Luna de muertos

Capítulo 4.

Miranda y Alec llegaron al hospital justo cuando la doctora Thompson les ordenó marcharse a los otros tres chicos que habían ido a ver a la pelirroja.

—Que buena forma de no llamar la atención tienen esos tres —comentó Alec mientras merodeaban por el pasillo.

—No creo que ahora nos dejen pasar a verla —se quejó Miranda—, tendremos que entrar sin que nos vean.

— ¿Les dijiste que encontramos una forma de despertar a Liam? —Habló, pero no fue escuchado— ¿Miranda? Ah…claro que no.

—No era necesario, solo debemos entrar y extraer un poco de su sangre para el ritual.

La rubia veía de reojo a sus alrededores y cuando nadie pasaba aprovechó para tomar a la primer enfermera que pasó y noquearla para ponerse su uniforme en el cuarto de limpieza que había en cada piso.

— ¿Y esto si era necesario? —Dijo sarcástico para molestarla.

—Solo ve que nadie entre a ese cuarto y que la enfermera no despierte —ordenó irritada—, no tardaré mucho.

Miranda entró al cuarto de Lissa y se apuró a tomar su sangre para guardarla en un frasquito de vidrio.

—No sé quién eres, pero espero que seas Lissa… —miró a la pelirroja con tristeza— Debes despertar, por favor…

Guardó el frasco en su uniforme y volvió a acomodar el brazo de la chica a como estaba antes.

—Ojalá que esto funcione para despertar a Liam —masculló.

Salió apurada para que nadie la viera y fue hasta donde estaba Alec.

—Salgamos de aquí —ordenó la rubia—, sube al cuarto de Lydia…los Barrow o Elijah deben saber dónde ubicar a una bruja de sangre.

— ¿Los Barrow? —La vio jocoso— Ajá…creí que dijiste que no eran necesarios ¿Por qué el cambio?

—La bruja que tenía no aceptó y necesitamos a una para el ritual.

—Bien…¿y que harás tú?

—Prepararé las cosas y a Liam —dijo determinada—, hoy mismo despertará.

El chico la vio inseguro, pero obedeció y salió para dejar que se cambiara.

— ¿Un ritual de sangre? —Alegó Mason— ¿no creyeron necesario decirnos?

—Miranda no está…en sus cinco sentidos, es mejor no cuestionarla cuando se pone así —suspiró.

Lydia oía todo sin entender mucho lo que pasaba.

—Ya le dije a Elijah… —avisó Lexi guardando su celular— Conoce a una y cree que podría ayudarnos pero que querrá algo a cambio.

—Artefactos mágicos seguramente —expresó de mal genio Alec—, esas brujas tienen un gusto raro y muy obsesivo por ellos.

— ¿Cómo una especie de fetiche?

—Las brujas tienen fetiches ¿Quién lo diría? —Bromeó sarcástico el rubio.

—Si…algo así, lo explico luego ahora debo ir a la iglesia VK por algunos artefactos que dejó mi tío ahí.

—Te llevo —dijo Jace, pero luego recibió un golpe de Mason.

—Yo lo hago.

—Como sea, solo no estrelles mi auto —ordenó el rubio entregando sus llaves.

Después de que ambos se fueran, Jace y Lexi se despidieron de Lydia para dejarla descansar y no seguir abrumándola más con los líos que tenían.

En un rato después se juntaron todos en el refugio para el misterioso ritual.

—Qué mujer tan…interesante —susurró Lexi.

La bruja tenía una cicatriz que partía por la mitad a uno de sus ojos grises lo que la hacía verse más intimidante y un tanto peligrosa, además de que usaba unos accesorios peculiares como collares hechos de huesos y dijes con formas extrañas.

—La sangre de la bruja invasora —ordenó la bruja

—La sangre no es de quien hizo esto, sino de su hermana… pero son gemelas y estaban en la fusión —expresó nerviosa la rubia.

—Elijah me lo comentó, no importa solo dénmela y…necesito una pertenencia significativa de su amigo.

— ¿Funciona el collar que le dio una amiga? —Entregó Miranda a la mujer— Fue un regalo por su cumpleaños.

—Si es importante para él entonces si —contestó desinteresada.

Los chicos prendieron velas rojas en circulo alrededor del cuerpo de Liam que fue extendido en el piso del cuarto mientras la mujer buscaba las palabras del ritual en su grimorio.

—Necesito su sangre —ordenó entregándoles una daga.

—El ritual que leí no decía nada sobre sangre ajena —reclamó Miranda—, ¿por qué usted la pide?

—Esta no es la sangre de la invasora que puso a dormir a tu amigo —miró el frasco con sangre—, se siente…liviana, las brujas con sangre pesada tienden a que sus hechizos sean más resistentes, por lo que esta sangre no bastará para romper el de la invasora.

—Nivelar la carga sanguínea mágica ¿eso es? —frunció el ceño Lexi— Solo diga eso y ya.

La castaña le arrebató la daga a la bruja para cortar su palma.

—Agh —se quejó—, plata esmaltada…que conveniente —arqueó sus cejas—. Ya está ¿Dónde la quiere?

—Pónganla en este tarro —acercó el objeto.

Un tarro de apariencia antigua y un poco descuidada estaba almacenando sangre de todos los amigos de Liam que estaban presentes, derramaron suficiente sangre pare llenar medio tarro.

—No lo cierres —demandó enseguida cuando vio lo que Jace estaba por hacer—. Esa cosa se cerrará hasta que el ritual haya acabado.

El rubio se encogió de hombros y puso el tarro en el suelo junto a la mujer.

—Ahora salgan del círculo.

Todos caminaron hacia atrás con una actitud un poco escéptica.

— ¿De dónde conoces a esta mujer? —Le susurró Lexi al vampiro— Tienes amigos raros.

—Es una larga historia…y por supuesto que los tengo, sino no estaría aquí —sonrió jocoso.

La mujer empezó a recitar una palabras en un idioma extraño mientras marcaba con la sangre de Lissa el mismo símbolo en la frente y manos de Liam, luego con la daga que usaron para cortarse revolvió la sangre del tarro con otros ingredientes y la usó para cortar a Liam en el pecho, creando otro símbolo más grande.

Las velas empezaron a consumirse rápido conforme la bruja recitaba el hechizo con más fuerza, así mismo los símbolos pintados y tallados en el cuerpo de Liam comenzaron a arder, los pintados superficialmente dejaban una cicatriz mientras se iba consumiendo su llama, pero el que hizo con la daga se iba hundiendo en el cuerpo sin dejar de arder.




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