Luna Ancestral

Intermedio 3

Ahora estaba más cerca, aunque al mismo tiempo, al pertenecer al servicio de la cocina, no tenía permitido salir de ahí; a pesar de ello, la mujer a su cargo terminó por darle tareas diferentes, porque su falta de experiencia fue bastante notoria.

Su nuevo rol era el de limpiarlo todo en la cocina, lo cual pronto se percató de que era algo aún más agotador, aunque su orgullo no le dejó rendirse tan fácilmente y a veces, cuando no había nadie cerca, usaba sus conocimientos en magia, para ayudarse.

Uno de esos días, la encargada de llevar la comida a la mesa enfermó y aprovechando esto, de inmediato se ofreció para ayudar con algunas de sus tareas.

Ese día, gracias a su ingenio, finalmente pudo conocer más que la cocina. 

La cabaña en que estaba era enorme, la mesa que estaba ayudando a preparar también lo era, pero también pudo comprobar que la familia de su captor era igual de abundante. 

Aquel guerrero ya tenía una esposa.

A pesar de todo, aquello le entristeció.

¿Cómo era posible que el amuleto hubiera reaccionado así, ante alguien que claramente no podía ser dueño de su amor?

Trato de permanecer en silencio, de pie en una esquina, esperando la siguiente orden que aquel hombre o su familia le darían, aunque eso no impedía que escuchara y se enterara de muchas cosas sucedidas mientras aún permanecía esclavizada.

Aquel reino, su reino, había vuelto a atacar con el objetivo de tener venganza por la muerte de la doncella guerrera que tiempo atrás fue, se enteró; al día siguiente su captor volvería a la batalla, sin saber que esa doncella era ella.

La familia completa viajaría a una zona más cercana al lugar en que la batalla se llevaría a cabo y llevarían consigo sólo a la servidumbre más necesaria. Por eso rogó a la cocinera para que la llevara.

Estaba segura de que, a pesar del cansancio y la falta de entrenamiento, pero gracias a que en aquel lugar no tendrían tanta vigilancia, podría escapar y acercarse hasta el lugar de la batalla para así volver a reunirse con su ejército.

Y así lo hizo, un día en que la habían enviado a buscar setas, aprovechó el momento para guiar sus pasos entre el bosque e incluso simular que había sufrido un accidente para así evitar que la buscaran durante un prolongado tiempo.

Pero su cansancio era demasiado, por lo que sus pasos fueron reduciendo velocidad y rumbo, hasta que en algún momento se supo pérdida.

Había caminado tanto, también había perdido la cuenta de los días y en todo ese tiempo no pudo llegar a ningún lado y valiéndose únicamente de sus conocimientos y el pequeño cuchillo que había llevado consigo, había conseguido comer algunos frutos y hongos que encontraba a su paso; entonces decidió que lo mejor para ella era buscar un lugar en el cual pasar algunos días, antes de continuar su marcha.

Al menos ya no era esclava de su enemigo, al menos la espesura del bosque la protegería de ser encontrada por su captor.

Consciente de que no debía gastar mucha energía, cerca de un pequeño riachuelo encontró una cueva que usó como refugio, tendría agua, un sitio donde descansar y algunos peces con los que alimentarse.

Por primera vez, en mucho tiempo, se sintió tan tranquila, que no pudo evitar pensar en el talismán que le habían robado.

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