Narrador omnisciente.
Al salir del restaurante, Darek y Lucia suben al auto y toman la carretera rumbo a la cabaña de Darek.
El suave susurro de la brisa nocturna acaricia las hojas de los árboles cercanos a la cabaña, mientras la pareja camina de la mano hacia el refugio a orillas del río. La luz de la luna se filtra entre las ramas, creando destellos plateados que iluminan el camino.
Al llegar, Lucia queda asombrada por la decoración cuidadosamente preparada. Luces titilaban en la terraza, y una manta suave yacía sobre el césped, adornada con cojines que invitan al descanso. Un sendero de pétalos de rosa la guía hacia la entrada, donde las velas parpadean en sincronía con el palpitar del corazón de ella.
—Darek, esto es increíble —sisea Lucia, su mirada refleja gratitud y anticipación.
—Quería que nuestro primer momento juntos, en la intimidad, fuera especial, como tú. —Le responde Darek mientras la abraza con ternura.
Juntos, se acomodan en la manta, rodeados por la serenidad de la naturaleza. El río, testigo silencioso de su amor, fluía con la misma calma que se extendía entre ellos.
Los dos comparten risas y susurros bajo el manto de las estrellas. Cada palabra y gesto eran una danza íntima, una conexión que supera las barreras del tiempo y el espacio. La magia de la noche parece envolverlos, creando un espacio solo para ellos dos.
Darek acaricia con suavidad la mejilla de Lucia, capturando en su mirada la profundidad de su amor.
—Lucia, cada momento contigo es un regalo. ¿Estás lista para compartir algo más profundo, más íntimo? —Ella asiente con una sonrisa que refleja complicidad y deseo. Las manos de Darek encuentran las suyas, entrelazando sus dedos con la delicadeza de quien sostiene un tesoro frágil.
La atmósfera esta impregnada de una tensión palpable mientras comparten el momento. Un silencio cómplice los envuelve, como si el universo mismo aguardara este instante.
Él, con mirada intensa, depredadora, oscurecida, acarició la mejilla de Lucia con la yema de sus dedos, trazando líneas invisibles de deseo. El suave susurro de la brisa jugueteaba con sus cabellos, añadiendo una melodía sutil al escenario.
—Lucia, tú que despiertas algo muy profundo en mí —confiesa Darek, su voz resuena, ronca, deseosa con un matiz de admiración y pasión.
Los ojos de Lucia capturan la intensidad de las palabras de Darek. Sus almas danzaban en una sinfonía silenciosa mientras se acercaban lentamente. La ansiedad del momento se dejaba sentir, como si el tiempo suspendiera su curso para presenciar esta conexión única.
Un suspiro escapó de los labios de ella mientras él se inclina, sellando el espacio entre ellos. Sus labios se encontraron en un beso que no solo transmite deseo, sino una entrega profunda y apasionada.
Las manos de Darek rodearon con suavidad su cintura, mientras ella responde al beso con una entrega que trasciende lo físico. El tiempo se dilató, extendiendo este instante en el que sus almas se entrelazan en una danza íntima.
El beso evolucionó, intensificándose con cada latido compartido. Fue un lenguaje silencioso, una danza de labios que narra la historia de dos almas entregándose y la ropa de ambos va desapareciendo mientras aumenta la necesidad de saciarse mutuamente. Los suspiros entre besos eran como susurros secretos compartidos, eran gemidos, cargados de deseos, de complacencia, de éxtasis.
Los sentimientos se expandieron en el aire, creando un vínculo mágico. Cada caricia de Darek y cada respuesta de Lucia formaban una conexión íntima, como si el universo mismo estuviera celebrando su amor.
Sus cuerpos danzan en una sinergia total, cadenciosa e intensa, como si fueran uno.
Es una entrega lenta, sin prisas, intensa, un disfrute total de dos cuerpos, de dos almas, de dos corazones sin reserva.
Entre promesas de amor se entregan el uno al otro en un compás de ternura y pasión. La noche se convierte en un canto de susurros y gemidos, tejiendo una conexión más allá del cuerpo, uniendo sus almas.
Cuando el río continúa su murmullo suave y la luz de la luna baña el rincón secreto que han creado, se acurrucan en la manta, abrazados por la serenidad de la noche. La cabaña, ahora llena de la esencia de su amor compartido, se convierte en el santuario donde florece una nueva etapa en la historia de Darek y Lucia.
(***).
En el espacioso taller de YourStyle, Aiza, Lucia y Verónica se sumergían en la efervescencia de la moda y la preparación para el desfile inaugural. La habitación resonaba con risas y susurros animados mientras revisaban las opciones de diseño y debatían sobre el impacto de cada elección.
—Chicas, esto es emocionante —exclama Verónica, sosteniendo un vestido delicadamente bordado—. Lucirá perfecto en el inicio de la coreografía. —Lucia asiente con entusiasmo, revisando los bocetos de la coreografía que han creado.
—Estoy emocionada por ver cómo todo cobra vida en el escenario. La danza de estilos será única —indica Lucia.
—Necesitamos que cada modelo destaque y al mismo tiempo contribuya a la armonía general. —Aiza, con su mirada analítica, observa cada detalle—. Será un desfile que deslumbrará a todos.