Lucia, luz y poder

Capítulo XXVII

Narrador omnisciente.

La noche persiste con un aire pesado mientras las luces de la ambulancia destellan. El rugido del motor de un vehículo es la sinfonía de la captura de Marcos, oscuro arquitecto de los horrores que asolaron a Lucia y las demás mujeres.

La ambulancia se adentra en la oscuridad, llevando consigo el cuerpo maltrecho de Marcos, quien yace en una camilla, esposado y bajo la mirada vigilante de la policía.

En el hospital, el personal médico se apresura a atender sus heridas, su cuerpo marcado por el impacto y la violencia de sus propias acciones.

El comandante Jonás en la mañana le marca a Darek, su amigo, para darle informe de la situación. 

—Necesitamos que sepas que Marcos está vivo, pero su condición es crítica. —Le explica en tono serio.

 —¿Va a sobrevivir? —cuestiona sorprendido ante la gravedad del impacto sufrido por Marcos en su huida.

—Eso aún no está claro. Estamos esperando a ver cómo responde al tratamiento, está en cirugía. Luego de su recuperación, enfrentará las consecuencias de sus crímenes —asegura el comandante. El tiempo parece desdoblarse entre la incertidumbre y la expectativa. 

—Esta pesadilla tiene que llegar a su fin y él debe pagar por sus fechorías —responde en tono reflexivo, sintiendo el peso de la justicia pendiendo en el aire.

 

(***).

La habitación de Lucia se encuentra en un silencio denso después de la agitación de los últimos días, intentando descansar un poco luego de un reparador baño. Las paredes de su habitación, en casa de sus abuelos, se convierten en un refugio íntimo donde la joven intenta procesar los acontecimientos recientes.

Sumergida en un mar de pensamientos, sus ojos reflejan la tormenta interna que la ha acompañado desde que supo la escabrosa realidad que envuelve el actuar de Marcos.

«¿Cómo pude caer en sus mentiras? Todo este tiempo, creí sus engaños», reflexiona para sí misma exteriorizando sus pensamientos.

Recuerda las palabras de Brenda después del secuestro, una mujer cuya lealtad y amor fueron tergiversados por un manipulador sin escrúpulos.

 

Flashback.

—Marcos nos engañó a ambas, Lucia. Me hizo creer que él era la víctima, que tus padres le robaron a los suyos. Pero en realidad, él estaba lavando dinero y vendiendo mujeres utilizando tu empresa. —La verdad, cruda y desgarradora, la golpea como una ola furiosa. Brenda, en su desesperación, compartió la oscura realidad detrás de la fachada de Marcos.

—¿Cómo pude no verlo? Me mintió desde el principio —expresa con rabia contenida.

Fin del Flashback.

 

Se recuesta en la cama, el peso de la traición se mezcla con la gratitud por el rescate y la confusión de haber estado tan cerca de un peligro que nunca imaginó, iba a ser vendida, subastada.

La habitación se llena con el eco de sus pensamientos mientras reflexiona sobre la complejidad de las relaciones y las capas de engaños que tejieron su vida.

«Pero ahora sé la verdad. Y voy a enfrentarla», piensa decidida, lista para desentrañar los misterios ocultos, teniendo como bandera la fuerza de su verdad, la determinación de sanar y ayudar a las otras víctimas.

Lucia cierra los ojos, tratando de alejar las imágenes perturbadoras que han invadido su mente. Las palabras de Brenda, aunque dolorosas, y el accionar de Marcos, han destapado un oscuro rincón de engaños y traiciones que no sabía que existía.

«¿Cómo pude ser tan ingenua?». Las lágrimas se deslizan por sus mejillas mientras la verdad se despliega ante ella. El recuerdo de Marcos, el hombre en el que confió, el que traicionó su confianza en todas sus formas y sus crueles palabras en aquel horrible lugar, su manipulación y su crueldad. 

«Me dijo que tus padres le habían robado y que sería tu novio para quitarte todo. Pero en realidad, estaba lavando dinero en tu empresa y vendiendo mujeres y eso lo supe cuando me lo confesó al traerme aquí», recuerda la voz de Brenda, sus palabras y su dolor al descubrir el monstruo que es.

La realidad se cierne como una sombra, oscureciendo la realidad que ella pensó conocer. El dolor y la rabia se entrelazan en su corazón, formando un nudo que amenaza con estrangular cualquier atisbo de inocencia que aún le quede.

 

(***).

Las horas pasan lentamente hasta que, finalmente, el Comandante Jonás se vuelve a comunicar con Darek en la tarde del día siguiente del suceso.

—Marcos ha sobrevivido, pero su recuperación será larga. Apenas después de eso, enfrentará su juicio por todos los crímenes que ha cometido. —Le explica a Darek con determinación.

—La justicia debe prevalecer, él debe pagar. —Es su única respuesta ante la noticia que recibe.

—Estamos haciendo todo lo posible para asegurar que así sea —contesta serio—. La batalla por la redención y la verdad continúa, y traerá consigo la esperanza de un mañana libre de la influencia destructiva de Marcos.

 

(***).




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