Más oscura que tu conciencia (libro 1 Saga Mas)

Capítulo 13

Nathy abandonó estoica la oficina después de soltar semejante comentario que, aunque no limpiaba su imagen ante los demás, al menos logró disminuir su pena haciéndola sentir plena y satisfecha.

Cerró la puerta con educación, se despidió de Mine con una sonrisa y esperó paciente a que abrieran las compuertas del ascensor, rogando que ninguno viniera tras de ella. Para su mala suerte, el ascensor tenía pasajeros, por lo que no pudo utilizar el tiempo de traslado para desahogarse.

Ante las miradas condenatorias de las personas a su alrededor, se obligó a no derrumbarse, manteniendo su pose altiva y personalidad amable.

«No le debía nada a nadie».

Al llegar al piso de diseño, ignoró las habladurías de algunos modelos y caminó sin detenerse hasta la oficina de Dandy. Una vez allí, al comprobar que estaba solo, entonces al fin vio la oportunidad de darse permiso a sí misma para desahogarse, aunque eso la dejara ante él como una mujer débil y llorona.

El diseñador recién había leído el artículo, por eso sacó a todos de su oficina, preparando en su mente el próximo paso, concertando todo lo que fuese necesario para quitar un poco del peso que reposaba sobre los hombros de su primo y principalmente sobre los de la morena.

En días anteriores, sin querer, Dandy había escuchado una conversación privada entre Abigail e Ivanka, donde la última no dejaba de meter cizaña en la mente de la madre de Lance, pero lo que más le incomodó fue:

—No te preocupes, sabes que eres nuestra favorita.

—Lance no me ama y eso no cambiará tan fácil.

—Bernard siempre consigue lo que quiere, tranquila.

«Bernard siempre consigue lo que quiere», esa frase hizo eco en sus oídos, resopló molesto porque sabía que eso era verdad, su tío siempre se las arreglaba para salirse con la suya. Tan pronto como vio a Nathy entrar, se levantó de su escritorio y abrió sus brazos para recibirla, ella no dudó en correr hasta él en medio de un llanto contenido que dejó salir cuando se sintió segura.

—Tranquila, preciosa. No te aflijas por esa tontería, no le des más valor de lo que realmente tiene —ella levantó su llorosa mirada y él volvió a abrazarla, depositando un suave beso en su ondulado cabello. Su celular repicó con la entrada de un mensaje que leyó y contesto, sin dejar de abrazar a la morena.

—No lloro solo por el artículo —se separó un poco para limpiar las lágrimas que sin parar comenzaron a caer, aclaró su garganta para corregir su voz quebrada e intentó continuar, aunque de nada sirvieron sus acciones porque ni su voz ni sus lágrimas cooperaron con su causa—. Vengo de la oficina de Lance, discutí con Abigail.

«¡Oh my goodness!». Dandy abrió sus ojos como platos y rascó su sien mientras la llevaba hasta el sofá para que pudieran conversar con más calma.

—A ver… Cuéntamelo todo… ¡Desde la A hasta la Z! —se mantuvo casi como una estatua mientras la morena le contaba la historia, tanto así que ella no le veía ni siquiera pestañear, pero cuando Nathy dijo esa última parte antes de cerrar la puerta, el diseñador estalló en poderosas carcajadas que, aunque quisiera, él no podía controlar.

La modelo, sintiéndose desconcertada ante esa actitud, apenas pudo acomodarse en su asiento y cruzar los brazos a la altura de su pecho, sin poder evitar que esas irresistibles risotadas terminaran contagiándola y borrando poco a poco sus lágrimas.

—¡Qué malvado eres! ¿Te burlas de mi sufrimiento? ¿No te das cuenta de que necesito de este trabajo para la operación de mi madre? —preguntó intentando no volver a ponerse triste al recordar, por lo que su alegre acompañante hizo su mayor esfuerzo por recomponerse.

—Bonita… disculpa, no me burlo. Es decir, no de ti, sino de toda esta alocada situación, es que en esta empresa no terminamos de digerir una cosa cuando ya nos tropezamos con otra peor. ¡Por amor a Dios, dime que viste la cara que puso mi tía al escucharte!

Volvió a reír con descaro, imaginando el momento. Haló de la morena para recostarla sobre su pecho y acariciar con cariño su espalda buscando relajarla.

—No estás acostumbrada a este mundo loco en el cual te envolvimos, es normal que te sientas mal y te afecten los comentarios ponzoñosos de ciertas personas —suspiró recordando eventos del pasado—. ¡Si te cuento por las que Lance y yo hemos pasado! ¿Te ha dicho algo de lo que nos pasó apenas cumplimos un mes en este lugar? —ella negó— ¡Ponte cómoda entonces, porque esto va para rato!

Dandy le contó, con lujos y detalles, de lo sucedido cuando los medios publicaron la foto en la que supuestamente habían atrapado a su primo infraganti abrazando a otro hombre en el baño de un exclusivo club… Y sin dudas, hubo más carcajadas.

—¡No puede ser! —la morena quedó pasmada.

—¿Ahora si entiendes por qué se molestó tanto cuando tú lo creíste gay? —Nathy cubrió su rostro con ambas manos, recordando aquel momento, evitando reír.

—¡Pobre! Es decir, eso debió ser muy difícil para él. Su familia, ¿cómo reaccionó? —Dandy dejó de sonreír y volvió a suspirar, muy profundo.

—Bueno, ¿qué te digo? Casi lo remueven del cargo y a poco estuvieron de desheredarlo… ¡Lo normal!



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En el texto hay: romance, locuras, racismo

Editado: 07.10.2021

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