Marlady

Capítulo 4.

 

》》》No me gusta la internet, prefiero los libros.《《《《

 

—Ahora sí, a lo que vinimos… —salimos de la cocina, y lo guío al estudio, me quiere enseñar de internet y ahí es donde está la computadora. Abro la puerta y veo mi desorden por todo lado, todo saben que no deben mover nada.

—Así que esta es tu biblioteca. —camina alrededor de los estantes mirando los libros. —Interesante…

—Aquí está la computadora. —le señalo el escritorio, dónde tengo libros arrumados. Trato de correrlos para hacer espacio. Él se sienta y prende la torre. Yo me siento en el sofá de enfrente esperando que me diga algo.

Mis desesperados ojos viajan al libro que dejé iniciado está mañana, me hormiguean los dedos, quiero seguir leyendo, miro a Volkan detrás de la pantalla y lo veo concentrado, entonces tomo el libro en mis manos y lo pongo en mi regazo, mis ojos buscan desesperadamente la parte donde quedé…

—“No querrás saber que haré si pronuncias una sola palabra sin pedir…” —mi cabeza se eleva reconociendo esas palabras. —“Mi maldito permiso.” —concluye, sus ojos están fijos en uno de mis libros, arruga su frente y yo me levanto como rayo a quitárselo.

—¡¿Qué haces?! —se lo quito de las manos cerrándolo de golpe. Los ojos de Volkan no pueden estar más abiertos.

—¿Qué clase de cosas lees? ¿Sado? ¿Psicópatas? —ruedo los ojos. Camino al estante y lo pongo con cuidado.

—Un rostro cruel… —dice con la cabeza ladeada para leer el título del lomo.

—Eso no es de tu incumbencia. Ahora, enséñame lo que necesitas o te saco de mi casa. —una sonrisa ladina adorna su rostro.

—Está bien. Pero tienes muchísimos incluso ibas a leer conmigo presente, ¿Eso no se hace cuando estás solo? —relajo mis hombros acercándome de nuevo a él.

—¡Enséñame lo que necesitas o te saco!

—¡Que genio! —le doy un golpe en el hombro y lo veo empezar a manipular el computador.

—Bueno… —suspira. —Este es Instagram. —ingresa algunos datos y aparecen fotos de mujeres, muchas mujeres, muy lindas todas. —Por aquí es donde mejor pagan. Esta es mi página —ahora veo muchas fotos de él, comiendo, sonriendo, sin camisa, como raro. —Estás son las publicaciones por las que me pagan. —da clic a un corto video de él bebiendo en un shaker con la marca de la proteína, al final sonríe y guiña un ojo, parecía que me miraba, y ese guiño hizo que me diera calor. Hice sonar mi garganta en afirmación. —¿Entonces? —levanta su cabeza para mirarme. —¿Te creamos una cuenta? —¿Yo en internet? No lo creo.

—No, no creo que la use.

—No seas aburrida. —se levanta cediéndome la silla. —Algunas personas solo miran no publican nada. —me obliga a sentarme, se inclina a mi lado manipulando el mouse, su aroma llega a mi nariz, este condenado sí que huele delicioso, respiro profundo su aroma disimuladamente. Su corta barba y sus delineados labios están muy cerca. —Bueno. Escribe tu correo. —mis ojos cambian a la pantalla. Escribo mi correo. —Crea una contraseña. —miro la barrita y pienso en una segura, la de siempre funcionará. Entonces escribo; Paraviajarlejosnohaymejornavequeunlibro, abajo me pide repetir así que la vuelvo a escribir.

—Que no se te olvide. —lo miro mal.

—No se me va a olvidar. —se encoge de hombros.

—Solo digo, es bastante larga.

—Créeme, no se me va a olvidar. —lo veo manipular otro poco la computadora y luego se endereza.

—Listo, cuando quieras entras y modificas tu perfil, le pones foto y todo eso, lo importante es que ya me sigues. —miro en mi pantalla las fotos de él, se nota que está orgulloso de su apariencia, son demasiadas fotos para una sola persona.

Asiento sin decir nada, cierro el navegador y suspendo la computadora. Me levanto y Volkan me mira como si hubiera hecho algo malo.

—¿Qué? —sus ojos otra vez están fijos en mí.

—Eres una chica peculiar. —junto mis cejas.

—¿Peculiar? —repito buscando su significado en mi cabeza creo que es... Que soy diferente… ¿Pero diferente cómo?

—Si, peculiar, pero de buena forma. —entrecierro mis ojos tratando de analizar sus gestos. Él solo sonríe, no se cansa de mostrar esos dientes perfectos. —Creo que eso es todo. Sabes manipular el computador, así que no te será difícil aprender por ti misma a explorar las redes sociales. —disimulo una mueca, no creo que eso vaya a pasar, pero mejor le digo que sí, con eso se va y sigo con mi lectura.

—Ajá… —se queda mirándome, otra vez, ¿Por qué hace eso? Estoy empezando a pensar que tengo algo en la cara. Para diluir el incómodo momento me muevo al sofá para coger mi libro, tal vez eso le dé la idea de que quiero que se valla, no lo quiero echar.

—Bueno… —se gira hacia la puerta. —Creo que me voy… —sonrío caminando detrás de él. —a menos que quieras que me quede. —se detiene de golpe y choco con su espalda. Se gira y me mira sonriente. Doy un paso atrás para hacer distancia.

—No, debes tener cosas que hacer, no te preocupes. —termina de salir y suspiro, cuando llegamos a la sala coge sus cosas del sofá muy despacio, no sé si es mi impresión, pero pareciera que no se quiere ir.




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