Un hombre solitario y enamorado enfrenta la partida de la mujer que él ama.
No es simplemente un viaje de ida. Es el adiós silencioso a una mujer a la cuál no le declaró su amor y decide escribir para contar sus sentimientos.
Declaración
Sonríe, ríe,
llora y se deprime.
En palabras,
quizás sin sentido
cuenta su razón.
Quiere contar y no puede
gritar lo que sucede.
Está herido por un amor.
El poeta escribe
y en soledad
cuenta su dolor.
Muerde sus labios
para callar.
Solo un lápiz
y una hoja de papel
son sus amigos
en este momento cruel.
Un amor que nunca fué,
se ha ido para no volver.
Deja atrás un soñador,
que no pudo declarar su amor.
Deja atrás un corazón herido.
Un romántico perdido.
Y esa hoja se convierte en carta
sellada con lágrimas.
Y sus versos corren
declarando lo que no pudo decir.
¡No te vayas,
no quiero verte partir!
Y sus letras se esparcieron
por los siete mares.
Y al volver
entro en duelo.
El amor no ha vuelto.
El poeta ha muerto.
Sin querer se le escapó un sueño.
El poeta yace muerto.
Conocieron su historia
y muchos se volvieron poetas,
buscando enamorar
y no perder a quien amar.
Y con cada amor que se va,
otro poeta la muerte enfrentará.