Año 2025.
En la mañana siguiente Marie despertó temprano y bajó mientras todos seguían dormidos, fue a la cocina a cortar algunas frutas para un licuado y sin pensarlo mucho encendió la licuadora en el último nivel.
— ¡Qué diablos! —Gritó Alec cayéndose del sofá.
El sonido despertó de golpe a todos y por la terrible reseca que iban a tener el resto del día, el ruido les causó pronto un gran dolor de cabeza.
— ¿Lo hizo a propósito señora Hale? —Preguntó Lydia apenas pudiendo abrir los ojos por la luz.
Marie solo sirvió su licuado sin decir nada y desde el piso de la sala se quejó Melissa.
—Agh…esto duele —dijo sosteniendo su cabeza— ¿Por qué nadie me lo dijo antes?
—No volvamos a hacer esto nunca —ordenó adolorida Miranda—, las escaleras son muy duras…
Todos asintieron decididos como si en verdad fuesen a cumplir, aunque claramente no lo harían y la mujer lo sabía por eso solo oía mientras se reía internamente al beber su licuado.
—Siguen siendo unos niños… —masculló Marie Hale.
Jace le dio un pequeño golpe a Elijah al oír a la madre de Liam.
— ¿No se suponía que tú eras el adulto aquí? —Reclamó en voz baja— ¿Por qué nos dejaste hacer esto?
— ¿Adulto? ¡Todos son mayores de edad! —Protestó.
Todos se sobresaltaron y voltearon a ver la inesperada reacción del vampiro.
— ¡No grites Elijah!
— ¡Tampoco grites Lexi! —Regañó Mason.
— ¡Cállense todos!
Sin objetar todos guardaron silencio al oír la orden de Marie.
—Párense del piso y limpien este desastre… —añadió y volvió a su cuarto.
En la tarde Miranda estaba en su cuarto del refugio cuando Mason entró.
—Bebe esto —entregó un vaso con agua efervescente—, sirve para la reseca.
—Ah gracias.
Se levantó de la cama con la coleta de cabello despeinada por tratar de dormir; sin ganas tomó el vaso con la mirada en el suelo.
— ¿Recuerdas…algo de anoche? —Vaciló ella mientras bebía.
— ¿Antes o después de que trataste de besarme?
Miranda calló por la vergüenza y Mason solo se rio.
—Dios que vergüenza —afirmó dándose la vuelta—, lo siento tanto Mason.
—Yo no —respondió firme—, a menos que lo sientas porque en realidad no querías hacerlo.
Mason se mantuvo parado frente a la puerta mientras veía a la rubia de espaldas, poner el vaso sobre la mesita frente a la cama y después ir hacia la ventana; le escuchó sus latidos ir y venir seguidos de una hiperventilación repentina.
—Lates muy rápido —comentó—. Estabas ebria y no…
La chica se giró y dio pasos rápidos hasta él, jaló del cuello de su camiseta para pegarlo contra ella mientras que con la otra mano sujetaba su cuello y así poder besarlo.
—Ahora estoy muy sobria —expresó cerca de sus labios.
— ¿Por qué tan de repente? —La vio extrañado.
—Dijiste que sería cuando estuviera sobria y pensé…¿por qué no ahora?
Mason pasó su dedo por la frente de la chica hasta su mentón y elevó un poco su rostro mientras ella mantenía los ojos cerrados disfrutando el delicado tacto del chico. Primero le dio un beso más suave y cuando ella correspondió la intensidad subió; Mason sujetó sus mejillas mientras ella se aferraba a sus brazos por la parte de sus codos para evitar caerse cuando empezaron a caminar más hacia adentro del cuarto en dirección de la cama.
Miranda bajó sus manos al abdomen del chico, levantó la camiseta y cuando él se dio cuenta soltó a la chica para quitársela él mismo luego la jaló del cuello para besarla de nuevo; Mason bajó sus manos para desabrocharle la blusa de manga larga y se la arrebató en cuestión de milisegundos, se detuvieron un momento y él acarició su labio inferior con su pulgar, después la empujó hacia la cama donde sus besos bajaron más allá de sus labios. Fueron un par de minutos los que bastaron para que terminaran bajo las sábanas con sus manos entrelazadas a los costados, sujetándose con fuerza.
Lexi también estaba en el refugio luego de la casa de Liam y pasaba por el pasillo de los cuartos mientras Mason y Miranda estaban juntos. Se detuvo junto a la puerta, volteó inexpresiva hacia esta y soltó un suspiro.
—No olvides que aquí viven lobos.
Masculló jocosa sabiendo que Mason la iba a escuchar del otro lado.
Y lo hizo.
»No me jodas ahorita Lexi Prescott« Pensó irritado al oírla.
Algunos días después en casa de Liam, Marie encontró una solicitud para aprendiz de reportero.
— ¿Quieres leché en tu café? —Preguntó Liam.
Marie asintió y cuando el chico se sentó junto a ella en el desayunador, ella deslizó la hoja hasta él.
—No sabía que estabas interesado en ser reportero…
—Ah…si, es lo que mejor conozco así que pensé que no era mala idea —respondió indiferente.
—Aún recuerdo que querías ser astronauta a los doce —comentó bebiendo.
El recuerdo les causó gracia a ambos, pero no pasó de ahí.
— ¿Si sabes a lo que te estarás metiendo? —Cuestionó seria. Liam asintió— Entonces llénala y la meteré.
Marie tomó su maletín y se despidió de un beso rápido.
—Ah… —dijo antes de salir— No creas que la tendrás fácil por ser hijo de una reconocida reportera —bromeó guiñando el ojo.
La madre de Liam cumplió con meter la solicitud y el resto lo hizo el canal de noticias donde trabajaba. Al poco tiempo recibió por email la aceptación para la capacitación de aprendiz de reportero que iniciaría a mediados de marzo.
Marzo.
Sin darse cuenta los meses pasaron en un abrir y cerrar de ojos pues pronto se encontrarían celebrando el primer cumpleaños de Melissa fuera de Orkus.
—Despierta hermosa —susurró Mason en el oído de Miranda.
La rubia no se inmutó, siguió durmiendo en su lado de la cama junto a su novio.
—Debemos ir a casa de Liam a organizar la fiesta de Lissa.
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Editado: 13.01.2024