Kai
—Es fácil Kai —dice Arlo— solo tienes que dejarlo un buen rato en limón y luego el golpe de calor deja el pescado en su punto.
—Eres bueno en el basquet pero de chef la romperías —le digo en broma pero es verdad.
—Esto está... mmm —dice Manu con la boca llena.
Pasamos el domingo en el mar. Navegar con estos dos siempre aligera todo y explorar los arrecifes silencia mi cabeza.
—Aquí debajo tienen que poner cámara sí o sí —dice Arlo mientras se sirve un poco más.
—Sí, es uno de los puntos del plan —le confirmo.
Ya tenemos diez puntos seleccionados.
—¿Quieren ayudarme cuando empiece a instalar las cámaras?
—Me tiras día y hora y ahí estoy —bromea Arlo.
—Seguro, va a ser divertido —confirma Manu.
No se pierden una.
—¿Ya arrancaron con el proyecto? —pregunta Manu.
—Sí, el jueves.
—Ah mira, no sentí la explosión —se ríe Arlo.
—Ni vi humo —remata Manu.
Me río. Solo un poco.
—Mira que chistoso el chef y el trotamundos—les respondo.
Saben cómo molestar.
—En serio. Te pasaste con ella en casa de Arlo.
—Ya sé, no pude controlarme.
—Es complicado bro, te entiendo —agrega Arlo.
No saben cuanto me arrepiento. Ni lo confundido que estoy.
—Intenté disculparme con ella en el hotel, pero no funcionó —les confieso—. Desde que volvió, mi cabeza es un lío.
—Uff te pescó otra vez —dice Arlo.
Manu le da un codazo.
—Claro que no —les digo.
No sé si los quiero convencer a ellos o a mí.
—¿Pero cuál es el lío? —pregunta Manu— Tú sabes por qué ella se fue.
—Sí, lo sé, por eso prefiero evitarla.
No puedo odiarla por cómo se fue. Y si no la odio, al menos tengo que alejarla.
Porque no puedo caer otra vez.
—Bro, estás jodido y no lo sabes. —dice Arlo.
Lo peor es que sí lo sé. Pero no sé hasta cuando pueda esconderlo.
***
Mila
Violet abre la puerta de su casa.
—¿Qué Violet, vas a hacer paddleboarding con ropa de gym? —le dice Lena.
—¿Ya son las tres? —mira su reloj— perdón chicas me retrasé. ¿Me esperan?
—Oki, pero tienes menos cinco minutos ya. —dice Lena tocando el reloj en su muñeca.
Violet nos hace pasar y corre a su habitación. Entramos a la sala. En una butaca estaba Cynthia con el móvil.
—Hola chicas —nos recibe y sigue en la pantalla.
Nos sentamos en el sofá. Hay un silencio incómodo.
—Hey Cynthia, ¿trabajas en un restaurante verdad? —le pregunto.
Levanta la vista.
—Sí, el "Rincón de Pedro", está en el puerto.
—Y, ¿está bueno? Mi madre y yo siempre cenamos fuera los martes, pero aún no conocemos lugares aquí.
—Sí, es de comida marina —me especifica— el ambiente está bueno.
—Ah bien, lo apunto entonces.
—Me sorprende que no las invitaron al paseito en bote —continúa Cynthia.
No sé de qué habla.
—¿Qué dices? —pregunta Lena y deja el móvil.
Cynthia se acerca y nos enseña la historia de Kai con Manu y Arlo en el bote.
—Ah eso, nada, necesitaban tiempo de chicos —responde Lena— nosotras vamos a ver el atardecer en el paddleboard. ¿Quieres venir?
Fulmino a Lena con la mirada. Cynthia se da cuenta, fui demasiado evidente.
—No, eso de remar tanto para ver el sol no es mi onda.
Me examina de arriba a abajo.
—Por cierto, suerte con el proyecto del hotel —se nota su sonrisa falsa—. A ver si mantienen la distancia.
Lena contiene la risa. La examino con la vista yo también.
—No te preocupes, hay sillas de sobra, y Kai no es mi tipo. ¿Sigue siendo el tuyo?
Suelta una carcajada y vuelve a su butaca.
—Eso dicen todas de Kai y luego...es el tipo de todas.
Me mira esta vez seria y vuelve al móvil
—Solo ten cuidado, él se aleja cuando todo se pone serio.
Casi se siente el sonido de una mosca dando vueltas.
—Listo chicas —dice Violet en la puerta— ¿Nos vamos?
—Uff menos mal —suspira Lena.
Me toma del brazo hasta la puerta.
—Llegaste a tiempo esta vez —le dice a Violet quien me mira confundida.
—No pasa nada —le digo— tuve unas palabras con tu hermana.
—Mila, no entres en eso por favor, no quiero estar en el medio. —me dice Violet preocupada.
—Todo bien, no te preocupes.
Salimos en el auto. Vamos hasta una de las ensenadas en el oeste. El cielo despejado se pinta de naranja intenso. Quiero estirarlo para que no llegue el lunes.
Pero el lunes no lo puedo evitar.
***
Kai
—Este es el plan de desarrollo para el proyecto —me dice Mila y mueve el cursor en su pantalla.
Estamos en las mismas dos sillas del jueves pasado, pero el aire es menos incómodo. Ella dijo que todo iba a funcionar y lo está cumpliendo.
Miro su pantalla. El plan es enorme.
—Pero ese plan es demasiado Mila, es mucho más de lo que hablamos.
Veo confusion en su mirada.
—Pensé que podíamos agregar más opciones —me explica— mapas interactivos, información sobre las especies, en fin utilizar los datos que ya tenemos.
—Lo estás complicando demasiado —le digo—. Esto tiene que poder usarlo mi abuela.
—Lo quiero hacer más útil. Tu visión está bien pero es superficial.
¿Superficial?
—No es superficial, es accesible —le replico.
—Accesible no es igual a vacío. Podemos hacerlo por fases: MVP ahora, extras después.
—¿Sabes qué? Haz lo que quieras. Total, tú eres la programadora.
—Oh, así que ahora es mi culpa si no te gusta.
Me quedo en silencio. Levanta la ceja y espera replica. Puede que tenga razón. Me inclino un poco hacia ella.
—No me gusta... pero confío en ti.
Se queda callada unos segundos.
—Si dices que es lo mejor, vamos a hacerlo; confío en ti. —le repito.
Su rostro se relaja. Mueve el cursor sin querer.
—Ok... vamos con este plan entonces. —me dice y vuelve a mirar la pantalla.
Editado: 05.12.2025