Luna de muertos

Capítulo 2.

La manada estaba en el río acordado todo para llevar a cabo la costumbre que su difunto alfa les enseñó. Algunos estaban en la orilla del río, estos eran principalmente los que trasladaron el cuerpo hasta el lugar y serían los que prenderían fuego al mismo; en el puente estaban recargados unos cuantos, viendo de lejos el acontecimiento, entre estos pocos estaba Lexi que vio llegar a los primos Barrow.

— ¿No deberían estar abajo? —Preguntó con un tono golpeado— La mayoría está ahí, creo que deberían bajar.

Terminó de hablar y regresó sus ojos hacia el río donde estaban por prender la antorcha hecha de madera y tela bañada con gasolina.

—No creo que sea muy correcto estar ahí cuando es por nosotros que él está muerto —contestó a secas el rubio.

— ¿Correcto? —Masculló irritada— Nada de esto es correcto.

Los tres se quedaron parados frente al barandal del puente, Lexi y Mason recargaron sus brazos sobre este mientras que Jace solo se quedó parado con los brazos cruzados en medio de ellos dos, y todos observaban como la antorcha empezó a arder con una fuerte llama que fue llevada hacia la canoa donde yacía el cuerpo sin vida de John acompañado de rosas y margaritas blancas.

Otros miembros de la manada empujaron la canoa hacia el río metiéndose un poco en él para darle impulso, y la dejaron irse mientras el fuego incrementaba quemando todo lo que hubiera en ella.

“¿Qué pasará ahora?” “La manada no puede estar sin un alfa por mucho tiempo”

“Alguien deberá tomar el lugar de John” “ ¡No jodas, no lleva ni un día muerto!”

Los comentarios de algunos llegaron a oídos de Lexi, a quien no le agradaron nada y terminaron de molestarla más, haciéndola querer actuar, pero Jace la sujetó del brazo antes.

—Tarde o temprano llegarían esos comentarios —expresó Mason acercándose a los otros dos.

—Fue muy temprano diría yo —protestó Lexi.

—Pero tienen razón —intervino Monik que subió al puente—, y aunque nos moleste, ustedes como yo sabemos que es cierto…la manada no podrá estar mucho tiempo sin un líder —dijo melancólica.

— ¿Y pretendes que uno de esos imbéciles que ni bien murió John ya planearon postularse como el nuevo alfa se vuelva el líder de esta manada? —Objetó Jace— Más vale que bromees Monik.

—Sabes que sucederá —sentenció—, a menos…

— ¿A menos que qué? —Cuestionó molesta la castaña— ¿Qué otra cosa se puede hacer para que no lo sean?

—Que haya otro que quiera ser el alfa —afirmó inquieto Mason.

Monik arqueó ligeramente una ceja porque sabía que atinarían a su idea, pero los continuó viendo esperando que descifraran por completo lo que quería decirles.

—Eso no pasará —aseguró Lexi—, nadie querrá tomar el liderazgo si alguno de ellos lo quiere…y aunque lo hubiera nadie querría seguirlo.

—Claro que querrán —afirmó convencida Monik—, siempre y cuando…sea uno de ustedes —miró fijo a los Barrow—, toda la manada confía ciegamente en ambos al igual que John lo hacía.

—El grupo de Milton es fuerte e intimidante…es como una especie de equipo bullying —mencionó la castaña—, se asegurarán de que nadie quiera seguir a algún otro.

—Lexi tiene razón —añadió Jace—, además sería como una especie de guerra civil…ocasionarla no haría que empezáramos bien como un posible alfa.

—Eres por naturaleza un alfa verdadero, pero los alfas toman decisiones difíciles, decisiones que nadie quiere tomar y si no puedes con eso, entonces no podrás ser uno real —dijo sin tapujos ni titubeos al hablar.

—No entiendo de que carajo hablan —se quejó Lexi—, ¿no es solo cuestión de someterlo a votación?

—No… —apretó la mandíbula Mason— Si hay más de uno que quiera ser alfa la única forma de obtener el liderazgo es ganarle a tu oponente.

— ¿En un partida de ajedrez? —Dijo sarcástica— Habla sin rodeos Mason, tú llevas siendo lobo más de 7 años yo llevo solo unos meses.

—Un duelo —respondió el rubio—, los contrincantes deben pelear a muerte en un duelo de cuerpo a cuerpo…para ganar debes matar al oponente.

— ¿Qué? Es una metáfora ¿no? —Frunció el ceño indignada.

Monik negó con su cabeza y los chicos se callaron.

—Milton entrena todas las mañanas y noches sin falta, además tiene actitud de ser un posible asesino serial ¿y pretenden luchar contra él? —Protestó— Resultarían muy heridos o aún peor, él no se detendrá hasta ganar y no se ofendan, pero son muy blandos como para matar a alguien por poder.

Cuando Lexi terminó de hablar nadie más objetó porque en efecto, eran demasiado buenos para hacer una atrocidad como esa solo para obtener el poder sobre otros, la única forma en que pudieron haber matado a otro ser vivo es si la razón lo ameritaba, como salvar a alguien que querían o si no tenían otra opción para sobrevivir.

Faltaban unas cuantas horas para que empezara a amanecer, en cuanto el cuerpo en llamas se alejó lo suficiente como para no verlo desde la orilla todos se fueron de regreso al refugio, pero los tres que estaban en el puente se quedaron un momento más ya que ellos aún lograban ver la llama que se volvió pequeña al verse tan lejana pero antes Monik se despidió de ellos y se marchó con el resto.

Finalmente amaneció.

— ¿Sigues aquí? —Preguntó soñolienta Lydia— Creí que te irías con Miranda y Alec.

—Decidí quedarme…ya intentaron atacarla antes por lo que podrían volver —respondió Elijah aclarando su garganta—, no me perdonaría si la volvieran a lastimar.

Una tenue vergüenza se pudo notar en la forma de hablar del vampiro que desvió su mirada al hacerlo. La chica sonrió al ver esa actitud, pero no dijo nada.

—No creo que vuelvan por mí, solo fui una distracción momentánea…el cebo en todo este asunto —dijo con dolor mientras se acomodaba para sentarse.

Elijah se paró veloz para ayudar a la chica.

—Debería tomarlo con calma —acomodó las almohadas por ella—. Salió de una cirugía hace menos de doce horas…su madre ya lo sabe y quiso venir, pero no permitían visitas así que vendrá más tarde.




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