Lucia, luz y poder

Capítulo XVI

Lucia está seria mientras nos explica lo acontecido en el transcurso de la mañana, aun así, y con ese dejo de preocupación continúa viéndose hermosa e imponente.

—Dinos que pasó, mantengamos la calma y no saquemos juicios anticipados, es lo mejor. —Dice mi abuelo mirando a Lucia, en un intento de tranquilizarla, en el movimiento de sus manos se nota cuán inquieta está.

—Como les iba contando, llegué aquí a la oficina, quise avisarles para que estuvieran a la escucha de la llamada, pero al ver el reloj me di cuenta de que no llegarían a tiempo y me dispuse a esperar la llamada —continúa su relato—. Me senté y puse el teléfono sobre el escritorio en espera de que sonara. No demoró mucho para comenzar a timbrar.

»Tomé la llamada y efectivamente, la voz al otro lado de la línea era la de Marcos. Lo sentí inquieto, desesperado, abrumado.

»Me dijo que me cuidara, que una vez él no esté, la tomarían contra mí, que lo tienen amenazado con matar a Brenda, primero lo hicieron con su mamá, pero que una vez ella falleció cambiaron de víctima para extorsionar y por eso lo del desvío de dinero. Me asegura que Brenda está al margen de todo esto. 

»Me pedía que la protegiera y que en la caja fuerte de la empresa, en el estuche del juego de collares de rubí, en él iba a encontrar una llave pegada en el fondo.

»También me explicó que me enviaría un mensaje con la dirección y las indicaciones para acceder al lugar que abre la llave.

»Que no lo llamara, pues, desechará el teléfono que utilizó, que él se comunica conmigo. Lo sentí angustiado, desesperado y me pidió que saque a la luz todas las pruebas una vez él no esté.

»Según él, el único modo que tiene de cuidar Brenda es no estando más. Cuando él no esté, ella no será instrumento de chantaje y quedará a salvo.

»Me pidió disculpas por todo, por comenzar una relación conmigo, que los planes de los tipos que lo acosan eran quitarme todo. Que al tomar el control y sacarlo a él del medio, estos se pusieron muy agresivos, no quieren dejar de hacer lo que venían haciendo acá y eso me pone en peligro.

»Le pedí que nos encontráramos, espero que acepte, quizás haya forma de salvarlos a ambos. Cuando me vuelva a llamar insistiré. —Ahora le encuentro sentido a lo que escuché, respiro aliviado, la miro, quedo hipnotizado, yo diría que esta mujer me tiene embrujado, embobado y lo mejor o lo peor, ya ni sé, es que lo disfruto.

—Considero que tus abuelos tienen que estar al tanto, es grave, muy grave —alerta mi abuelo—. Debemos ser discretos, pero hay que comunicárselo a la policía, no tenemos otra opción.

—Mi amigo, el comandante Jonás, nos puede orientar, me resulta extraño que no pidiera ayuda antes, sino que hasta ahora es como si hubiera mucho más de lo que está dispuesto admitir —les comento y mi abuelo asiente en aprobación, puede haber mucho más detrás de estos acontecimientos y es mejor estar alerta.

—Debemos aumentar la seguridad de la empresa, la tuya privada Lucia y la de tu círculo más cercano, no sabemos a qué no exponemos —interviene mi abuelo y admito que tiene razón—. Por unos días es mejor no andar expuestos.

—También quiero una auditoría, aquí en la empresa, la excusa puede ser el inicio de mi gestión —Pide ella tan segura como siempre—. Aquí me temo que hay más de lo que podemos intuir y quiero saber cuánto.

—Darek ocúpate de localizar a tu amigo Jonás y ponlo al tanto con urgencia para que intervengan ese teléfono antes de la próxima llamada —indica mi abuelo refiriéndose al teléfono que dejó Marcos— Yo me ocuparé de mover influencias y hacer todas las gestiones legales para las autorizaciones. 

—Yo daré indicaciones a Víctor para que contrate seguridad para todos e iré con los abuelos a explicarles la actuación —apunta Lucia mientras se incorpora de su silla.

—No puedes salir de aquí hasta que Jonás nos diga qué hacer —le dice mi abuelo—. Debemos proceder con cautela.

—Pero no quiero que ellos vengan hasta acá —argumenta Lucia, refiriéndose a sus abuelos y volviéndose a sentar con cara de derrota y angustia.

—Ellos no saben nada, por tanto, no se alarmarán, luego les explicamos. Primero lo primero —indica mi abuelo, quien le regala una sonrisa para tranquilizarla y palmea el dorso de su mano.

—De acuerdo, procedamos así —afirma Lucia, quien le devuelve  la sonrisa y le aprieta la mano de modo cariñoso.

—Creo que es lo mejor —confirmo yo y siento envidia de mi abuelo que le toma la mano tan libremente y a mí me toca disimular cuando lo que quiero es abrazarla—. Es mejor prevenir, no sabemos cuánto de verdad hay en la historia de Marcos, ni qué pretende.

—Estaré en mi bufete viendo los detalles y haciendo las diligencias correspondientes. Cuando llegue Jonás me avisan y surge algo nuevo también —comunica mi abuelo poniéndose de pie.

—Voy contigo para ayudar —propongo, aunque no quisiera dejarla sola.

—No, mejor te quedas acá, serás más útil, estaremos en contacto —dice mi abuelo mientras se dirige a la puerta—. Por ahora no comenten nada con nadie. 

Suspiro aliviado ante su petición, no quería separarme de Lucia y menos antes este panorama. Al salir cierra la puerta y me acerco a ella y la abrazo, mela en mis brazos.




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