Lunes a mediodía

En serio, estoy sin ganas de pelear

¿Qué tal la pasaron anoche en Halloween?

Muchos planes, tantas fiestas a las que migrar en tanto dure la oscuridad, tragos, baile, desenfreno y por que no, alguna droga ilícita. Todo muy chévere para la mayoría pero no para mi, y me tengo que preguntar ¿Por qué? ¿Por qué he llegado a mis 26 y añoro mis 17? ¿Dónde está escondida la chica que idealice hace nueve años y que se supone estaría a mi lado anoche? ¿Por qué aún no he engendrado un libro que valga la pena leer? ¿En qué he convertido mi vida?!!!

Bueno, siento mucho lo que han leído, pero creo que a veces a todos nos pasa que necesitamos sacarlo para menguar el dolor de no ser quien quisimos ser, ¿o me equivoco?

Ayer trabajé toda la tarde, como eventualmente lo he venido haciendo desde mi cambio de turno en Agosto de este año, mirando ir y venir parejas con una sonrisa sincera, limpia, de complicidad que solo puedes observar en los rostros de quienes disfrutan la compañía de su amor verdadero o como me pasó en la última hora de la mañana, ver la sonrisa en la cara de un padre de familia que disfruta ver como el recepcionista, al que llamó para solucionar un problema con el apagado repentino de su televisor,  puede morir electrocutado tratando de conectar y reconectar su televisor a un tomacorriente del que salen chispas producto de la húmedad, vaya tipo, debió de estar muy aburrido para insistir en que yo reconecte varias veces de manera temeraria esa pantalla.

Entre esa y otras cosas, pasaron las horas hasta que el reloj marcó las 8 p.m. y la entrada triunfal de Raúl Oliva no se hizo esperar, él es el recepcionista del turno de la noche que descansa los martes. Luego de entregarle la caja y escuchar: 

-ya te puedes ir gusano-, me retiro con una sonrisa de oreja a oreja porque mantengo la esperanza, hasta ese momento, que la noche se pondrá buena (pero nada más lejos de la realidad que esa idea), es así que entra en escena mi pareja.

Me tomó cerca de una hora llegar a su trabajo y comenzar a platicar con ella, pero en cada oportunidad que podía me replanteaba el salir solos a una fiesta sin que ella se disgustara, algo raro y sospechoso en ella que hasta por las cosas que le cuento que hice en años pasados, donde no tenía en cuenta su existencia, le afectan. Además, luego de cerrar, ir a su casa y estar parados fuera, insistió por que me fuese a mi casa como nunca lo había hecho en todo el año que vamos, eso, francamente me puso en sobreaviso y le tuve que preguntar si iba a salir,  lo negó y para terminar el día se retractó de ello minutos más tarde, cuando yo yacía en mi cama y sin más recibo su mensaje diciendo: mi hermano me va a ayudar a salir, vamos? 

Finalmente sentí como crecía dentro de mí la decepción por como se dieron las cosas por mis decisiones, volví a reconectarme y recordé que me insistió que estaba cansada y sin fuerzas para nada, pero por una razón extraña ya estaba lista y energizada. Así fue como inició una discusión y ahora estoy menos enamorado que antes, por una cadena de sucesos similares que solo matan progresivamente mis sentimientos.




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