14- El primo

El tiempo paso y el noviazgo entre Paz y Dante iba viento en popa. La transición entre amigos a novios no había sido tan problemática como supusieron. Para Paz fue tan natural ir de la mano de Dante, que ya era una costumbre agradable, además, los besos eran una materia que habían estado estudiando desde el primer día.

Como en ese momento que se encontraban en la azotea. Ella sentada sobre su regazo en una sesión de besos intensa donde ya el aire estaba escaseando.

Las manos de Dante la tomaba del cuello para poder profundizar la conexión de sus bocas mientras sus lenguas jugaban con la otra. El muchacho se separó al notar que realmente necesitaban aire, pero aun así la mantuvo en sus brazos provocando que ella descansara felizmente en su pecho.

Paz amaba que Dante fuera tan cariñoso. A pesar de sentir el amor de su familia, los Montalvo no eran tan entregados a los abrazos o besos, excepto Alejo quien siempre había sido el más expresivo de la familia. Por ello la segunda Montalvo no estaba acostumbrada al cariño constante, sin embargo, sentirse en los brazos cálidos de Dante la hacía sumamente feliz.

ꟷ Tu corazón está latiendo muy fuerteꟷ aseguró escuchando claramente el tum tum acelerado de su novio.

ꟷ Me quitas el aire y enloqueces mi corazón, mi Paz.

ꟷ Y a mí el mío ꟷle dio en beso en la mejilla dichosa.

ꟷ ¿Me das otro beso?ꟷ preguntó juguetón.

Paz le dio otro beso en la mejilla.

ꟷ No, quiero uno en los labios. Pero esta vez quiero que tú lo comiences y lo dirijas.

ꟷ Hazlo tú y yo te sigo. Lo haces mejor ꟷdijo con timidez escondiendo su cara en el pecho de él, lo cual provocó en Dante una emoción desbordante.

ꟷEres tan linda ꟷaseguró el muchacho acunándola en sus brazos.ꟷ No, quiero que seas tú. Por favor.

Paz suspiró derrotada. Siempre se dejaba llevar por los labios de su novio, ella no sabía manejar esas situaciones por ello prefería ser la pasiva.

ꟷ Está bien, pero esto va a ser un desastre ꟷdijo levantando la vista hacia los azules de él.

ꟷ Tú ya me dejas hecho un desastre, cuando nos besamos ꟷle aseguró acariciando su mejilla.

Paz bufó divertida, tomó las mejillas de Dante con sus manos y con lentitud se fue acercando a sus labios. El rose fue ligero y tierno, pero solo quedo ahí.

ꟷ Dante hazlo tú, no me saleꟷpidió con las mejillas sonrojadas alejando su rostro.

ꟷ No, quiero que lo hagas tú. Y no pienso volver a dirigirlo hasta que me des un buen beso tú misma.

Paz frunció el ceño disgustada por la necedad de su novio. Decidió retomar su intento así que sus labios nuevamente se encontraron con los de él. Esta vez, el toque fue más concienzudo, decidió dejarse llevar, así que dio paso a su lengua para profundizar el beso.

Dante, quien estaba siendo receptor, estaba sumamente complacido al sentir a Paz más segura, dominándolo y olvidándose del pudor. Amaba a su inocente novia, pero queria que tomara más confianza.

El beso terminó y Paz se alejó un poco.

ꟷ¿Contento?ꟷ preguntó ofuscada provocando la risa de Dante.

ꟷMuy contento. ¿Te gustó?

ꟷ Sí, pero aún me da vergüenza.

 Dante besó su frente y la abrazó tiernamente.

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Al llegar a casa Paz notó algo extraño en la entrada. Una motocicleta que ya conocía de antes se encontraba estacionada.

La muchacha entró rápidamente al imaginar de quien se podría tratar. Y como suponía ahí estaba desparramado en un sillón hablando con los abuelos.

ꟷ ¡Alejo! ꟷexclamó alegre al ver al chico alto de cabello castaño con ojos oscuros, a quien no veía hace más de dos años. El chico se levantó y extendió sus brazos instándola a abrazarlo. Paz hizo lo propio y abrazó a su primo.

ꟷ Cuanto has crecido, Paz ꟷdijo con alegría y algo de nostalgia.

La relación entre Paz y Alejo no era de iguales, debido a la diferencia de edad entre ambos. Por lo cual la segunda Montalvo siempre había visto a Alejo como un hermano mayor bastante problemático. La que sí poseía una relación de amistad entrañable con él era Fiama. Durante estos años ambos siempre se habían mantenido en contacto.

ꟷ¿Fiama ya te vio? ꟷpreguntó Paz.

ꟷ Aun no llega ꟷrespondió el abuelo.

ꟷ Anda desatada esa chica, que yo recuerde siempre estaba en casa ꟷdijo su primo divertido sentándose de nuevo igual de desparramado como siempre.  

ꟷ Estos últimos meses por suerte ha empezado a delegar responsabilidades ꟷcontestó la abuela.

ꟷ Eso es bueno. Ya no falta nada para que se gradúe, pero aún no nos ha dicho que piensa estudiar ꟷcomentó el abuelo con un tono de molestia. ꟷ Esperemos que no siga ciertos ejemplos.

ꟷ Como te extrañe, abuelito ꟷdijo Alejo con una sonrisa. No había malicia en ella, era obvio que lo decía honestamente.

Paz se sentó al lado de su primo.

ꟷ¿Y qué descubriste en tu viaje de autodescubrimiento? ꟷpreguntó Paz con interés.

ꟷ Que el mundo es hermoso. Cada país, cada cultura, cada paisaje, cada persona …

ꟷ ¿Y qué piensas hacer ahora? ꟷindagó su abuelo mirándolo fijamente.ꟷ Tu papá quiere que te hagas cargo de los restaurantes.

ꟷ Si de algo estoy seguro es que no pienso hacer eso. Tengo planes, pero no coman ansias, todo a su tiempo, ya les diré como ira mi vida a partir de ahora.

ꟷ Hace dos años que estoy esperando saber cómo va tu vidaꟷ refunfuñó el anciano.  

ꟷ Ira bien, general Montalvo. Ya lo verá. Téngame fe.

La puerta de la entrada se abrió e ingresó Fiama por ella. Al mirar la sala la sorpresa la abrumo.

ꟷ ¿Se acabo el autodescubrimiento? ꟷpreguntó con cierta emoción.

Alejo se levantó y sin importarle que Fiama odiara los abrazos, lo hizo.

Paz lo miraba desde el sillón. A pesar de que Fiama era su hermana, muy difícilmente tendrían el nivel de confidentes que tenían esos dos. Probablemente Alejo era el que más conocía a Fiama y viceversa. No le daba celos porque siempre había sido así. Es más, estaba feliz, se veía que su hermana ansiaba mucho volver a ver a su primo.