Luna de muertos

Capítulo 24.

En el siguiente par de días Liam había estado recibiendo sus últimas asesorías en el noticiero antes de iniciar oficialmente con la carrera.

—Para ser un gran reportero hay cosas indispensables —explicaba el hombre frente a todos—: Determinación, carácter, equipo siempre en mano, habilidad para hablar y contactos.

El chico tomaba nota de cada explicación, así como oía atento.

—Determinación, llegar hasta la última parte del rompecabezas de una noticia; carácter, ser reportero los hará estar en situaciones complicadas y si son sensibles seguramente se hundirán con la victima antes de transmitir —afirmó sin tacto—; equipo, siempre tengan donde apuntar y si es electrónico que tengan batería intacta, además de que es importante estar comunicado con el canal…

De vez en cuando algunos de los que tomaban las asesorías hacían preguntas o comentarios, pero Liam solo se quedaba en silencio.

—Contactos; tenerlos en ciertas áreas como en la estación de policía u hospitales siempre hace el trabajo más sencillo y rápido para ser el primero en sacar a la luz una noticia —agregó caminando de un lado a otro frente al monitor.

— ¿Eso no es algo…tramposo? —Dijo uno desde atrás.

El hombre echó una pequeña risita y suspiró.

—Sé cómo luce, cuando estaba como ustedes también lo pensaba —confesó jocoso—, pero la verdad es que con tanta competencia a veces es la única forma de ser el primero. —Extendió sus brazos— Recuerden que habrá veces que para salir librado de una situación tendremos que ensuciarnos un poco las manos, si no el fango nos arrastrará y nos ensuciaremos por completo.

El tutor miró a cada uno de los interesados, llevó su mirada a Liam y lo vio con curiosidad al ver que era el más joven de los que estaban allí.

— ¿Qué piensas al respecto muchacho? Veo que no hablas mucho.

—Creo que…es una lección de aprendizaje no solo para este mundo de noticias sino para la vida —respondió serio.

Los días para la graduación se estaban aproximando y la escuela estaba realizando los preparativos para la ceremonia y fiesta de ese día. Lydia estaba envuelta en ese asunto otra vez, pero esta vez tenía a Melissa en el comité y ambas arrastraban a Liam para que las ayudara, aunque no perteneciera.

— ¿Dónde pongo esto? —Preguntó Liam con cajas en las manos.

La graduación sería en los primeros días de junio por lo que solo le quedaban dos semanas como mucho para tener todo listo. Estaban acomodando algunas cosas en el gimnasio para tenerlas listas para luego adornar el lugar.

—Ponlas en las gradas, ya no habrá partidos de básquet así que no importará.

Liam llevó las cajas a donde le indicaron, luego escuchó la voz de su novia pelirroja.

—Hey .—Se acercó Melissa— ¿Es verdad?

Liam se giró a verla juntando sus cejas por no entender.

—Jace irá a la universidad presencial…

—Oh sí, su hermano también se gradúa este año así que le sugirieron aceptar ir presencial —explicó desinteresado.

—Ya veo, ¿Qué hay de Mason? —Expresó con lastima— Él no podrá asistir si ahora es alfa ¿cierto?

—Todo este tiempo lo ha hecho en línea…supongo que preferirá quedarse así.

“¿Podrían ayudarme aquí?”

El grito de una de las chicas del comité cortó la conversación.

La familia de Mason sabía sobre lo que pasó con John y el cambio de alfa, así que no les sorprendía que en ocasiones no llegara a su casa a dormir porque sabían que estaba en el refugio. Durante los días que se quedaba a dormir ahí, lo hacía con Miranda a veces en su cuarto o en el de ella y la mayoría de veces Mason despertaba antes mientras ella seguía dormida y él la veía con una sonrisa en su rostro iluminado por el rayo del amanecer que se infiltraba por las persianas.

— ¿Uhm? —Emitió sin abrir su boca la rubia— ¿Por qué siempre haces eso? —Preguntó abriendo un ojo con picardía.

—Me gusta verte dormir —confesó y la besó.

Se abrazaron con risas y besos.

—Debes entrar a tu clase o te pondrán falta —dijo tratando de ponerse seria—, Mason es en serio —añadió riendo por las cosquillas.

—Está bien —contestó con puchero—, me cambio y voy al estudio…

Mirando bajó de la cama y se puso una camiseta del chico junto con unos shorts de ella, se hizo una coleta simple y antes de abrir e irse se volteó a recordarle algo.

—Mi computadora ya está muerta ¿podrías prestarme la tuya para mis clases al rato?

—Claro amor —respondió buscando una camisa entre las sábanas— ¿Has visto mi…? —Alzó la vista y se rio— Olvídalo, te queda mejor a ti.

El chico se levantó solo en ropa interior y caminó hacia ella abrazándola de la cintura.

—Llegarás tarde —susurró.

—Shh solo un momento más —dijo abrazando más fuerte—. Por cierto, no olvides nuestro aniversario de cinco meses…

—Jamás lo haría.

Mason le dio un beso en la frente y la soltó para que se fuera. Miranda fue a la cocina donde se topó a Jace entrando a la casa.

—Llegaste temprano ¿y eso?

—Si…es que estaré ocupado el resto del día, pero tenía que venir por algo —comentó nervioso— ¿podemos hablar?

Jace estaba decidido a por fin confesarle la verdad a la rubia, pero quería hacerlo antes de irse a la universidad de California junto con su hermano.

—Claro… —respondió inquieta— ¿quieres cereal o ya desayunaste?

—No, estoy bien.

Monik entró apurada buscando a Miranda.

— ¡Jace! Hola —saludó—, creí que estarías ocupado con lo de la ida a Berkeley.

—Si…solo vine por un asunto rápido.

—Bien. Miranda, ¿podrías venir conmigo a comprar los alimentos? Mason y Alec están en clase y algunos fueron por otros suministros.

Miranda volteó a ver al chico esperando su aprobación o no para que se quedara y hablaran. Jace asintió inconforme.

— ¿Estás seguro? Si es importante…

—Está bien. —Dio una sonrisa baja— Ve.

Las chicas se fueron y Jace solo soltó un fuerte suspiro.




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