Marlady

Capítulo 1.

 

》》》Mi nuevo vecino de rincón《《《《

 

“Tal vez el amor es un riesgo, pero es un riesgo que estoy dispuesto a asumir, y como has dicho, no es una opción. Nunca pensé que lo haría, nunca pensé que podría amar a alguien así, pero me enamoré de ti. Luché contra eso. Es la primera batalla que no me importa perder”.

Pataleo en mi cama emocionada. Este Luca me trae locamente enamorada, tiene la cantidad perfecta de malicia, sensualidad, masculinidad, y por supuesto amor para hacer que mi corazón palpite de solo pensar encontrar un hombre que me ame así. 

Miro la hora en mi reloj, me tengo que arreglar para salir, aunque no quiero tengo que iniciar mi día. 

Me ducho rápidamente, visto mi sudadera unos tenis cómodos, busco las llaves del auto. Manejo con una sonrisa de estúpida en mi boca. Los hombres que salen en los libros no son reales, la mayoría de los escritores que leo son mujeres, e idealizan a los hombres.  

Estaciono en mi lugar de siempre, cojo mi toalla, mi shaker y bajo, el sol está brillando, su calor me relaja.  

Tomo mi Kindle con mis audífonos y entro al edificio.  

Como raro tienen música a todo volumen, no respetan a las personas que prefieren entrenar en paz.  

Voy a mi rincón donde entreno desde hace más de dos años, siempre estoy aquí por tres horas, por lo que debo estar cómoda.  

Cuando era niña, mi mamá me decía que la apariencia no era importante, siempre fui algo gordita, pero después de su muerte empecé a comer descontroladamente, me subí casi diez kilos, y solo tenía nueve años.  

Dejo mis cosas en una banca para buscar lo que voy a usar hoy. Espalda, uno de mis ejercicios favoritos.  

Doy algunos saltos y troto en mi lugar mirándome al espejo, tengo que preparar a mi cuerpo para el ejercicio, estiro mis brazos, ya lista, en mi Kindle pongo uno de los libros que estoy leyendo para reproducirlo.  

Ubico mi rodilla en la banca, apoyo mi mano izquierda y con la derecha tomo la mancuerna, empiezo mis ejercicios de remo con calma, me encanta sentir el ardor que produce el ejercicio después de la quinta repetición. 

Terminada la serie me levanto y busco mi agua, el gimnasio está más solo de lo normal, no veo a nadie a mi alrededor. 

Camino hasta la polea, me ubico en la banca, cojo la barra y empiezo a jalar con fuerza apretando los músculos de mi espalda, por el rabillo de mi ojo veo que algo se mueve, giro mi cabeza para ver a varias personas ubicadas en la zona de sentadillas, lo más probable es que algún pendejo esté levantando mucho peso. Vuelvo a concentrarme en mi ejercicio. 

Después de dos horas de hacer pesas, bajo al área de cardio, hoy debo hacer elíptica, una hora, no me gusta este ejercicio, pero quiero comer mucho y no engordar, así que me subo a la máquina y empiezo en el nivel más suave. 

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El cronómetro suena y agradezco a Dios, ya no puedo más, me tiemblan las piernas y mi pecho arde con cada respiración, camino un rato para bajar la temperatura y me tomo mi proteína. 

Son las once y treinta cuando salgo, mi rutina está perfectamente calculada, siempre todo a la misma hora.  

Ya en mi casa almuerzo, sola como siempre. mi papá trabaja mucho, no lo juzgo, ama su trabajo, es solo que, a veces quisiera estar con él. 

Como el sol brilla en lo alto voy a leer en la piscina, no me preocupa que alguien pueda verme, estoy sola. Sonrío. 

Me siento en la tumbona con mi bikini, no soy de mostrar mucha piel, pero broncearme me vendrá bien. 

En la noche papá no llega para la cena, no me extraña, a veces solo lo veo en domingo, la muerte de mi mamá también le afectó mucho, pero ahora se encierra en su trabajo, olvidándose de mí. 

 

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El día anuncia su llegada con el sol en el horizonte, me levanto rápido y voy a la cocina, quiero ver a mi papá.  

En la cocina no hay nadie, su despacho; vacío. Camino al frente de la casa y su auto no está.  

Su ausencia no es fácil de llevar, aún tengo la esperanza de que quiera estar conmigo.  

Terminando mi reseña la sello pasando mi lengua por el sobre, saliendo de casa debo dejarla en el buzón. 

Llego al gimnasio como siempre, voy a mi rincón, saco mi kindle para buscar mi libro. 

—¿Puedo entrenar aquí? —¡Qué demonios! Brinco en mi lugar.  

Levanto el rostro para ver al dueño de la voz… Y, ¡Por Dios santo! ¿Cómo es que nunca vi a este bizcocho? 

El hombre me mira fijamente, entonces caigo en cuenta que no he dicho nada.  

—Ammm... — miro a mi alrededor. — El espacio no es muy grande, si te sientes cómodo de ese lado. —señalo con mi cabeza. —Por mí no hay problema. —los ojos del hombre se fijan donde señalé y levanta una ceja.  




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