Más oscura que tu conciencia (libro 1 Saga Mas)

Capítulo 12

Al terminar la consulta, después de haber conversado con el médico, Lance dejó a ambas mujeres en casa antes de dirigirse a la empresa.

«Esa rusa del demonio tendrá que explicarme muchas cosas». Pensó mientras atravesaba veloz el lobby, directo al ascensor para ir al piso de diseño, dónde sabía que la encontraría… sólo que su marcha se detuvo bruscamente cuando las figuras de sus padres se materializaron frente a él.

—¡Explícanos! —Bernard, sin tantos formalismos, arrojó con severidad y molestia en las manos de su hijo, el ya famoso periódico.

—Mi hijo mayor comprometido. ¡¿Y me entero por un periódico cualquiera?! —escuchó la aguda voz de Abigail y resopló pensando que, con cada escandalo batían su propio record, los dramas cada vez tardaban menos en llegar.

Una vez que las compuertas del ascensor se abrieron e ingresaron, Bernard presionó con fuerza el botón hacia el piso de presidencia, terminando así con cualquier intención que su hijo trajera en mente. Sin mencionar ni una sola palabra, él ya estaba dejando en claro, lo mucho que la noticia le disgustaba.

Ж

Después de eternos minutos en una enérgica pero estéril discusión que no los llevaba a ninguna parte, hasta Abigail se había cansado de escucharlos, por lo que decidió salir de la oficina e ir a buscar a la modelo en cuestión y mientras aún cerraba la puerta, la voz de Bernard seguía resonando, fuerte y alto, dentro de esas cuatro paredes…

—¡Espero que todo este espectáculo se trate de una más de sus extravagantes campañas publicitarias!

—¡Y de nuevo te equivocas! ¡No se trata de ninguna campaña! Y es mejor que comiences a asumir las cosas como son porque no cambiaré de opinión —zanjó mostrando toda la seguridad que fue capaz de reunir en ese instante mientras veía a su furioso padre caminar de un lado a otro de la oficina negando con insistencia—. ¿Confías en mí, Padre?

—Ese no es el problema, Lance. Bien sabes que…

—Repetiré la pregunta. ¿Confías en mí? —habló lento, enfatizando cada palabra.

—¡Por supuesto que confío en ti! De otra forma, jamás te habría nombrado CEO de ésta empresa.

—¡Bien! Entonces, deja de cuestionar mis decisiones, personales o laborales. Simplemente… ¡Deja de ponerme trabas en el camino! —intentó no perder la calma, aunque sin mucho éxito.

—Tienes que comprender que ésta corporación ha mantenido una misma línea de trabajo por años, es normal que los miembros de la junta directiva se escandalicen. Y luego, está esa joven que, claramente, está nublando toda tu sensatez. Temo que…

—Padre, no tienes nada que temer, de hecho… ¡Jamás he estado más claro en toda mi vida! —le aseguró— Nathalie Riot me importa como ninguna otra mujer me ha importado nunca. Así que, ¡no pretendas venir aquí y tratarme como si fuera un niño! —gruñó furioso, pero al instante recordó lo último que habló con ella y resopló frustrado, despeinando un poco su cabello.

—Si éstas tan seguro, ¿por qué la ocultas? —sonrió ladino, intentando confundir a su hijo para salirse con la suya.

—Porque, a pesar de lo que ves en esa foto, no soy correspondido —cerró la frase con profundo pesar, tanto, que hasta el témpano de hielo que era su padre se dio cuenta.

—¡¿Qué tontería estás diciendo?! ¡Eres un Gay Veccio! —volvió a reír con ironía convencido de que ninguna mujer desaprovecharía semejante oportunidad para atrapar al heredero de una gran fortuna.

Lance resopló fastidiado con la arrogancia de su padre.

—Ya ves… me enamoré de alguien que, al igual que yo, tiene la mala costumbre de interesarse por la esencia de las personas y no sólo por sus apellidos.

—¡¡Tonterías!! —bufó— Te he dicho hasta cansarme que el amor está demasiado sobrevalorado en estos tiempos. Conozco a un millón de mujeres hermosas y perfectas que estarían más que encantadas. ¡No te idiotices!

Lance resopló y negó con incredulidad, rascando su cabeza y preguntándose al mismo tiempo: «¿Por qué siempre era tan difícil hablar con su padre?».

—Hijo, a tu edad es normal dejarse llevar, pero a veces nos toca dar la cara y salir adelante, aún en contra de…

—¡Padre! He cumplido con todas tus imposiciones, pero no voy a ceder en esto, puedes irte olvidando de Ivanka y de cualquier otra que tengas en la lista —interrumpió, cansado ya de repetirle tantas veces lo mismo—. Eso sólo va a funcionarte con el cínico e indolente de Lester. ¡No esperes un matrimonio por conveniencia de mi parte!

—¡Y en efecto! Será él quien dé la cara y resuelva el conflicto que creaste con tu inservible enamoramiento —zanjó y Lance volvió a mirarlo sin poder creer que Bernard se atreviera a tanto.

—¡¿De verdad piensas condenar a tu hijo menor a la infelicidad sólo por un maldito status?!

—¡No te escandalices! A diferencia de ti, ¡Lester no es ningún necio sentimental! —al escuchar a su padre, frotó su rostro con cierta brusquedad mientras buscaba en el cielo raso una soga con la cual ahorcarse.

—¡Ah! ¡Claro! Casi olvidaba que él es tan materialista y superficial como tú… ¡Un Gay Veccio con todas las de la ley! ¿Cierto?



#1110 en Otros
#350 en Humor
#723 en Novela contemporánea

En el texto hay: romance, locuras, racismo

Editado: 07.10.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.