》》》Me rindo《《《《
—Si cada vez que te toque te vas a poner así, no vamos a poder hacerlo en lugares públicos. —acaricia mi mejilla y sinceramente no sé a qué se refiere, igual yo no le pedí que hiciera nada, y soy algo novata en esto para poder controlarme cuando mi cuerpo no obedece lo que le pido que haga, que casi siempre es no dejarse llevar por las insinuaciones de este hombre.
Se sienta a mi lado, pasa su brazo sobre mis hombros y me acerca a su cuerpo, seguido siento un beso en mi cabeza. Mi respiración se empieza a normalizar y me siento incomoda allí abajo, me siento pegajosa.
Miro alrededor, pero aquí no hay nada que me ayude con ese problema.
Me levanto ya otra vez en mis cinco sentidos, miro a Volkan aun sentado, sus ojos están fijos en mí, quito el seguro de la puerta, necesito salir a limpiarme.
—Deberías esperar otro poco, aun estas sonrojada. —toco mis mejillas por instinto, pero no le doy importancia y salgo.
Volkan sigue mis pasos, llego a los lavados y veo mi cara como un tomate, mojo mis manos y luego las pongo en mis mejillas.
No sé porque me pasa, si ya no me da vergüenza o al menos no cuando estamos a solas. Volkan se acerca me abraza desde atrás y besa mi cabeza.
—Te veo afuera. —no le respondo nada, solo lo veo salir.
Miro mi reflejo y no me reconozco, a pesar de que leo muchas historias con temáticas muy sexuales nunca me imaginé que yo podría protagonizar algo así y solo hay un causante, un detonante, el único que ha logrado entrar en mi vida y quedarse a pesar de mi negativa a abrirme.
¡Maldito Volkan!
Resoplo.
Se metió en mi vida como un ladrón en la oscuridad, y se quedó, tan presente que ya es normal verlo y lo peor de todo, es que ya me hace falta, anhelo ver su estúpida y perfecta cara todos los días.
Uso el sanitario, arreglo todo en mi entrepierna y lavo de nuevo mis manos, las seco y salgo, mi rostro ya está de su color habitual.
A lo lejos veo a Volkan en mi rincón, entrenando como si nada hubiera pasado, creo que ni siquiera se lavó las manos, y luego yo cojo sus mancuernas llenas de... ¡iugh!
—Así que si lo logró el muy desgraciado. —giro mi rostro buscando a la dueña de la voz. Alexandra me sonríe con superioridad.
—¿Disculpa? —me quedo quieta y ella se acerca.
—Sí. —señala a Volkan. —Es obvio que ya te tiene... Lo subestime, o tal vez a ti... —levanta una ceja. —Creí que eras más inteligente que esto. —junto mis cejas.
—No te entiendo, puedes ser más clara. Por favor. —ella suelta una carcajada y lo señala.
—Es Volkan, ¿No? Siempre consigue lo que quiere, y más si se trata de mujeres. Solo ten cuidado... ¿Ese interés tan repentino en ti no se te hace raro? —chasquea su lengua y se va, dejándome desorientada, la veo desaparecer de mi vista, miro mi rincón y Volkan me está mirando.
¿Ese interés tan repentino en ti no se te hace raro?
Me hizo la pregunta para la cual no tengo respuesta, y claro que me la he hecho, creo que por eso no puedo confiar cien por ciento en él, siempre creo que hay algo más, algo que no me dice o me oculta.
—¿Estás bien? —escucho la voz de Volkan y vuelvo a mi realidad.
—¿Por qué estás conmigo? —frunce su ceño. —Quiero decir; ¿Cuál es tu interés en mí? No tengo lo que buscas, no soy tu típico prototipo de mujer. ¿Qué esperas ganar con esto? —Volkan resopla.
—¿Qué te dijo? —pregunta y está usando su tono serio, ese que muy pocas veces usa conmigo.
—Yo pregunté primero. —me mantengo firme, necesito respuestas y solo él me las puede dar. Se acerca más a mí y doy un paso atrás, si pone sus manos en mi cuerpo estoy perdida.
—No hagas eso. —dice con su mandíbula apretada. —No te alejes de mí. —asiento.
—Está bien, solo no me toques. —vuelve a dar un paso hacia mí y esta vez no retrocedo. Me cruzo de brazos mirándolo seriamente, necesito respuestas.
—No sé qué te dijo Alexa, pero conociéndola puedo estar seguro de que lo hizo solo para incomodarte.
Levanta su brazo lo lleva a mi cintura, pero se detiene.
—Mi Lady... Yo estoy contigo porque me enloqueces, porque, aunque no eres mi típico prototipo, como dices tú, eres lo más hermoso que he visto, porque me vuelve loco pensar que puedas conocer a alguien mejor y te alejes, porque sé el tesoro que eres, y créeme, también sé que no soy el príncipe azul, más bien soy el ladrón o un pirata, pero quiero que esta princesa se quede con el villano.
Mi corazón late a mil por hora, ¿Por qué está usando esa analogía? ¿Cómo sabe que me gustan los villanos más que los héroes?
—Quiero ganarme tu corazón, no mentía cuando te dije que quiero tu amor. Quiero que seas mía en cuerpo, alma, mente, espíritu. Te quiero para mí, y lo supe desde el primer momento que te vi.
Resopla frustrado.
—Y Alexa lo notó, me dijo que no tenía oportunidad contigo, que no estoy a tu altura, que no te merezco, y… maldita sea, sé que es verdad, sé que mereces alguien mejor, por eso intento mejorar, para ser digno de ti...