Luna de muertos

Capítulo 13.

Melissa pasó sedada hasta la noche siguiente. Durante ese tiempo la manada preparó todo para el duelo entre Mason y Milton, para ello requerían de todos los miembros de la manada por lo que Jace buscó a Liam para llevarlo.

El chico se encontraba demacrado por la falta de sueño que sus pesadillas le generaron, incluso hubieron noches en que Liam prefirió no dormir para no sufrir por ellas o para no preocupar a su madre con sus gritos en las madrugadas. Para no inquietarlo Lexi lo dejó en su cuarto hasta que acabase el duelo.

— ¿Cómo está? —Preguntó Alec al verla salir del cuarto.

—Mal, jodidamente mal —susurró molesta—. Lo que le haya hecho esa perra invade mentes lo dejó mal, la bruja de Elijah solo lo hizo despertar, pero no quitó todo lo que le hizo.

Alec iba a darle un abrazo para apoyarla, pero Monik llegó antes.

—Chicos…ya va a comenzar.

—Espero que Mason lo logre sino estamos jodidos…sobre todo Liam —masculló preocupada viendo hacia la puerta del cuarto.

Todos estaban afuera en el patio frontal, donde arreglaron el espacio para su pelea. En cada esquina se encontraban antorchas flamantes.

Miranda estaba adentro sentada en el comedor cuando antes de irse Mason se acercó a ella.

—Sé que no estás de acuerdo en esto, pero aun así agradezco que estés aquí…de verdad —le dijo en voz baja junto a ella.

La rubia asintió sin dar palabra y el chico frunció sus labios desanimado, luego se fue.

Tras el primer round, el equipo empezó a preocuparse pues Mason había quedado bastante adolorido por los golpes que recibió.

“¿Crees que resista?” “Seguro pierde el duelo” “Milton es mejor a puño cerrado”

—Imbéciles —protestó Lexi al oír los comentarios—. Intenten pelear a puño cerrado cuando han pasado la mitad de su vida peleando a garras y colmillos.

—Calma —dijo Elijah—, Mason es fuerte y es bueno peleando solo debe aguantar el dolor…un poco más.

—Elijah tiene razón —intervino serio Jace—, Mason estará bien ahora me preocupa otra cosa.

El rubio buscaba desesperadamente entre la gente.

— ¿Qué buscas Jace? Desde hace rato estás así —alegó la chica.

—No encuentro a los amigos de Milton…se me hace raro que no estén aquí justo ahora —respondió intranquilo.

—Liam…

Lexi salió corriendo al cuarto de Liam luego la siguió Jace que le pidió a Elijah que se quedara a vigilar el duelo.

—No está —expresó agitada—, debemos buscarlo.

—Vi a los amigos de Milton saliendo de la cocina…no están con él.

— ¿La cocina? —Masculló pensativa— La cocina tiene una puerta hacia atrás… ¡En el gimnasio!

Ambos salieron corriendo lo más rápido que sus cuerpos les permitía.

— ¡Liam! —Gritó Lexi al verlo con unos galones de gasolina— ¡Alto!

Liam estaba afuera del gimnasio con los tanques de gasolina que usaban para los funerales a un costado suyo y rumbo a ellos había derramado la gasolina que sobró del funeral de John, también traía consigo un encendedor.

—Liam detente por favor —pidió Jace acercándose lentamente—, baja eso.

— ¡Aléjense! Yo…yo debo hacer esto —afirmó mostrando el encendedor—, es lo correcto, ya no quiero que muera nadie más por mi culpa.

La mirada de Liam se perdió conforme sus lágrimas bajaron por su rostro ojeroso y faltante de vida.

—Nadie va a morir Liam —dijo desesperado—, solo baja eso y ven con nosotros.

Jace estaba dando pasos lentos para llegar a Liam y poder detenerlo sin que este tomase una decisión precipitada e irreparable. El rubio estaba preocupado sin saber cómo convencerlo, él y Lexi tenían los ojos lagrimosos por ver a su amigo sufriendo.

—Liam por favor… —pidió Lexi atrás viendo.

— ¡Es que no lo entienden! —Exclamó desesperado— Todos los que quiero morirán por mi culpa…Alice tenía razón —admitió llorando—, si Injae se hubiera quedado estaría muerta por mi culpa y seguro ustedes también lo estarán.

—Alice tenía serios problemas ¡Se hizo pasar por su hermana! —Alegó Jace— No debes hacerle caso, Injae está bien y nosotros también…ahora dame el encendedor y toma mi mano.

Jace caminó por el charco de gasolina hasta estar frente a frente con Liam, le extendió su mano con la esperanza en su pecho de que la tomara.

—No merezco vivir —susurró—, la manada tiene razón…yo maté a John, él me ayudó y ahora está muerto por mi culpa.

—Liam eso no fue culpa tuyo ¡Fue de Alice! —Intervino Lexi— Y en cuanto a la manada lo resolveremos juntos, solo ven por favor.

—No puedes decir que no lo fue Lexi ¡atravesé su pecho!—respondió iracundo—, tú no sabes lo que es matar a alguien a quien querías…

Lexi vaciló un poco para seguir hablando, pero luego dio unos pasos y respiró hondo para tomar valor y decir lo que quería, aunque eso le trajera malos recuerdos.

—De hecho, si lo sé… ¿Recuerdas lo que te conté de mi mamá?

—Eso fue un accidente Lexi…no sabías que iban a chocar —alegó alterado.

—Pero es que hubo algo que no te dije —confesó cabizbaja—. Ese día íbamos discutiendo y yo le dije cosas terribles, dije que la odiaba y que deseaba que muriera…

Su voz se quebró por completo y apretó sus ojos soltando lagrimas amargas cubiertas de tanto dolor.

—Cuando me voy a dormir cada noche…aún puedo ver claramente sus ojos por el retrovisor, su mirada dolida y decepcionada —añadió rompiendo en llanto—. Yo la maté, ella chocó por mi culpa…yo si la maté, pero tú no le hiciste eso a John y él lo sabía. ¡Tienes que creerme! Él no te culpó Liam.

La muralla que Liam puso a su alrededor para no cambiar de opinión sobre lo que iba a hacer se quebrantó, pero un tremendo bullicio proveniente del duelo sobresaltó al chico, dejando que soltara por accidente el encendedor.

— ¡No! —Gritó Lexi.

Tan pronto como vio que el encendedor cayó de la mano de Liam corrió con toda su fuerza hasta ellos para empujarlos y alejarlos, aunque sea un poco de la explosión que se originó, manteniéndolos con vida a penas.




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