Tanto el amor como la verdad son cosas que van de la mano.
El alma se transforma y tu luz se expande con la persona adecuada.
Tiendes a entregar tanto y dejar poco,
Tiendes a brillar con él y por separado.
Solo eres alguien que ama.
Alguien que desea que lo amen.
—¿Es complicado el amar? — Preguntó ella.
—No, lo complicado es saber que tanto deseas ser vulnerable para hacerlo.
— ¿Y entonces porque me cuesta amarte?
—Porque quizás no soy tu persona adecuada.
—Quisiera que lo seas.
—El amor se transformó, en obsesión, en odio o rencor. ¿Cuál de las tres quieres que se vuelva, Su? — suspiré al ver su rostro que le estorbaba un mecho de cabello.
—En amor.
—Se volvió las tres cariño — sonreí.
Aquellas sábanas donde nuestros cuerpos fueron uno, eran testigos de lo que dio inicio de nuestro abismo.
Una simpleza.
Una cobardía.
Una obsesión.
Un sueño.
Solo una estadía de la locura de dos personas que ya no se amaban. No como antes, no como lo fue en enero de un año incierto.
Fue solo el final de su historia de amor, el final de dos.