Más Tóxico Que Chernobyl

Pizza por internet.

Dentro de un tráfico terrible, Julia le insiste por llamada a su actual pareja Hugo, pero al ver que no contesta, decide ir a visitarlo, tenía amenazas contra ella del no visitarlo frecuentemente, ya que el podría enojarse. En eso recibe una llamada de Alessia, su mejor amiga.

-No sabes lo que me ha pasado.- le dijo con un tono exaltado. Necesito que vengas por mí, me he manchado los pantalones.

-Estoy en un tráfico espantoso, me temo que tardaré demasiado.-le contestó.

-Por favor, solo apresurate.

No sabía que hacer, su mejor amiga o dos semanas de trabajo duro para convencer a Hugo de que la perdonara. Julia termina por llamar inmediatamente a Francis.

-Necesito un favor urgente.

-Dime, querida.-contestó.

-Ale necesita ayuda, ¿podrías pasar por ella a su colegio?-le pidió.

-Claro, yo me encargo de ayudarla, pero támbien necesito que hagas algo por mi.-dijo. Te espero mañana temprano en mi casa, ya sabes "domingo de chicas".

-Por su puesto, ahí nos vemos, chao.

Después de un buen rato. Al llegar a la casa de Hugo ve un celular roto justo enfrente de la puerta. Julia pasa y pregunta si hay alguien dentro.

-No debiste venir, estoy ocupado.-dijo seriamente desde su cuarto.

-Vine para ver si estabas bien.- contestó.

-Cariño, sé por que vienes, y no, no estoy con nadie.

-Para nada, pero, ya veo que estás bien. ¿por qué rompiste tu celular?-preguntó.

-Ya no servía y me estresó, sabes que mis aparatos deben funcionar genialmente y eso ya era basura.- le contestó sin dejar de ver su computador. -Julia...tengo demasido trabajo, y me estas distrayendo, ¿puedes retirarte?, por favor.- le pidió.

Julia se sintió triste, por la actitud de su pareja, esta vez ni siquiera voltió a verla. Se marchó y se dirgió a casa de Francis. Esperó a que llegaran los dos juntos, después de un rato escuchó la puerta abrirse y se levantó del sofá en que estaba sentada.

-Perdoname Ale, por no ir a ayudarte.-le suplicó.

-Ya hablamos, y decidimos que te tenemos que ayudar a que superes a tu críatura espantosa.-dijó Francis.

-No te vamos a dejar sola, sé que es algo díficil porque no te has dado cuenta de tu situación, pero mientras estés con nosotras todo estará perfecto.- explicó Ale.

Julia pusó su rostro caído y triste.-los amo amigos.-dijo en voz baja mientras caminó a abrazarlos.

-Dame tu celular.-le pidió Francis.

-¿Para qué?-preguntó Julia.

-Me voy a encargar de citar a Hugo en un café, iremos los tres, obviamente nosotros nos sentaremos en una mesa distinta, mientras tú lo esperas llegar. En cuánto llegue le vas a dar una nota, que ahora mismo escribiré y sin decirle nada te marcharas.

-¿Qué dirá la nota?-preguntó.

-Se trata en que confíes-contestó Ale.

-Hablando de Hugo, hoy fuí a visitarlo y... es por esa razón que no pude ir a ayudarte, pensé en ir , pero sabes como es su forma de ser, luego tarda para encontentarse de nuevo, que de hecho ya tiene un largo tiempo que él no está contento en sí.-comentó.-en verdad estoy muy apenada contigo, Ale.

-Créeme, que si aceptas lo que te propusimos voy a dejar pasar por alto lo que acaba de pasar,¿qué dices?

Julia aceptó. Francis se apresuró en hacer aquella nota y la colocó dentro de su bolso, y desde el celular de Julia convenció a Hugo para verse al día siguiente por la mañana, en un café cercano.

-Chicas quiero platicarles algo-dijo Francis. Tendré mi primer pedido de ropa, ¿saben que significa?-preguntó. Si sigo así, ¡pronto tendré mi propia marca de ropa en línea!

Lo felicitaron y para poder celebrar pidierón una pizza por internet, prepararon bebidas y se recostaron para ver peliculas, Francis amaba ese detalle, ver peliculas mientras come pizza.

-Agradezco este moemnto, chicas-comentó Francis.

-Solo celebramos por algo que te merecías.

-Conocí a un chico por internet-dijó Julia. Es arquitecto, y es todo lo contrario a Hugo, me llamó demasiado la atención.

-Carajo, eso es bueno.

-Podría ayudarte demasiado para superarlo, deberías conocerlo más.-comentó Ale.

-Hay un pequeñito problema, vive en Estados Unidos, está demasiado lejos, y decidí solo dejarle de hablar, no tiene sentido porque yo no iria, es peligroso.-aclaró.

-Corazón, debes insistir y hacer que él venga, ¿por qué ir tú?

-Es cierto, pensaba que yo debía ir, por que es lo que hago con mi novio, lo sé, es un maldito idiota, pero ¡por Dios!, lo quiero tanto.

-Mañana ya verás.contestó Alessia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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