Luces en Diciembre

Lamentos

Me perdí o decidí despedirme.
Preferí huir,
peleaba con mi fantasma,
luchaba con mi monstruo,
y aunque ellos encontraban todo con gracia, decidí seguir conteniendo mi enojo.

Soltaba mi voz de poco a poco,
a ver si alguien la escuchaba,
a ver si alguien me socorría.
Callada al final mejor me quedaba
y muriendo en silencio,
fue el papel que me representaba.

Deje de intentar,
me conformaba con lo poco.
Lo mínimo que solo creía merecer,
el derrumbe fue inevitable,
acostumbrada al dolor disfrazado.

Quería salir corriendo,
deseaba ahogarme en mis lamentos,
quizás por primera vez me escucharían,
no por opinión,
sino por mis gritos de desesperación.

Adolescencia.
Aquella en la que debía dejarme denigrar para ser querida,
donde el silencio siempre fue mi mejor amiga.

¿Cuándo será el día que escuchen mi voz?
No solo por lamentos, sino en una conversación.




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