Mar de Sales

Oleajes

«Hay mucho de qué hablar, ¿no crees? Por supuesto, y es que ese concierto salió de la nada, y no paran los cortos con el pedazo de canción que ni yo mismo puedo dejar de repetir en mi cabeza: perdón amor, el canto de la vida puedo más que yo… Si, si, pero no podemos olvidarnos del otro detalle: ¿resonancia oscura? En serio estarán ahí estos chicos. La fiesta de las máscaras estuvo buena pero, como muchos dicen, fue como ir a visitar a unos primos lejanos que tenías tiempo sin ver y son simpáticos. Eso sí, chistosos son, me encantan los videos que están colgados de los fanáticos que se acercaron a hablar con la banda. Pero aún no estamos abordando el tema como es debido, en serio, ¿no te suena para nada?: ¿Resonancia Oscura? Festival de metal, muchos están ardidos porque es comprensible, ¿no? ¿Cómo llegaron ahí? Están al lado de bandas que han trabajado durante años para ganarse el lugar, ¿y estos? Pues como siempre, amigos, contactos, resurgieron del mar con todo y me encanta. A mí no, lo siento raro, no sé como explicarlo, como atropellado ¿sabes? Qué más da, las canciones están buenas, me uno al grupo de los ansiosos que esperan que las suban, ya quiero escucharlas sin los gritos de fondo, que ni un solo video que se escuche bien he encontrado. No lo sé, no los veo al lado de Maniac y Los Tres Toques. Además que los temas están bien, ¿pero no crees que les falta peso?, ¿presencia?, ¿esencia? Creo que todavía les falta pulir algunos detalles. No seas aguafiestas, y como dicen ahora: “déjalo ser y tolera”. Eso es una cosa, pero no se puede ignorar la repercusión, y los fanáticos divididos, donde un grupo esperaba más de ellos. Y hablando de eso, ¿qué pasó con Alicia?, ¿ni una sola publicación? La ranita también está metida en el paquete, ¿no? A ella si la vi publicando pero nadita de la banda, raro, ¿no? Tomando en cuenta de que es otra chismosa pero del rock, ya sabes, con clase, no como nosotros acá como viejas entrometidas. Y una cosa más, ¿quiénes son los otros dos integrantes? ¿Ayudantes? No, no que va, la guitarra principal tenía barba, difícil de ignorar un detalle así, ¿cómo le vas a dejar ese rol a un auxiliar?».

Santiago calla la emisión dándole a la equis en la esquina del navegador. Su casa se siente vacía y silenciosa. Nada logra disipar la soledad de la oscuridad que devora el lugar en las noches. Mira con pesar la cocina, cada mañana al salir de su cuarto es lo primero que busca su mirada. Ya no importa la ventana, la calle y la luz del sol siempre permanecen igual, pero ese mesón, ese pequeño pasillo entre la isla y las hornillas. La ausencia de ella le pesa más de lo que pensaba. Ha pasado dos días encerrado en completo silencio, sin soltar ni una palabra, espera por el resto de la banda, a que regresen y puedan retomar los ensayos para el festival. También ha querido aplazar la fatídica reunión sobre los errores a comentar del evento anterior, aunque tiene la certeza de que cada uno sabe en lo que falló. Se tumba por completo en el sillón, busca en su celular la conversación que revisa a diario pero en la cual no se atreve a escribir nada.

—Ay amor —susurra, es lo primero que dice desde que llegó de las supuestas vacaciones—. Amor, amor —menea la cabeza—, ¿qué me has hecho? —Busca en su galería ese video, le gusta escucharla cantar, aunque la canción duela, se ha vuelto un gusto casi prohibido.

Con el celular sobre el pecho, con la mirada perdida en las ráfagas de luces que entran por la ventana, y la música que reproduce una y otra vez. Así da por terminada su noche, quedándose dormido junto a su voz.

A la mañana siguiente, Manuel es el primero en llegar al apartamento, media hora antes de lo acordado. Encuentra a su amigo en la cocina, a punto de comer el pedido que le acaba de llegar.

—Te ofrecería pero pedí una pequeña porción —dice Santiago, acomodado en con su plato en el mesón.

—No hace falta, ya comí. —Da vueltas por el lugar, aprovecha para inspeccionar, como si quisiera encontrar algo fuera de lo normal—. Creí que este lugar estaría, no lo sé… ¿sucio? ¿Acabado?

—Si recuerdas que pago servicio de limpieza, ¿no?

—Sí, pero antes pagabas e igual te las arreglabas para vivir en un caos.

—Estoy intentando poner mis patitos en fila.

—¿Qué? —escupe una risa.

—¿Así no le dicen cuando se supone que tienes que recuperar el control de tu vida?

—Cuánta filosofía. —Respira profundo, recupera la postura—. Cuéntame, ¿qué te lleva a querer recuperar ese control?

—Bueno —se limpia la barba—, viendo que este proyecto va a caer en picada, me dispuse a pensar que hacer con mi vida, y creo que debería empezar por descubrir de que palo quiero ahorcarme.

—Entiendo —asiente, se rasca el mentón—. ¿Por qué dices que vamos en caída?

—No te hagas —ríe sarcástico—. Ese festival será nuestra tumba. Al final tenían razón, aspiré demasiado alto.

—Quizás aspiraste otra cosa. —Se cruza de brazos—. ¿Alguna línea blanca por ahí? Creí que lo habías dejado.

—Que jodido tendría que estar para caer tan bajo, ¿no? —Se sacude—. Estoy bien, siendo bastante optimista, pero con mi vida, no con este proyecto.

—Que fácil te rindes.

—No, hubiera cancelado todo de ser así, pero vamos a ver que tal, todavía tenemos la carta del milagro.

—¿Milagro? —ríe—. Dales tiempo, nadie nace aprendido, además que no todo tiene que sonar como en los estudios.

—¿Si? No pido nada complejo, solo un pequeño detalle —suspira—: que dejen de improvisar.

—No estuvo mal, no improvisaron tanto, quizás se coló una que otra nota que no iba, pero nada que el público notara, dales algo de mérito, resolvieron rápido y sobre la marcha.

—¿Y la inseguridad y nerviosismo del cantante?

—Hagamos lo siguiente, no le digamos nada, continuemos con los ensayos y déjalos libres de carga. Creo que por ahora lo menos que necesitamos es montar el regaño y la lista de errores, tenemos que tener la mente despejada.




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