Mientras los invitados iban llegando y acomodándose en sus respectivos asientos, el amplio y elegante salón permanecía levemente iluminado y con una suave melodía instrumental escuchándose al fondo.
Algunos permanecían atentos al menor movimiento entre bastidores, otros preferían salir un momento del salón y entretenerse en la barra, exquisitamente ambientada, dónde mixólogos expertos ofrecían a los invitados coloridos y sofisticados cocteles.
Los invitados VIP, entre ellos toda la familia Gay, Ivanoff Korsekova, padre de Ivanka y algunos miembros de la alta gerencia de la corporación, estaban ubicados en los palcos superiores, justo al frente de la larga pasarela.
En los camerinos, Dandy, August y todo su equipo de trabajo se encontraban afinando los últimos detalles en cuanto al estilismo de cada modelo el cual, de antemano, se había establecido que sería un look muy natural enfocado en resaltar las características físicas de cada uno de ellos siendo que, al ser una colección de verano, la diversidad de colores y texturas en los diferentes diseños, destacaban por sí solos sin la necesidad de ningún aliciente más que frescura y algo de brillo corporal.
A pesar de tanta preparación, los nervios del diseñador se encontraban al borde del colapso. Dandy hacía todo lo posible por mantenerse enfocado, ya hasta había perdido la cuenta de los tés relajantes que se había tomado desde su llegada al teatro, pero después de la confusa e inesperada noche que había pasado, nada parecía funcionar. Aun así, continuaba haciendo su mayor esfuerzo, era un día glorioso y nada ni nadie tenía derecho a opacarlo.
Ni siquiera Ivanka, a quien tuvo que recibir esa mañana como si no hubiese pasado nada, como si esa serpiente ponzoñosa no fuese una de las culpables de su dispersión actual, pero se las pagaría.
«Por supuesto que se las pagaría».
Sonrió ladino al recordar lo que tenía planificado para ella y mientras pensaba, dejo su taza de té a un lado. ¿Quién lo diría? Planificar su venganza le resultaba muchísimo, más relajante.
Suspiró profundo y fue hacia donde estaba su escolta.
—¿Todo listo, Dennis?
—Sí, los refuerzos ya están en sus lugares.
—¡Perfecto! —celebró mientras veía a Lance llegar.
—¿Todo listo? —el CEO mostró la misma inquietud que el diseñador.
—El escolta de la señorita Riot ya se encuentra en su lugar —asintió ante la respuesta de Dennis y luego se dirigió a su primo, a quien, desde hacía rato, veía más intranquilo que nunca.
—Dandy, ¿qué sucede? —el aludido volvió a suspirar profundo antes de responderle.
—De todo un poco, pero es demasiado para contarte en este momento. Te pondré al día tan pronto como salgamos de esto —se refirió al desfile, pero Lance siguió mirándolo con evidente preocupación—. Deja esa cara de trauma… ¡Estoy bien! Es solo que unos cuantos fantasmas se adelantaron al Halloween, pero no te compliques, ya sabes cómo funciona todo en mi vida.
Dos técnicos de sonido interrumpieron la conversación cuando se acercaron a ellos para colocarles sus respectivos dispositivos de comunicación.
—¿El resto de los autorizados ya tienen su dispositivo?
—Todo listo. Comenzamos en diez minutos.
Ambos primos chocaron puños deseándose suerte y el diseñador fue hasta el centro del salón para alentar a todos sus modelos antes de comenzar el show.
—¿Quieren saber cuántas personas asistieron al casting exprés? —les preguntó refiriéndose al único llamado que se hizo para el evento, era información clasificada, así que ninguno podía saberlo con certeza— Quinientos modelos en unas pocas horas, un único llamado. ¿Se imaginan cuántos hubieran sido si hubiésemos ampliado el casting a una semana?
Unos suspiraron, otros silbaron al infinito, imaginando la masiva asistencia.
—Tienen todo el derecho de sentirse afortunados, pero no por participar en este evento, no señores. Son afortunados por haber nacido: Con ese hermoso cabello azabache… Con esa piel tan brillante y atrayente —Dandy fue señalando a cada modelo, destacando sus mejores atributos.
Nathy no pudo evitar mirar a Lance, quien asintió alzando una de sus cejas mirándola con picardía.
—Esa sonrisa moja bragas —Andrew rodó sus ojos al escucharlo. El diseñador continuó uno por uno hasta finalizar con la modelo curvy.
—¡Y esas caderas tan pecadoras, mujer! —todos rieron, aunque Mónica se sintió abrumada al ser observada por un par de gatunos ojos grises cuyo portador recién había ingresado al salón, pero hizo su mayor esfuerzo por hacerlo a un lado y concentrarse en la charla motivacional.
—Salgan a dar todo de ustedes, disfrútenlo, siéntanse muy orgullosos de cada uno de sus logros. Son fabulosos, son únicos… ¡Qué nadie, nunca, les haga sentir lo contrario! —todos aplaudieron y vitorearon felices mientras cada quien tomaba su lugar correspondiente para el inicio del evento.
Por protocolo, los desfiles siempre eran iniciados por el o la modelo con mayor trayectoria profesional. En el grupo seleccionado y, para pesar de Dandy, esa modelo era Ivanka, quien estaba más que lista esperando en su camerino privado. Aunque quisiera borrarla de un soplido, tenía que ser igual de profesional y tolerarla, más cuando su influyente padre se encontraba entre los invitados especiales.
Editado: 07.10.2021