Luna de muertos

Capítulo 40. [Canción]

[ESCUCHA “IF THIS IS LOVE” DE RUTH B.]

Long Island, Nueva York.

Pasaron un par de días después del accidente de Lydia, por suerte Elijah logró llegar a una clínica privada que la atendió a tiempo ya que de no hacerlo hubiera muerto.

Lydia fue dada de alta y tan pronto se levantó le pidió a su madre que la llevara a casa de Elijah.

—No sé cuál es tu necedad de venir —alegaba la mujer mientras la ayudaba a salir del auto—, puedes venir luego…cuando no uses muletas ni collarín.

—Mamá basta, sé lo que hago.

—Si así fuera no te hubieran encontrado estrellada en un auto —siguió quejándose.

La chica no respondió más y siguió de largo ignorando sus protestas. Tocó el timbre y se sorprendió cuando vio a su amigo pelinegro abrirle.

—No sabía que estabas aquí…

— ¡Lydia! Cielos me alegra que estes bien, todos en Richmond estaban preocupados —comentó dándole un suave abrazo para no lastimarla.

—Gracias Liam. ¿Está…?

—Si, pasa…te está esperando en la sala —dijo serio—. ¡Buenos días, señora Wilson!

La madre de Lydia hizo una seña con su mano para saludarlo mientras Lydia entraba a la casa.

—Te ayudo.

Elijah estaba parado en su ventana y se volteó cuando escuchó a la chica.

—Los dejaré a solas. —Aclaró su garganta y se fue a la cocina.

—Me alegra que estés bien —expresó aliviado—, fue un gran milagro encontrar esa clínica…

—Gracias —interrumpió enseguida—, gracias por no haberme dejado ahí.

—No volvería a cometer el mismo erros dos veces. —Tragó duro y siguió—. Por eso tengo que dejarte ir…para que vivas a salvo una vida normal como humana.

Lydia escuchó callada y frunció sus labios cuando terminó de oírlo.

—Lo sé. —Estiró con dificultad su brazo para tocarle su mejilla—. Yo también debo dejarte ir —admitió con un nudo en la garganta—, no quiero que te hagan daño por mí.

Liam estaba en la puerta de la cocina y aunque no fue su intención, presenció la triste escena de despedida que le removió un par de recuerdos dolorosos.

Elijah y Lydia se acercaron al otro y recargaron sus frentes una en la otra hasta tenerse tan de cerca que quisieron haberse dado un beso, pero no pasó porque Elijah se volteó hacia un lado y ella cerró sus ojos girando su rostro a la ventana para verla por última vez antes de luego irse. Se detuvo en la puerta y sin voltear respiró hondo y sonrió.

—Adiós, Elijah Loughty —susurró y se fue.

 

[ESCUCHA “DANCING WITH YOUR GHOST” DE SASHA ALEX SLOAN.]

7 años en el futuro.

Liverpool, Inglaterra.

Algunas mujeres estaban ayudando a otra con su vestido de novia en una sala de espera privada del estudio fotográfico de un salón de eventos.

—El velo atrás —dijo una fastidiada.

—Adelante —añadió otra.

Un hombre se asomó para avisarles que pronto pasaría el fotógrafo. Mientras este les daba indicaciones a las damas, atrás estaba otro un poco más joven de cabello negro y ojos grises brillosos observando con atención a la novia.

—Se ve hermosa, señorita —murmuró.

La novia sintió su mirada y alzó la vista, pero él se dio la vuelta para irse, entonces la mujer salió atrás de él hasta el pasillo, pero no había nadie ya.

— ¡Lydia! —Regañó una mujer mayor— ¿Qué haces ahí? Regresa.

—Es solo que…creí ver a alguien conocido. —Frunció el ceño y regresó.

Después de la fotografía de la novia avisaron que pronto pasaría al salón para la boda.

Cuando la Lydia entró, la musica del piano empezó a sonar despacio para que caminara hacia el altar donde su futuro esposo la esperaba. Se detuvo unos segundos por los nervios y el pianista volteó a verla preocupado, pero cuando vio que alzó la vista y siguió caminando, sonrió orgulloso.

Al terminar la boda encontró un dibujo a mano cerca del piano: Era ella parada en el altar. Esbozó una sonrisa baja cuando reconoció al artista del dibujo y confirmó lo que creyó cuando salió del estudio fotográfico.

3 años después.

— ¡Un aplauso a la doctora Wilson!

Lydia estaba en un estrado dando una conferencia pública en una universidad y en una esquina hasta arriba estaba un hombre más joven que ella viéndola.

Cuando acabó su conferencia algunos colegas de trabajo y algunos estudiantes le hicieron preguntas excepto uno.

—Disculpe la intromisión doctora, pero quería felicitarla por su embarazo.

Lydia se sonrió abiertamente y agradeció, luego la ola de felicitaciones cayó rápido. Después de que bajó del estrado un reportero la esperaba para fotografiarla hasta que se acercó un hombre con un niño pequeño.

—Doctora Wilson, ¿puedo tomarle una foto con su esposo e hijo?

—Si, adelante.

La mujer se abrazó con su esposo mientras este cargaba al pequeño en su brazo. Cuando el reportero se marchó ellos se quedaron platicando mientras que de lejos a punto de irse estaba Elijah viendo la escena familiar de Lydia que sonreía y jugaba con su hijo mientras su esposo les hacía bromas a ambos.

Actualmente, Octubre 2026.

Pensilvania, Estados Unidos.

Mason logró ubicar a Marcel saliendo de Nueva Jersey rumbo a Pensilvania. Avisó al equipo para que fueran a emboscarlo y llevarlo con ellos al refugio en Virginia.

— ¿Crees que pase por aquí? —Cuestionó Lexi tronando sus nudillos— Llevamos media hora y ya me aburrí.

—Calma, los chicos dijeron que lo vieron salir y que seguro pasaría por esta ruta.

—Mason…viene un auto —avisó Liam desde otro extremo—. Es Marcel, Lissa ya entró en su mente.

—Haremos que pague ese hijo de perra —afirmó la castaña.

Mason fue con Elijah para lanzarle cuchillos a las llantas del auto; Melissa lo hizo perder el control para que pudiera girar en medio de la autopista y llegar a Lexi para que de una patada parara el auto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.