Mariposa: Evolución

CAPITULO 25

Me sentía a gusto a pesar de todo, pero aun no le preguntaba a mi padre lo que había pasado con la mamá de Harb, sinceramente no sabia como debía preguntarlo, se le iba a hacer raro que yo conozca a esa señora, pero no me quiero quedar con esa duda.

Toque la puesta del despacho y se escuchó la voz de mi padre

-pasa- 

-hola padre, quiero hablar contigo- 

-claro hija, ¿que pasa?- se levantó de su silla - ven a sentarte- ambos nos sentamos en la pequeña sala que tenia ahí 

-no se como decirlo, pero ¿conoces a la familia del señor Russo? -

- ¿por que lo preguntas? - dijo algo serio 

-es que..., escuche algo sobre la muerte de su esposa-

-lo que hayas escuchado de su boca no es cierto-

-entiendo, solo quiero escuchar tu versión de todo-

-no tiene caso que lo escuches- 

-para mi si tiene caso-

-eres muy testaruda-

-soy igual a ti, PADRE - 

-muy bien te contare las cosas, como yo la recuerdo- 

Estaba lista para escuchar atentamente todo lo que había pasado con mi padre y la familia de Harb.

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Todo comenzó un día en el que él señor Russo necesitaba ayuda con "su negocio", no solo me pido favores a mi, también lo hizo con otras personas, pero su error fue no pagar por esos favores y creer que todo lo podía hacer. 

Llego conmigo por mas ayuda y yo me negué, así que se molesto demasiado y mando a matar a tu madre.

Mande a investigar todo lo que había pasado, pero el como un vil cobarde solo se escondió y negó todo lo que había pasado.

Después me entere que no mando a matar a tu madre él directamente, si no que le vendió información nuestra a un enemigo que yo tenía. Me enfurecí más cuando me enteré que tú también eras su objetivo, pero te logré salvar a pesar de todo. 

Como venganza yo también mande a matar a su esposa, y solo para aclararte, ella también había sido parte del plan para matar a tu madre porque la odiaba. 

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-pero ¿por que odiaba a mamá?, ella no le hacía mal a nadie, o eso es lo que recuerdo- 

-ellas tenían problemas desde la escuela preparatoria, al parecer tu madre y ella eran amigas, pero al final ella traiciona a tu madre y desde ahí no se volvieron a hablar como amigas- 

-entiendo- 

De verdad no entendía nada, como podía ser posible que las únicas persona con las que he salido y con las que he formada una buena amistad (Harb y Aysel), sean hijos de los enemigos y asesinos de mi madre, pero ellos no se parecían nada a lo que mi padre había descrito o al menos no se parecían a sus padres. 

Todo esto parecía una tragedia de una típica historia de amor que puedes encontrar en un libro de enemigos, sabía que estaba mal, pero no me quería alejar de ellos, de verdad los quería  mucho y los apreciaba de una buena manera, tal vez si hablaba con ellos podían entender todo y seguiríamos igual. 

Salí del despacho de mi padre, pero seguía con todo este tema en la cabeza, solo quedaba una persona para preguntarle todo y ese era el señor Benjamín, pero no quería contarle todo, pues acaban de firmar un contrato y esto los puede afectar. 

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Mael - Lía, ¿estas bien? -  

Lía - hola Mael, si estoy bien-

Mael - que bueno, ya me había preocupado porque no  me mandabas mensaje- 

Lía - no te preocupes, todo esta bien -

Mael -¿como te va con tu padre?  ¿aun no te encarcela? -

Lía -no, y de verdad me sorprende pues decidió respetar mis decisiones- 

Mael -eso es genial- 

Lía - lo sé, tal vez nos podamos ver en un rato- 

Mael - claro solo mándame la ubicación- 

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Me acosté en mi cama, estaba muy confundida y no sabía que hacer exactamente. Después de una hora tome mi bolsa junto con mi celular y dinero. Salí de mi habitación, baje las escaleras y me dirigí a la salida, desde que iba bajando los pocos escalones que quedaban pude observar al guardia que no me había reconocido.

- buenas tardes- salude a los guardias que me iba encontrando 

-buenas tardes señorita - 

-hola, con permiso- le dije a ese escolta grosero en la puerta

-claro señorita- se movió a un lado

- que bueno que ya me muestras respeto- me di la vuelta y salí de la casa 

Una sonrisa se reflejaba en mi rostro, estaba satisfecha con la reacción del guardia, tal vez mi lado malvado por fin estaba saliendo de lo mas profundo de mi ser. 

Después de caminar por varios minutos, pude conocer aquel lugar en donde a pesar de haber muchos años de mi vida viviendo aquí, no conocía del todo, parecía que estaba en una película descubriendo nuevos escenarios. Me encontré con Mael en un parque muy bonito, al verlo me di cuenta que tenía un helado en la mano.

-yo también quiero uno- dije apenas llegué a él   

- vamos por uno- 

Se levanto de la banca y fuimos hasta una heladería que estaba al frente 

- ¿que sabor te gusta? - 

-quiero de helado de fresa -

-un sabor muy común- 

-pero muy rico-

- mmm a veces es muy dulce-

- ok, solo quiero helado de fresa- 

Lo pidió y regresamos a la banca, ambos saboreemos nuestro helado, de verdad era muy bueno 

- ¿que harías si te enteras que la familia de la persona que quieres es un gran enemigo de tu familia y ambas se odian? -

- primero, no soy fan de Romeo y Julieta, segundo creo que no me mataría por amor- dijo para después probar un poco de su helado - pero respeto la literatura y las obras de William Shakeaspeare - 




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