0-Fin de una mala racha

Era un día caluroso y triste en la casa de la familia Montalvo. Las cosas al parecer habían llegado a un límite que no tenía retorno.  

“Eso es deslealtad a tu familia. Tú también serias una traidora”

Era lo que se repetía en la cabeza la segunda hija de la familia, la cual se encontraba sentada en el último escalón de la escalera mientras escuchaba a escondidas la discusión entre su madre, su hermana mayor y su abuelo. 

Las dudas la carcomían, la tristeza la consumía y el miedo la invadían. Las lágrimas recorrían sus mejillas las cuales limpiaba con el dorso de la mano, pero era inútil no dejaban de salir ya que iban al compás de su sufrir. Un sufrir que inició un invierno hace 3 años atrás con la muerte de su padre. A partir de ese momento la vida dejó de ser la misma para todas en aquella casa. La felicidad se escurrió como si se tratara de agua por sus dedos dejando a su paso solo lágrimas. Lágrimas que aún hoy se seguían derramando.   

Eran demasiados sentimientos para una niña que apenas cumpliría 13. Pero era lo que sentía en cada célula de su cuerpo. Desgraciadamente ella no podia hacer nada y tampoco pensaba hacerlo.   

Aquellas 3 personas a las que escuchaba en secreto estaban en ese momento decidiendo el destino de ella y sus hermanas. 

 « Fiama está siendo muy cruel con mamá» pensó con suma tristeza, escuchando claramente el llanto de su madre y la voz fiera de su hermana que no se inmutaba ante el lamento de su progenitora. 

Su madre se acababa de comprometer con un hombre que ellas desconocían. La noticia había sido tan sorpresiva que aún no lo podían procesar, pero a la que menos gracia le dio fue a su hermana mayor quien en ese momento sin ningún miramiento estaba echando a su madre a la calle. Fiama, la mayor de las Montalvo, no estaba dispuesta a mudarse con gente desconocida como era la familia de aquel hombre y menos que sus hermanas tuvieran que pasar por eso. 

La niña no estaba de acuerdo con la decisión de Fiama, pero no podia ir contra su hermana mayor y menos iba a abandonar a sus hermanas por irse sola con su mamá. Solo quería que Fiama pudiese arreglar las cosas sin necesidad de romper a la familia.  

La pequeña juntó sus palmas y como siempre hacia le pidió a Dios que salvara a su rota familia. 

ꟷPaz ¿Qué pasa? ¿Qué haces ahí?ꟷla interrumpió la voz de una de sus hermanitas, Frida, la tercera Montalvo.  

Al verla, Paz se levantó del escalón y se dispuso a llevar a su hermana nuevamente a la cama no quería que oyeran lo que los adultos hablaban, pero al parecer la discusión había despertado también a Natalia la cuarta hermana y la última. No quería alarmar a las pequeñas, ya mañana Fiama hablaría con ellas para explicarles lo que estaba pasando de una manera que ellas pudieran comprender.  

ꟷ Ustedes tienen que ir a dormir. No está pasando nadaꟷ aseguró Paz mientras se limpiaba las lágrimas intentando recomponer su estado. 

ꟷ¿Y por qué lloras?ꟷ preguntó Frida mirándola acusadoramente.ꟷ Es por mamá ¿verdad?  

Paz no pudo decir nada ya que la voz de Fiama retumbó por el lugar llamándolas urgentemente. 

Las niñas que veían a su hermana mayor como la jefa del hogar rápidamente empezaron a bajar las escaleras sin esperar las explicaciones de Paz. 

Paz sin más que hacer las siguió. 

Después de todo, tenía que ir a demostrar su lealtad a su familia. 

Esa noche su madre se fue. 

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Todo había sido tan sorpresivo y triste que no pudo conciliar el sueño causando que terminara quedándose despierta sentada en el alfeizar de la ventana de su habitación mientras miraba hacia el jardín, donde su hermana mayor también con aparente insomnio se encontraba acostada en el pasto observando el cielo nocturno. 

Probablemente ambas estaban pensando lo mismo. 

¿Qué sería de ellas? 

¿Qué sería de su madre? 

¿Realmente su madre no volvería? 

Había tantas preguntas y nada claro. Las pocas respuestas la inquietaban, el futuro nebuloso que se presentaba no era el idóneo ni para ella ni para sus hermanas. Algunas veces se preguntaba cómo funcionaba la cabeza de Fiama ¿Cómo hacia Fiama para tomar decisiones tan drásticas sin titubear? 

Suspiró. 

Lo mejor sería volver a hablar con ella. Al parecer estaba un poco más tranquila que antes. 

Se levantó, se abrigó y fue a buscar a esa chica tan orgullosa. 

Al llegar, sus pasos alarmaron a su hermana mayor provocando que se incorporara para mirar de donde provenía el ruido.

ꟷ Es tarde, deberías estar durmiendoꟷ dijo Fiama en un tono suave al encontrarse con ella, el cual distaba del tono que había usado para echar a su madre.  

ꟷ Tú también, pero estás aquí

ꟷ En la casa hace calor. Sabes que odio el calor. 

ꟷ En la casa hay aire acondicionado

ꟷ Solo tenía ganas de sentir el viento.

ꟷ Mamá realmente se fueꟷdijo acercándose para sentarse al lado de su hermana mayor. ꟷ Lloró mucho pero igual se fue. 

ꟷ Está perdida. No vamos a perdernos con ella. 

ꟷ Pensé que nos elegiría a nosotras por sobre todas las cosas. Al final no éramos tan importantes.

ꟷ Mirame,ꟷ Fiama le tomó el rostro y con un dedo limpio la lagrima que estaba escapándose nuevamente.ꟷ No pienses eso. Mamá solo es una mujer débil. Los débiles siempre eligen el camino más fácil. No pusimos a prueba nuestra valía, pusimos a prueba su valentía. Ella perdió.

Paz se mantuvo quieta sopesando las palabras de su hermana. De alguna manera creer que, si su madre se marchó, fue a causa de su cobardía y no de que ellas no valieran la hacía sentir que un peso en su pecho se aliviaba.  

ꟷ ¿Qué va a pasar ahora? 

ꟷ Nadaꟷle aseguró Fiama con una sonrisa soltándola.ꟷ Viviremos como siempre. Los abuelos vendrán a vivir con nosotras. 

ꟷ¿Ellos nos cuidarán? 

ꟷ Noꟷ negó provocando en Paz desconcierto. ꟷ Yo las cuidaré. Los abuelos estarán aquí, pero debemos ser conscientes de que ellos son ancianos. Nuestras hermanas aún son muy pequeñas. Yo veré por todas. Bueno, ya lo he estado haciendo así que no será raro.  Por lo menos ahora ya no tendré que preocuparme por mamá.