Marlady

Capítulo 16.

 

》》》Una deliciosa adicción ​​​​《《《《

 

—Marly. —dice, siento las lágrimas llegar a mis ojos, pero respiro, no voy a llorar de nuevo frente a él.

—Papá... —me aclaro la garganta, el nudo quiere crecer y no lo voy a permitir.

—Necesitamos hablar, quiero explicarte todo y que... —se queda callado de repente mirando a mi espalda.

Giro mi rostro y Volkan está parado en la mitad de la habitación con solo su toalla en la cintura, Ciro me mira y luego vuelve la vista en él.

No hay que ser adivino para saber lo que está pensando, qué la verdad no es muy alejada de la realidad, pero lamentablemente eso ya no le incumbe.

—¿Tu... y él? —pregunta con los ojos bien abiertos. Me cruzo de brazos para verme dura.

—Si papá, él y yo... —Ciro entra en la habitación y se ve molesto.

—Me dijiste que eran amigos. ¿Qué haces medio desnudo en su habitación? —Volkan no se inmuta, coge su pantalón y empieza a ponérselo.

—Señor Ciro, discúlpeme, pero yo no tengo nada que explicar, ya su hija lo dijo. —mi papá se pone rojo y se gira para mirarme.

—¿Quién es él…? —aprieta sus puños. —¿Quién es él para ti? —miro a Volkan y luego a mi papá.

No sé qué decirle, Volkan le dijo que era mi amigo, pero no llega ni siquiera a eso, solo somos buenos conocidos, conocidos que hicieron cosas muy íntimas.

Una sonrisa se dibuja en mis labios.

—Él es mi amante. —Volkan se queda quieto para mirarme y los ojos de mi papá se van a salir de sus orbitas. —Tu debes saber bien de eso. ¿No papá? —Ciro camina como un toro acercándose a mí.

—Marlady, tu mereces a alguien mejor… Este... —gira su rostro mirando a Volkan. —Muchacho. —es evidente su desprecio. —No te puede ofrecer lo que mereces.

—Este muchacho. —repito sus palabras. —Me da compañía, algo que tu no pudiste, y ahora que está todo claro te puedes ir. —camino a la puerta sosteniéndola, mi papá me mira incrédulo, entonces recuerdo un pequeño detalle. —Es verdad... —cojo mi pijama y unos tenis. —Esta es tu casa, me voy yo. —Ciro abre los ojos como platos.

—¡No! —grita muy fuerte deteniéndome. —Esta es tu casa. Me voy. —pasa por mi lado casi corriendo.

Siento un frio recorrerme, nunca pensé poder hablarle así a mi papá, pero ahora que descubrí su verdad, no siento el mismo respeto que tuve en algún momento por él. Tomo una larga bocanada de aire, aun siento su aroma, pero ya no lo relaciono con cosas lindas, sino con dolor, traición, abandono. Aprieto las manos en mi pecho, el dolor de su traición me estruja el corazón.

Un leve apretón en mi codo me hace girar el rostro y me encuentro con esos hermosos ojos negros, me mira con angustia y me derrumbo, las lágrimas empiezan a bajar por mis mejillas.

Volkan me abraza y estar en sus brazos es tan familiar, es tan cálido, me siento a salvo. Me toma un tiempo tomar el control de mis emociones y agradezco que Volkan no haya dicho nada.

Me separo de él cogiendo mi pijama, ahora mismo solo quiero dormir, me encierro en el closet y me pongo las prendas rápido.

Cuando salgo Volkan está sentado en el borde de la cama, ya está prácticamente vestido, está amarrándose los tenis, se levanta y llega hasta mí, coge mi rostro en sus manos y me besa la nariz, acaricia mis mejillas y no soy capaz de mirarlo a los ojos, sé que me puedo volver a derrumbar y no quiero.

Me suelto y llego hasta mi cama, me acuesto mirando a la nada, no sé si este dolor algún día desaparezca, pero en este momento es muy duro y no tengo las fuerzas para soportarlo.

Volkan se pone su chaqueta y se gira para mirarme, ya se va y esta realidad me apachurra más mi corazón, su compañía hace más fácil lidiar con todo lo que me está pasando, pero tampoco le voy a pedir que se quede, siempre he podido sola y si pude salir adelante después de la partida de mi mamá, esto también lo voy a superar.

—Mi Lady... —se inclina frente a mí. —Tengo que irme... —su voz tiembla un poco, y mi garganta se cierra, no quiero que se valla, lo necesito.

Aprieto las cobijas impotente, ¿Porque tiene que ser tan lindo?, ¿Porque me duele que se valla?, ¿Porque me tuve que acostumbrar a él? Como mi voz esta ahogada asiento, pero siento una lagrima hirviendo resbalar para caer en la cama, solo espero que no la haya visto.

—¿Vas a estar bien? —pregunta, y se supone que, si, tengo que estar bien. Trato de sonreírle, pero es en vano, mi rostro en este momento no tiene la capacidad de demostrar algo que no siento.

Se inclina y deja un corto beso en mis labios, cierro los ojos respirando su delicioso aroma, después no hay nada más, abro los ojos para ver el vacío en mi habitación, no lo sentí salir y ahora de nuevo estoy sola, me hago una bolita en mi cama, subo la cobija hasta tapar mi cabeza y espero a que todo desaparezca.

.

.

Un leve viento frio pasa por mi rostro, me giro en la cama y siento ese aroma que ya reconozco, abro los ojos, pero la oscuridad de mi habitación no me permite ver mucho.




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