12- Confesión

Paz daba vueltas y vueltas en la azotea pensando y repensando su declaración. Estaba un poco arrepentida de haber tomado tanto coraje, pero aun así había concluido que, si Dante no daba el primer paso por alguna razón, entonces le tocaba a ella hacerlo.

La puerta chirriante se abrió dando paso a su amigo quien al entrar se veía desconcertado.

ꟷ Macarena me dijo que estabas esperándome aquí ꟷcomentó mientras se acercaba a ella.ꟷ ¿Paso algo?

ꟷNo ꟷnegó, aunque rápidamente se arrepintió.ꟷ O sea, sí, pero no de una manera literal.

ꟷOkey ꟷrespondió receloso. ꟷ ¿Entonces?

Paz se acercó a él hasta solo estar a un paso de distancia.

ꟷDios, te has vuelto muy altoꟷ dijo al notar que tenía que levantar la cabeza para poder ver esos ojos azules.

No es que no se hubiera dado cuenta, pero ahora que estaba nerviosa cada pequeño detalle retumbaba en su cabeza. Y más el hecho de que Dante era sumamente atractivo, podría tranquilamente conformar alguna boyband, lo único que lo detendría sería la cuestión de no saber tocar ni la flauta dulce y menos cantar.

ꟷ Eso ya te lo había dicho, mis genes me van a hacer altoꟷ respondió más perdido que antes. ꟷ¿Qué pasa, Paz? Estas toda colorada ¿Te sientes mal?

Paz tocó sus mejillas para constatar aquel hecho. Sí, sus mejillas estaban ardiendo. Seguramente tenía toda la cara roja.

Tomó aire como intentando así tomar valor para expresarlo de una vez. Necesitaba sacarse aquel secreto del pecho.

ꟷ Dante ꟷlo nombró casi de manera solemne provocando el sobresalto del chico,ꟷ no me gusta engañar a las personas y siempre prefiero la verdad por sobre todas las cosas. Por ello creo que no es justo andar ocultándote esto.

ꟷ Ya me asustaste ¿Qué pasa?

ꟷ Ya no quiero ser tu amiga

ꟷ¿Qué? ¿Por qué? ¿Te hice algo? ꟷpreguntó atemorizado como si de algo horrible se tratase. ꟷ Si te hice algo, me disculpo.

ꟷNo, no es esoꟷ respondió rápidamente al ver que sus palabras se habían malinterpretadoꟷ Ay, creo que estoy haciendo todo malꟷ se tapó la cara nerviosa por el enredo que tenía en la boca. ꟷ Dante, tú me gustas mucho. ¿Quieres ser mi novio?

Después de al fin decirlo se mantuvo con las manos tapando su cara esperando la respuesta, la cual no parecía venir pronto. Fue de a poco bajando sus manos para verlo. Dante estaba quieto con la expresión de sorpresa en su cara, al parecer aún no se había recuperado de ello.

ꟷ¿Dante?

El muchacho siguió sin hablar.

ꟷEh, ¿vas a demorar mucho?ꟷ preguntó Paz sin saber qué hacer.

Dante se recompuso, pero aun así se veía confundido.

ꟷ No esperaba eso.

ꟷ Yo tampoco, juro que antes no pensaba así de ti. Solo te veía como mi amigo, pero este último tiempo, me he dado cuenta de que es algo mucho más profundoꟷ tomó su mano y la unió con la suya. ꟷ Tan extraño que estuve semanas pensándolo y llegué a esa conclusión. Me gusta cuando nos tomamos las manos ꟷtomó la otra mano para que ambas estén unidas.ꟷ Me gusta verme en tus ojos ꟷmiró fijamente los azules de él.ꟷ Me gusta escuchar todo lo que piensas. Me emocionó cada vez que te veo. Amo todo lo que tú me haces sentir. Estoy enamorada de ti.

Ella le sonrió y ya impulsada por como aquellos ojos azules que la miraban con emoción. Se acercó tanto para que su pecho y el de él se chocaran. Se puso de puntillas con el fin de elevarse, alzo su rostro y cerró los ojos esperando el beso que culminaría aquel momento mágico.

Sintió la mano de Dante tomando su mejilla y su cuerpo arqueándose para bajar su rostro. Su aliento se coló en las fosas nasales de la muchacha avisándole que su primer beso estaba a punto de concretarse. La emoción que ya desbordaba en su interior ahora se intensificó. Definitivamente ahora se aproximaba el recuerdo más memorable y perfecto de su corta vida.

O por lo menos eso pensaba, hasta que, en vez de unir sus labios con ella, Dante la tomó de los hombros y la alejo de él.

Paz se quedó conmocionada por el giro de acontecimientos. Eso no lo esperaba. Es más, estaba tan segura de que las cosas iban hacia tal dirección que se olvidó de la vergüenza.

ꟷPaz, yo no puedo.

La muchacha asintió.

Toda aquella emoción que había vivido se empezó a desquebrajar en su pecho. Despertando del sueño romántico que había estado alimentando hace menos de unos minutos, ahora se estaba despertando para enfrentarse a la cruel realidad. No era correspondida.

ꟷ Yo no te veo asíꟷ siguió el chico sin saber que más decir.

Ambos quedaron en silencio. Paz intentaba recomponerse a pesar de que las lágrimas que querían brotar y sabía que no faltaba mucho para quebrarse. Sin embargo, con las fuerzas que le quedaban decidió seguir.

ꟷ Eh… Esta bien. Yo solo queria ser honesta. No me gusta guardar secretos. No me gusta mentir. Yo lo entiendo. Aun así, gracias por escucharmeꟷ miró hacia el piso para que no viera sus ojos.ꟷ Creo que mejor me voy a mi casa.

ꟷPaz, esperaꟷ la tomó del brazo.

ꟷ No, porque voy a llorar. Por favor dejarme irꟷ pidió con la voz a punto de quebrarse y con los ojos humedeciéndose.ꟷ No quiero hacer una escena horrible aquí. Por favor.

Dante la soltó, entendiendo que no podia hacer nada para hacerla sentir mejor.

La muchacha sin más se fue.

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En la sala de la casa Montalvo, Fiama se encontraba acostada en uno de los sofás perdida en sus pensamientos. Últimamente había empezado a tener más tiempo del habitual, estaba aceptando delegar responsabilidades. Por ejemplo, ese día, Natalia y Frida habían salido con los abuelos. Eso era bueno, las cosas estaban empezando a tomar su rumbo. Pronto podría seguir con el camino que había elegido.

Repentinamente la puerta de la casa de abrió haciendo que Fiama se incorporara rápidamente. Vio como Paz ingresaba corriendo y se dirigía a las escaleras sin mediar palabras.