Mar en versión beta

17. Dos palomitas

Kai

—Relájate, va a venir —me susurra Manu.

Media hora mirando la entrada. Seguro ya todos lo notaron.

—No estoy tan seguro.

Llega Lena y va directo a Nico, vino sola.

La música invita a bailar, el árbol está lleno de regalos, pero yo estoy aburrido en mi propia fiesta.

Mis ojos vuelven a la entrada justo a tiempo.

Ahí está Mila… Acompañada.

Un puñetazo en el abdomen dolería menos.

—¿Quién es este ahora? —digo en voz alta sin darme cuenta.

Rubio. Guapo. Sonrisa fácil. Mila se ríe de algo que él dice. Genuina. Relajada.

—Ok, sí se ve mal —murmura Manu.

Aprieto mi vaso. Nuestros ojos se cruzan por unos segundos.

El chico camina hacia mi. Mila trata de evitarlo pero no puede.

Me extiende la mano.

—Hey, tú debes ser Kai. Soy Hugo, amigo de Mila de Phoenix.

Le estrecho la mano, demasiado fuerte.

—Hugo, no sabía que venías. —Miro a Mila.

—Sí, bueno, no podía dejar pasar Navidad sin ver a mi chica favorita.

Le pone el brazo alrededor de los hombros. Mi mandíbula se tensa y me tiembla la vena del cuello.

Mila se zafa del brazo de Hugo sutilmente.

—Hugo, ¿verdad? Soy Manu, mejor amigo de este idiota. —interrumpe— Mila nos contó que estudiaste con ella en Phoenix.

—Sí, fuimos juntos al instituto allá.

Sigo sin decir palabra.

Arlo y Violet se unen. Las presentaciones fluyen. Hugo hace reír a todos. Es fácil y Mila se ve cómoda con él.

Tengo calor. Pero no pienso huir.

***

Mila

Clin, clin, clin.

Lena toca en una copa.

—Hora del intercambio de regalos.

Nos acercamos al árbol y Lena comienza: Arlo, Violet, Manu…

Le da a cada uno su regalo.

—¡Mila! —dice sorprendida.

—¿Para mi?

No puede ser si yo no estoy en el intercambio.

Lo abro.

Un set de marcadores profesionales, los mejores. Nunca me había permitido comprarlos, cuestan muchas horas de trabajo.

No hay tarjeta.

Escaneo a mi alrededor y en una esquina está Kai evitándome. Fingiendo que no le importa nada. Pero ya no le sale. Estos marcadores son prueba de que me mira, aunque finja que no.

Pero no son suficientes. Necesito sus palabras.

—Wow, estos son caros eh —exclama Hugo mientras prueba los marcadores— ¿Quién te los dio?

—El supuesto amigo secreto.

—Ajá. ¿Y el amigo secreto sabe exactamente qué marcadores soñabas con comprar?

Me sonrojo.

Hugo examina a Kai.

—Ese chico no es muy sutil, ¿verdad?

—¿De qué hablas?

—No te ha quitado los ojos de encima en toda la noche. Y se pone tenso cada vez que me acerco a ti.

Nuestros ojos se encuentran.

—Ve a hablar con él —me empuja sutilmente por la espalda.

—No, ya he hecho demasiado, esta vez tiene que venir él.

—Va a estar toda la noche pensando que vine a robarte.

—Déjalo que sufra un poquito.

Dejamos de mirarlo y sonreímos.

***

Kai

—¿Así que marcadores ah? —Aparece Lena.

—No se supone que el amigo secreto es “secreto”.

—Kai hasta el DJ se dio cuenta. ¿Qué esperas para hablarle?

—Está jodido eso, y lo sabes.

—Deja la tontería y arréglalo. Eres el único que no ve que ella te devolvió la risa, no lo arruines.

Me quedo en silencio mientras Lena termina de golpearme en la cara y se va.

Puedo intentarlo, hablar con ella, esta vez sin límites. Pero el puto Hugo parece una mosca.

Lena se lo lleva y me guiña un ojo.

Es mi momento.

***

Mila.

Viene hacia acá. Me enderezo, y aguanto mi copa firme.

Se coloca a mi lado. Ambos fingimos mirar el ambiente.

—¿Te gustó la fiesta?

Está nervioso, hace preguntas vacías cuando no sabe qué decir.

—Más de lo que esperaba.

Quedamos sin palabras otra vez.

—Gracias —le suelto.

—¿Por qué?

—Los marcadores.

Se hace el tonto.

—No sé de qué hablas. Fue el amigo secreto.

—Ya.

Gira hacia mí y me clava la mirada.

—Si fueran míos, que no estoy diciendo que lo sean, sería porque mereces los mejores marcadores para tus diseños —se detiene— pero como no sé de qué hablas, esto es solo una coincidencia.

Mi pecho se aprieta, es el gesto más dulce que he recibido en mucho tiempo.

—Son perfectos.

—Me alegra que al amigo secreto le haya atinado entonces.

Nuestros ojos no quieren separarse. La fiesta es solo ruido de fondo.

—Mila necesito decirte…

Hugo interrumpe.

Joder. Toda la noche esperando este momento… y se me escapa.

—Mila nos tenemos que ir. Clara está esperando en el auto.

—Sí ya voy…

Vuelvo a Kai

—¿Qué me ibas a decir?

—Puede esperar, tiene que ser con calma.

—Ok ¿Hablamos luego entonces?

—Sí, hablamos luego.

Me voy con Hugo y sí, lo adoro, pero quiero mandarlo a casa solo.

—Sé que me quieres matar, pero tú madre impone más.

—Matarte es poco.

—Ese chico está completamente loco por ti.

—Y yo por él.

Finalmente lo admito.

—¿Qué van a hacer al respecto?

—Intentarlo, pero él todavía no lo sabe.

***

Kai

Hoy el cielo se despejó para el momento. Desde el muelle se ven mejor las estrellas.

Escucho pasos que se acercan y por un momento deseo que sea ella.

Me giro, es Cynthia.

—Hey Cynthia.

—Perdón, no sabía que ibas a estar aquí, buscaba un poco de silencio.

Se sienta manteniendo distancia.

—Quedó buena la fiesta, felicidades.

—Gracias.

Toma un sorbo de su bebida.

Quiero irme, pero sería grosero y ya le he hecho bastante daño.

—Es ella, ¿verdad? —susurra.

—¿Quién?

—La razón por la que nunca pudiste sentir nada por mí. Es Mila.

No sé cómo responder sin volver a herirla.

Suelta una sonrisa a medias.

—Sabía que había alguien más. Lo sentía. Pero nunca me dijiste quién.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.