Luna Maldita

Capítulo 27

Stella

El baile ha comenzado.

Y el caos se aproxima.

Una de las lámparas de araña que juegan de techo abovedado del salón del palacio permanece tiesa con todos esos diamantes incrustados, cómo yo. Las piedras de mi vestido están empezando a pesarme como toneladas, o a lo mejor es el peso del bebé. Mi barriga de embarazo es enorme. Cada vez que pasa un día, en cuestión de horas, abulta y me cuesta llevar al bebé, moverme y es incómodo mantenerme recta.

Mis pies pesan, duelen con cada paso que doy. Me duele hasta respirar, y me siento extremadamente cansada.

Busco por cada recóndito escondite en este salón de baile una silla o sillón para descansar. Me serviría cualquier cosa, pero no encuentro nada. Este lugar esta vacio, hay una sola mesa con alimentos y copas alineadas. Las personas bailan alegres bailes extraños, conversan en voz baja mientras la melodía que se escapa de los instrumentos invade el salón y dan galantes sorbos a su champán rosado.

¿Dónde demonios está Killian y por qué me ha dejado sola con estos desconocidos?

Después de que el príncipe Devon nos pillara besándonos, él nos acompañó al salón de baile y despareció de nuestra vista. Killian ha encontrado una excusa para no escuchar la pelea que le tengo preparada. Aunque desde que entramos en el increíble palacio, se comporta de manera rara. Pero, en fin, supongo que será el humor de perros.

La realeza licántropa es clásica, por eso analizan con tanto asombro mi vestido elaborado a mano. He escuchado a algunas licántropas decir:

—Diosa, ¿Qué diseñador creó ese vestido?

—Seguramente es duque Wolf le obsequió ese vestido, qué descaro ponerse algo tan costoso en un cuerpo tan humano.

—¡Necesito ese vestido!

Por el momento, nadie se ha acercado a preguntar cómo lo conseguí. Creo que les doy asco, o temen que mi guerrero Alfa les pueda hacer algo. Sea lo que sea, no me importa mucho lo que puedan pensar de mí, tengo asuntos más importantes que debo atender, cómo la desaparición de Killian y encontrar a su padre, Tieran Wolf para resolver las incógnitas que revuelven mi mente.

—Por fin te atrapo sola. Ese primo mío no se aleja de ti, ni un centímetro —un aroma varonil me sofoca al instante —¿Dónde se ha ido ahora, ángel?

—Lo mandé al demonio.

El príncipe Devon se traga una carcajada. Con finura se acomoda a mi lado izquierdo, levanta una mano para acomodarse el mechón rubio que cae en su frente. No había percibido sus rasgos en el jardín porque todo estaba oscuro, pero Devon sin duda es un príncipe guapo.

Si antes era el juguete nuevo de todas las críticas, ahora me siento acosada con todos esos ojos asesinos estudiándome con perversidad.

—¿Tan pronto? Hace cinco minutos estabas acaramelada a él, besando apasionadamente sus labios…

—Estaba confundida.

Al príncipe le cuesta no reírse, mantiene el gesto impasible pero chulesco propio de alguien con su cargo.

—¿Confundida? —musita mordiéndose los labios, a punto de sonreír —. Eres una mujer muy especial, Stella. Lo reconozco.

—¿Qué quiere decir?

Mis ojos retan a los suyos. Se inclina hacia mí, eso me pone nerviosa. Devon es un joven muy apuesto.

—Ninguna humana había pisado antes este palacio. Eres la primera. Y la última me temo. Mi padre no aprobara ninguna nueva ley entre especies. Tenéis las cosas muy complicadas para estar juntos, es una mierda, pero así son las cosas me temo.

—¿Y usted? ¿Abolirá esa ley? —inquiero.

Él muestra una sonrisa vacía. Sus ojos azules me analizan, tiende su mano esperando que ceda la mía.

—Podría. ¿Bailamos?

—Killian me mataría si bailo con otro hombre que no fuera él —suelto riendo.

—Piensas en él aun estando enojada.

—Hizo algunas cosas mal, pero le quiero. Solo estoy esperando a que este baile de termine y oír sus disculpas —le confieso con timidez.

Al final cedo y bailo con él.

Entrelazo la mano con la del príncipe licántropo, me conduce hasta el centro del baile donde algunos se apartan para que podamos comenzar sin que tengamos que chocar los codos. Devon tiene el cabello rubio muy bonito, me recuerda a los primeros rayos de la mañana. Su cuerpo no es tan musculoso como él de Killian, pero es atlético y alto.

—Quiero ayudaros, Stella. Pero no sé cómo. Estoy atado de pies y manos.

—Las cosas serían más fáciles si no hubiera aparecido aquí y hubiera muerto con mi familia esa noche.

—Mi vida también sería fácil si no fuera a ser rey. ¿Sabes, qué? Pronto será la selección de mujeres, dónde tengo que elegir a una Reina Luna. Se presentan más de cien mil lobas, pero este año haré algo inesperado, escogeré a mujeres de otros reinos. Tengo la esperanza de que esa ley desaparezca pronto gracias a mi primo y a ti.

Su mano se posa cálida en mi cintura, muevo una pierna al mismo compás que él y la música nos acompaña.

Mi espalda colapsa en ráfagas de odio, giro detenidamente mi cabeza para verificar de quién proviene esa mirada y descubro que es Tieran Wolf, padre de Killian. Rodeado de su familia, su mujer esta abrazada en torno a su brazo, sus hijas a ambos lados. Están situados en una esquina del salón, con sus ojos feroces maltratándome en la distancia.

—¿A qué se debe la prohibición de relaciones entre especies? —preguntó —. ¿No entrará en problemas si baila conmigo, príncipe Devon? No parezco agradarle a nadie.

—No te lo tomes personal, eres la nueva cosa interesante. Misteriosa, cautivadora. Se pensaban que los humanos eran escoria, y están viendo a una mujer hermosa.

—¿Qué miran tanto? ¿Y porqué tanto asco? Los licantrópicos tenéis parte de humano, ¿no quiere decir eso que os rechazáis también a vosotros mismos?

—Todo esto tiene un por qué, Stella.

—¿Me haría el favor de rebelármelo?

—Hoy no, ángel. Debes enfocarte en otras cosas que te acechan.

Rompo el agarre del baile de sus brazos, me alejo de él para limitar nuestro contacto. Ha sigo agradable, pero mi sexto sentido sigue en alerta. Este lugar por muy elegante, enorme y que esté lleno de cosas lujosas, no me va a confundir.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.