Recordé el mensaje de la diosa Rea y temí por mi vida y la de los chicos.
—¿Dónde están mis amigos?
En ese instante, Sagitario A hizo señas a alguien detrás de mí y enfrente de nosotros las paredes se abrieron en dos revelando una especie de jaula y dentro de esta Heze se hallaba atado con fuertes cadenas en una especie de pirámide color dorado.