Más oscura que tu conciencia (libro 1 Saga Mas)

Capítulo 8

—¡Pero qué manipulador nos resultó la momia! —de camino al aeropuerto, Dandy no paraba de reír mientras Lance le contaba de lo sucedido en su oficina.

—¿No eran dinosaurios? ¿Cuándo los actualizaste? —le siguió el juego a su primo, pero el menor movió sus manos en un breve gesto para restarle importancia.

—Detalles más, detalles menos… ¡Fosilizados están! —volvieron a carcajearse, estaban muy alegres, nada ni nadie iba a sabotearles el momento. Ambos iban en la camioneta de Lance con Travis al volante, mientras que Dennis conducía la camioneta de Dandy, en la cual movilizarían a los Riot.

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La primera en bajar del jet privado fue Matilde, quien exudaba emoción por cada poro, mirando todo a su alrededor. Al verlos, se apresuró a llegar hasta ellos y darle un cálido abrazo a cada uno, agradeciéndoles por la invitación.

—¡Oh! ¡Eso fue mágico! Las nubes parecían hechas de algodón. No… de nieve mejor —posó una mano en su pecho para suspirar y bajar un poco la emoción, sabiendo que no debía excederse—. No imaginan cuánto deseaba poder abrir una ventanilla para intentar agarrarlas. ¡Gracias!

Detrás de ella se encontraba Andrew, quien intentaba contenerla para evitar que rodara por las escalinatas mientras bajaba. Al final, Nathy sonreía con la emoción que mostraba su madre que, aunque solía ser muy alegre, desde que murió su padre no la había visto tan entusiasmada.

—Ya planificaremos un viaje a Aspen o no… Mejor arrendamos un hermoso chalet en Suiza para que conozcas la nieve, mujer —replicó Dandy mientras le devolvía el efusivo gesto.

Después de los saludos, en los que ninguno dudó en abrazar al otro, los anfitriones planearon llevarlos a recorrer la ciudad antes de ir al hotel, guardaron el equipaje y se acomodaron en ambas camionetas. El menor de los primos arrastró a Matilde y Andrew consigo, mientras que a Nathy y Lance no les quedó de otra que intentar calmar a sus agitados corazones al saber que harían el recorrido juntos.

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—Ahora entiendo por qué ustedes están tan desteñidos, con tantos edificios tapándoles, apenas si recibirán algún rayo de sol muy de vez en cuando —Dandy y, más discretamente, Dennis se carcajearon al escucharla.

—Madre… —un apenado Andrew se esforzaba, pero era difícil contener la incipiente curiosidad de Matilde, quien ante tanta novedad se sentía casi como una niña.

—¡Déjala ser, hombre! —le reclamó— En mis últimos viajes he estado igual que ella… O peor, no te imaginas la de cosas hermosas que pululaban a mi alrededor.

Dandy le miró con tal picardía que el aludido prefirió no ahondar en el tipo de cosas hermosas al que se refería ese bribón.

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A la par, en el otro vehículo.

—¿Por qué tan callada? ¿Continúas molesta conmigo? —mientras Nathy se enfocaba en observar la ciudad a través de la ventanilla, el silencio y la tensión creciente eran tan exasperantes que Lance apenas si pudo encontrar un tema interesante para iniciar una conversación.

—En realidad, no estaba molesta contigo, solo… con lo que tu repentina presencia significaba —esa respuesta lo dejó más desenfocado que al principio y su mirada lo reflejó, por lo que ella aclaró su comentario—. Después del secuestro, Andrew conversó conmigo acerca de nuestras opciones, del tratamiento que nuestra madre necesita y de la posibilidad de perder la posada, por eso él te llamó, para pedirte un trabajo, pero tú ya estabas en la bahía.

—¿Tenías la esperanza de que yo me negara? —ella asintió y él soltó el aire contenido, sintiendo una desagradable sensación en su pecho al pensar que Nathy no amaría nunca a la ciudad… Ni a él, pero ignoró el sentimiento y continuó— Cada espacio tiene su belleza particular, lo sabes. ¿Verdad?

Ella le sonrió condescendiente.

—No he dicho lo contrario, este lugar es hermoso, pero definitivamente no es para mí… Al menos, no lo siento así.

—Este lugar está lleno de oportunidades, no te cierres a ellas, por el contrario, aprovéchalas para mejorar, para crecer. Cuando menos lo esperas, te encuentras persiguiendo sueños y metas que ni siquiera te habías propuesto antes… quien sabe, la vida da muchas vueltas —ella le sonrió y volvió a enfocarse en mirar a través de la ventanilla y Lance la dejó estar, explicándole brevemente cuando pasaban por algún lugar emblemático o algo llamaba su atención.

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A la mañana siguiente.

Lance quería que ellos se sintieran identificados con la ciudad, por esa razón comenzó por darles un espacio que sintieran como su hogar. De nuevo, la curiosidad de Matilde prevaleció al recorrer la casa que, por al menos quince días, ellos ocuparían.

Con la intención de que fuesen muchos más.

—Oye, este lugar es lo máximo, pero… siendo sincero, no creo que mis ahorros alcancen para tanto —le habló en voz baja, pero la preocupación plasmada en el rostro de Andrew logró que Nathy se acercara hasta ellos.

—Ambos están aquí como modelos invitados, así que, no se preocupen por eso, la corporación se encargará de todo —agregó Lance para tranquilizarlos—. Hoy comienzan con su entrenamiento y es lo único en lo que deben enfocarse, les aseguro que en su ausencia Matilde estará muy bien cuidada.



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En el texto hay: romance, locuras, racismo

Editado: 07.10.2021

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