》》》Mi terreno inexplorado《《《
Está noche, quiero ser solo una adolescente que se deja llevar de sus impulsos.
Saco mi cabeza de su pecho para mirarlo, su respiración choca contra mi cara y tiene un aroma… Extraño, no es nada que hubiera olido antes, es nuevo, pero agradable.
Mi mano llega a su carrasposa mejilla, sus ojos se abren de inmediato, mira hacia abajo buscándome. Pone su mano sobre la mía, la lleva a su boca y deja varios besitos, me sonríe, luego mira mis labios y se me seca la boca.
Se inclina lentamente, imagino esperando alguna protesta de mi parte, pero me quedo quieta, ansiosa por su toque, estiro mi cuello acortando la distancia que nos separa, sus labios rodean los míos.
Las deliciosas sensaciones se reavivan en mí, su boca es mágica, despierta todo mi cuerpo, la danza de su lengua con la mía inicia, es lenta, delicada, pero a la vez tan intensa, la temperatura de mi cuerpo se eleva, ya no me extraña, ahora me gusta.
Mis dedos hormiguean, quiero tocarlo más, quiero sentirlo muy cerca, y fundirme en él.
Llevo mi mano a su sedoso cabello. Se levanta un poco haciéndome girar para seguir pegada a su boca. Su mano toca mi cuerpo encima de las cobijas, yo ya las quiero quitar de encima de mí, me estoy quemando en el fuego que producen sus besos.
Giro mi cuerpo para estar más cómoda, y paso mis brazos por su cuello, reteniéndolo para que no se aleje, hoy soy yo quien quiere perder la razón, bueno, hasta cierto punto claro.
Su cuerpo se hace casi completamente sobre el mío, muevo mis piernas tratando de alejar las cobijas, me voy a derretir aquí metida, Volkan se separa de mí y me mira.
Le sonrío nerviosa.
—Tengo calor. —veo sus ojos oscurecerse aún más. Se muerde el labio inferior sin disimulo, mete su mano debajo de las cobijas y siento que me toca el abdomen con su mano fría, mi cuerpo se sacude ante el cambio de temperatura.
—Es verdad… —deja un breve beso en mis labios. —Estás ardiendo. —contengo una sonrisa.
Se baja de mí y mira al techo, saco una de mis piernas buscando sentir el fresquito del ambiente. Espero por un largo rato, pero Volkan no vuelve a mí. Lo miro y tiene el ceño fruncido con sus manos cruzadas detrás de su cabeza. Quiero que venga y continúe besándome, pero no se lo voy a pedir, ya hice mucho iniciando el beso antes.
—¿Mejor? —pregunta después de un rato rompiendo el silencio. Quiero contestar, pero no creo que salga mi voz, así que hago sonar mi garganta en afirmación.
Se hace de medio lado mirándome, coge una de mis manos y la abraza entre las suyas. Veo el brillo de sus ojos y me dan ganas de tirarme sobre él, pero yo no soy así, suspiro y suena más duro de lo que imagine.
—¿Qué piensas? —su voz es tan gruesa que se siente sensual, y con esa forma de hablar tan pausada, me eriza los bellos. Niego con la cabeza.
—Nada… —contesto al final. Pero una extraña valentía me recorre y no me doy cuenta de lo que estoy por decir hasta que sale de mi boca. —No es verdad, pienso en por qué te detuviste. —mi corazón se acelera ante la falta de respuesta, sé que su rostro está hacia mí, pero no quiero girar y comprobar si está despierto.
—Por qué es lo mejor… —entrelaza sus dedos con los míos y vuelve a acostarse boca arriba.
En este momento me gustaría poder leer sus pensamientos, puede haber tantas razones... Tal vez no lo hago bien, o tal vez no le gustó lo suficiente, tal vez le recordé a una ex, o simplemente no quiere. No indago más, no lo voy a presionar a decir nada, tengo que tratar de que no me importe.
—Sino… —continúa y me quedo quieta y callada en mi cabeza. —Más adelante parar es más difícil. —trago entendiendo a qué se refiere.
Puede estar hablando de sexo, no soy la persona más diestra en el tema, pero estoy segura de que me sé defender bien, aunque mis conocimientos se limitan a los libros. ¿Sería capaz de hacerlo con él…? ¿Hoy? No, claro que no, pero no puedo negar que si me gustaría sentir las sensaciones que podría provocar con sus manos allí abajo.
—¿Quién te pide que pares? —lo aliento, obvio, si veo que las cosas suben mucho de nivel, voy a ser yo quien detenga todo, no soy tonta, pero no sé cuándo vuelva a tener la oportunidad de estar a solas con un chico, y uno que me guste de esta manera, bueno, me gusta lo que me hace sentir, sus besos...
—Marlady…—susurra con esfuerzo.
—¿Volkan?
—No sabes lo que me pides. Te deseo, de verdad que lo hago, pero no quiero solo tu cuerpo, quiero tu alma, quiero tu amor. —la última palabra resuena en mi cabeza…
¿Amor? ¿De verdad dijo que quiere mi amor? No puedo evitarlo tengo que verlo, dijo que quiere mi amor. Giro mi cabeza buscando su rostro. Tiene la vista fija en un mechón de mi cabello que está retorciendo con sus dedos.
—¿Hablas en serio? —susurro... Él cambia su enfoque a mi cara y sonríe, pero es de esas sonrisas que sabes que son falsas.
—Nunca he hablado más en serio. —el calor en mi cuerpo se disipa. Me siento poniendo mis ojos en él, aunque me molesta no poder verlo bien.