6- Traer tristeza

Ya era fin de semana y había quedado en ir a patinar con Dante. Aunque solo se había quedado en el borde del bolw mirando a su amigo hacer sus acrobacias mientras ella estaba perdida en sus pensamientos. Más bien perdida en su pelea con su hermana con la cual se había declarado una guerra fría donde ninguna se hablaba más de lo justo y necesario evitando coincidir en la misma habitación o en cualquier otro lugar.

Paz volvió en si cuando sintió la mano de alguien tomando su hombro.

ꟷ ¿Ahora donde te encuentras? ꟷ preguntó Dante divertido.

ꟷ No lo sé. Últimamente he estado pensando en algo.

ꟷ¿Qué cosa?ꟷ preguntó sentándose a su lado.

ꟷ Tal vez …ꟷ estaba un poco reticente a decir en voz alta lo que andaba dando vueltas en su cabeza, pero sabía que Dante no la juzgaríaꟷ no sería malo ir a ver a mi mamá.

Dante se mantuvo callado, Paz le había comentado un poco su situación familiar. Sabía que Fiama la había expulsado de la casa familiar. Sin embargo, Paz no solía profundizar en eso.

ꟷ ¿Eso es lo que quieres? ꟷindagó animando a su amiga a hablar con él.

ꟷCreo que sí. Quiero ver a mi mamá. Con todo lo que paso con Fiama he pensado mucho en ella. Tal vez nos necesita y tal vez Fiama la necesite a ella.

ꟷ Entonces, vamos. Vamos a la casa de tu mamá para que hables con ella.

ꟷ¿Me acompañarías? ꟷpreguntó aliviada de saber que no iría sola.

ꟷ Por supuesto.

Paz le sonrió agradecida por su apoyo.

Posiblemente visitar a su mamá de vez en cuando no fuera malo, hasta se podrían solucionar algunos problemas. Ella podría ser un puente para una reconciliación.

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Al llegar al vecindario donde la madre de Paz vivía, Dante no pudo ocultar su asombro. Las casas eran mansiones imponentes. Probablemente los cubos de basura de aquel lugar eran más espaciosos que su departamento. Aunque pensándolo bien cualquier cosa era más espacioso que su casa.

El muchacho siguió mirando con interés las construcciones mientras que caminaba distraídos detrás de Paz, repentinamente la espalda de su amiga lo detuvo. Paz se había quedado parada en la esquina.

ꟷ¿Qué pasa?ꟷ preguntó Dante extrañado de que se hubiese quedado quieta.

La muchacha se encontraba en un estado total de shock ante la imagen que estaba presenciando.

ꟷ Mi mamáꟷ señaló con la cabeza a quien se encontraba saliendo de una de la casa tomada de la mano por una niña.

De la puerta también salió otra chica que tendría la edad de Fiama. Su madre se veía alegre hablando con la chica más grande mientras la niña a la cual tomaba la mano jugaba con un peluche. Sorprendentemente la niña la llamó mamá, provocando en Paz el estupor que de a poco se fue convirtiendo en dolor. Su madre le sonrió a la niña y la besó en la cabeza.

Nuevamente de la casa salió otro integrante más de la familia, el esposo de su madre quien llevaba unas maletas. Se fue hacia el baúl del auto estacionado para meterlas mientras la chica ingresaba al auto y su madre aparentemente acomodaba a la niña en la parte trasera. Al terminar, el hombre se acercó a su madre para darle un pequeño beso que ella respondió feliz. Si la imagen de su madre siendo llamada mamá por otra niña era demasiado, esta nueva fue un golpe más certero a su corazón. Cuando era más pequeña sus padres solían darse besos y su madre respondía tan feliz como en aquel momento. Pero ahora ese hombre no era su padre. Era un extraño. Su madre ingresó al auto, y el hombre en el momento que giró para ir hacia la otra puerta cruzó su mirada con ellos.

Paz sintió en aquel momento que ese extraño sabía bien quién era, pero rápidamente se subió al auto y sin más se marchó.

ꟷ Ese tipo nos vio y no se detuvoꟷ dijo encolerizado Dante que había presenciado aquel acto cruel. ꟷ Se marcho apropósito.

ꟷ No creo que me conozca

ꟷ ¿Estas segura? Porque se nos quedó mirando un rato, pensé que te había reconocido.

ꟷ No importa. Al parecer mamá ya está mucho mejor. Que bueno.

La muchacha giró y volvió tras sus pasos mientras su amigo la seguía.

ꟷ Oye, ¿estás bien? ꟷpreguntó el muchacho yendo tras ella.

ꟷSí, estoy bien. Me alegra que mamá este mejor. Se ve feliz. Eso es lo que importaꟷ aseguró intentando evitar entregarse a aquel dolor que se concentraba en su pecho queriendo expandirse de palmo a palmo, pero que ella escondía detrás de una sonrisa. Dante tomó sus hombros para detenerla y fijar sus ojos en ella mientras ella rehuía de su mirada. ꟷ Eso es bueno. Mamá ya no sufre. Siempre quise que dejara de sufrir. En serio Dante, estoy bien. Estoy contenta por mamá.

ꟷ Sabes, Paz, no todo es bueno. No todo se hace sin maldad. No todas las personas pueden ser comprendidas ni tienen porque serloꟷ la muchacha levantó la vista hacia los ojos de su amigo que intentaban reconfortarla como ella siempre hacia con él. ꟷPuedes decirme lo que realmente sientes. Esto no te hizo feliz. No te gustó que tu mamá tenga otra familia.

ꟷ Dios, así lo quiso.

ꟷ No te vas a ir al infierno, por decir la verdad. Paz no acumules veneno por temor a que otros se sientan mal.

Paz no pudo seguir y una lagrima traicionera empezó a recorrer su mejilla y varias más se le fueron uniendo. La sonrisa que tanto le estaba costando mantener se esfumo. Los brazos de Dante la aprisionaron provocando que su cara terminara apoyada en el cálido pecho de su amigo mientras la mano de él acariciaba su cabello. La muchacha se dejó vencer y se entregó al llanto.

ꟷ Desde la muerte de mi papá, ella siempre nos vio con tristeza en los ojos. Parecía como si la hiciéramos infeliz. Algunas veces sentía que ella nos estaba echando la culpa de que papá ya no estuviese. Todas las mañanas me despertaba esperanzada de que mamá volviera a ser feliz. Se lo pedí muchas veces a Dios. Pero ahora que ha vuelto a ser feliz. Yo no soy felizꟷ expresó entre sollozos. ꟷ Ellas no son sus hijas. Ese hombre no es mi padre. Ella puede tener nuevas hijas, pero nosotros jamás tendremos una nueva madre ¿Al final nosotras éramos lo malo?