Lo que sea que pase, pasará...
Parte 1. Viernes
Al fin el último día de la semana estábamos emocionados por ir al nuevo club queríamos salir rápido de los salones y eso que no había comenzado las clases. Primera hora, teníamos la hora libre así que nos reunimos en una de las esquinas del salón donde estaba la mayoría de grupo.
Alejandro: ¿nos vamos después de salir o primero vamos a nuestras casa para cambiarnos?
Ángel: a cambiarnos ni loco me voy con esta ropa barata
Volteo a su dirección mirando su ropa, traía una camisa de manga corta, azuel con rallas más claras, desabrochado los primeros tres botones dejando ver su pecho blanco al aire, un pantalón semi corto grande pero adecuado a su cuerpo de color negro y unos Adidas blancas con sus lentes de sol.
Era grandioso verlo así, parecía el tío borracho en todas las fiestas de navidad dandole a sus nietos dinero o como si fuera a ir a la playa a embriargase más de lo que se veía. Es la vestimenta más común que le e visto para mí suerte aunque lo bueno es que no lleva una pañoleta osea ¿Que adicción tiene con ella? Tiene un montón de eso prácticamente su colección.
Miranda: si la compraste ayer ¿Aparte no era lo que te ibas a poner?
Kenia: es mejor que cada uno vaya en su carro y así vernos ahí, es mejor para cada uno.
Miranda: me parece bien no quiero que alguno me apure para vestirme, necesito mi momento de relajación y estar cómoda
José: entonces cada uno por su lado, no?—todos aceptan.
Ahora como mierda me voy? Después de aquí me tengo que ir al burdel un rato y después al club. Por que la vida me hace esto no puedo faltar porque ella me estará vigilando.
Ángel: mi ciela— se recuesta en mis hombros —nos iremos juntos así podría visitar un rato Al burdel y divertirme un rato.
Su oferta me suena tentadora pero hay una regla muy estricta de que ellos no pueden venir al burdel aunque Ángel lo ha visto de cerca pero nunca a entrado.
Noemí: no gracias, tengo cosas mejores que hacer no necesito de tu falsa bondad —lo alejo de mi.
Ángel: yo lo estoy haciendo de buena fe y tú me rechazas, no mi nena así no es la cosa
Nos quedamos un rato forcejeando, intaba pegarse a mi como una sanguihuela pero no lo dejaba. Es fastidioso y sabe que lo odio.
Al rato el se cansa y se va a molestar a Angellyc moviéndola de un lado a otro para distraerla de su conversación Kimi creo que es la única persona que casi lo aguantan, claro, aparte de mi.
Las chicas seguían hablando del la ropa que se querían poner para estar cómodas pero elegantes, tan irritante. Alejandro y José se quedaban viendo fotos del lugar y lo que querían hacer eso significaba que ya el itinerario estaba hecho.
Estoy recostada en una mesa, escucho determinadamente los que mis amigas dicen, de lo que se ríen. Aquel suelo que antes veía oscuro se van desvaneciendo sus colores poco a poco dejaba de escuchar los ruidos alrededor. Mi mente desconectada me hace ver oscuridad deje de ver a las personas de mi entorno a verme a mí en un lugar oscuro.
Quería creer que era mi mente proyectandome a mí en tercera persona y ahí estaba yo caminando pero la dirección ya no era recta si no en círculos, mis uñas rotas y comidas podia sentir el miedo que había, sudaba frío y temblaba no sabía porque pero quería gritarte que dejaras de hacer eso.
Para! Para! Para! Para! No lo hagas! ¿¡Que estás haciendo!? ¡TE HE DICHO QUE PARARAS!
Ella me veo. Me se sonríe, le gusta verme sufrir¿Que está pasando?.
El viento sopla y lo que antes era un suelo sólido se vuelve agua, líquido. Poco a poco subía intentando ahogarla, ella no se movía y yo no podía alcanzarla mis brazos y mis piernas no se movían algo me invadía el paso, las ganas de gritar no salían, quedaba un nudo en la garganta que no me dejaba.
Ella sonríe de nuevo pero esta vez es más amplio. Cuando el agua ya le estaba llegando a los hombros, su cuerpo desvanecía lentamente, su brillo ya se estaba apagando y la brisa que había se la llevaba hecha en polvo y humo.
Noemí... Noemí...¡NOEMÍ!
Noemí: que!— grito —te estoy oyendo
Angellyc: estás viendo, te vi quieta por un largo rato
Noemí: no te preocupes, ¿Que querias?— pregunto.
Angellyc: toma a tu perro— su mano agarraba aquella camisa azul con rayas con fuerza arrugandola.
Ángel nooo.
Ángel: — se ríe —por los dioses me entrego como sacrificó
Angellyc: deja tu payasada— lo empuja hacia a mi —mucha diversión por hoy, te dejo para que le pongas la correa
Ángel: NOOOO... Me has entregado como carnada, ahora te acabo de hechar una maldición. Tu fiera, estás condenada a la desgracia —ella le da un golpe leve en la frente mi amigo —auch
Noemí: dejala, podrías quedarte quieto por un rato.
Ángel: estoy aburrido, necesito atención —comeiza a moverme de un lado a otro —sabes que mejor me voy a fastidiar a Alejandro y José.
El se va dejándome ahí, al instante noto que las chicas no están donde antes, busca sin importarme que me vea desesperada. Kenia estaba Angellyc pero no veía a las otras.
Salgo a buscarla como no había supervisión era fácil salir de ahí, camino por los pasillos solos el frío que había en ese lugar era indescriptible y el ruido que hacían los demás salones era muy molesto para mis oídos.
Sigo caminando no hay llegado a la a la esquina del pasillo, los paso se y los gritos de hacían más fuertes
"Agarrenla" "que no escape"
Veo pasar a Loren corriendo con todas sus fuerzas siguiendo derecho y atrás de ella las demás, Eva, Emma y Vanessa con otras chicas más que no conocía. Rápido salieron de mi vista menos Vanessa que se quedó detenida para descansar, le faltaba aire.
Yo voy rápido donde ella.
Noemí: estás bien?— me agachó dandole una leves paladas en su espalda —debe ser muy agotador atraparla