Mi vida infantil no era lo más encantador pero es lo que mi padre me había dado y debía aprender a amarlo que amor tan grande el de mi padre que con dulce ternura me cuida desde lo alto y acá en la tierra me había dado una familia, un amor y una razón para entender como existir, en este lugar nos hacía ver las cosas diferentes para entender por qué no podemos ser iguales que ellos.
La vida con mamá debía de saberla sobrellevar, ella siempre estaba amargada, molesta nunca pude saber que la lastima tanto en su ser... Mientras papá es todo lo contrario. En ese lugar donde transcurría mi infancia comenzaron a suceder hechos inexplicables, como que las puertas de el apartamento se abrían solas, como que las ventanas se rompían sin ninguna razón, y todas las noches un hombre permanecia de pie frente a mi cama o en el umbral de la puerta de mi habitación, yo solía esconderme bajo la sábanas y evitar mirar pero se me hacía imposible tanto así que terminaba por llamar a papá para que viera lo que obviamente solo yo podía ver y nadie mas
Era la sensación más horrible y atemorizante sin embargo, no podía evitar eso, que era lo que me acechaba en la oscuridad de la noche, siempre mamá apagaba las luces mientras que papá dejaba la luz encendida... El siempre siendo quien ilumina mi camino...
Nunca dejo de responder a mi pedido de ayuda por las noches, y siempre le contaba a la abuela todo lo sucedido, yo sé por la forma como me miraban que ellos sabían algo que yo no!!!
Pero más temprano que tarde lo iba a descubrir.
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Editado: 07.05.2023