Nicolas se alejó de la habitación para evitar los regaños de su madre, pero ella lo siguió, gritándole y llamándolo por nombres hirientes. Él se había ido de la casa por sus constantes problemas y por querer controlar siempre su vida, pero aun así ella mandaba a alguien a vigilarlo después de que se fue.
“¿No vas a escucharme? Quiero lo mejor para ti”, dijo Sharon sin rendirse.
“¿Qué más quieres de mí? Querías que trabajara allí y lo hice, luego querías que ocupara su puesto, pero no funcionó, así que, ¿qué se supone que haga ahora?”, respondió él con rabia.
“Tú se lo permitiste, ¿por qué no puedes hacer algo bien? Esa empresa debería ser nuestra por derecho”, le gritó ella de vuelta.
“No lo es y no debería serlo. Sé que quizás quieras demostrar algo haciendo esto, pero ya es suficiente. Tienes todo lo que querías e incluso amenazaste a papá, ¿qué más podrías querer?”
“Eso no es suficiente por el dolor que ella me causó.”
“Ya está muerta, así que déjalo por favor, estoy cansado y no quiero volver a tener esta conversación nunca más”, replicó él y salió de la casa dejándola sin palabras.
No podía creer lo rencorosa que era su madre. Todos estos años intentó complacerla para compensar las pérdidas que había sufrido en el pasado, pero ahora estaba yendo demasiado lejos.
Creció sin tener un padre y desde que tenía un año su madre siempre le hablaba de cómo su padre los dejó por otra mujer solo porque esa mujer era rica.
Sufrieron mucho debido a su pobreza y su madre mencionaba continuamente a la esposa de su padre, a quien él nunca había visto, pero tenía un pensamiento diferente al de su madre.
En lugar de culpar a la mujer, sentía que su padre era quien tenía la culpa por dejar a su madre por dinero, pero Sharon no quería escuchar eso, así que guardaba sus pensamientos para sí mismo.
Años atrás, ella llegó a la casa después de un viaje a donde él no sabía y le dijo que se vistiera, que irían a ver a su padre, y salieron corriendo de la casa, abordaron un avión y llegaron al lugar después de quince horas de vuelo.
Ella lo tomó de la mano y se dirigieron directamente al lugar que había mencionado al conductor…
La vio hablar en una fiesta muy grande y también notó la reacción de sorpresa en los rostros de todos; miró a su supuesto padre con odio, ya que parecía que no lo reconocía en absoluto.
Su madre los amenazó y luego se fueron a un hotel, donde él se quedó solo mientras ella salía y volvía a medianoche todos los días hasta que le dijo que se mudarían a la casa de su padre.
Quiso oponerse a su decisión, pero al ver la felicidad en su rostro y sabiendo que hacía todo eso para darle una vida feliz, la siguió.
Poco a poco tomaron control de la casa y con solo Laura y su niñera oponiéndose, no tardaron en dominar a la familia.
Su madre lo envió al extranjero a estudiar y él vivía bien, pero luego descubrió otra verdad que su madre le había ocultado.
Todo lo que habían estado disfrutando no le pertenecía a su padre, sino a la esposa que tanto odiaban, y su madre, que se hacía pasar por la víctima, era en realidad la otra mujer.
Después de descubrirlo, volvió corriendo al país como estudiante de intercambio y confrontó a su madre, pero ella actuó como si no fuera gran cosa y desechó sus palabras.
“¿Por qué me mentiste entonces?”, le preguntó decepcionado, pero ella solo le dio una respuesta tonta diciendo que la madre de Laura era una tonta.
Nicholas intentó acercarse a su padre, pero no estaba disponible, y entonces su madre lo obligó a unirse a la empresa, cosa que aceptó porque quería que lo dejara en paz, pero no esperaba que ella se volviera más codiciosa.
Él y Laura nunca se hablaban a menos que fuera necesario, y en asuntos relacionados con la empresa, ella siempre se aseguraba de no cruzarse con él, pero cuando lo hacían, ella actuaba como si él fuera invisible…
Nicholas recibió un mensaje de su asistente y salió bruscamente de sus profundos pensamientos.
~
Chris terminó de cocinar la cena alrededor de las seis de la tarde y llamó a Laura desde su habitación. Ella dejó lo que estaba haciendo y se apresuró al comedor.
Ambos se acomodaron para cenar mientras Chris servía la comida. Gracias a que Mira viajó para un desfile de moda en otro país y no volvería en una semana, podían tener una noche tranquila.
“¿Decidiste cocinar hoy porque no te gustó mi comida?”, preguntó Laura en broma. Ella había intentado cocinar el día anterior y les sirvió la comida cruda.
Tuvieron que tirar todo y pedir comida.
“Solo no quiero que te esfuerces, dijiste que estabas ocupada con trabajo”, respondió él y le pasó el agua, que Laura tomó agradecida.
Había estado en el estudio trabajando desde la noche anterior y él se despertó para verla trabajando otra vez esa mañana. Solo pedía comida chatarra y no salía, así que quiso ayudarla preparándole algo bueno para comer.
Ella probó un bocado y asintió satisfecha, luego le sonrió suavemente.
Terminaron de comer en silencio y Laura recogió los platos a pesar de la negativa de Chris y los llevó a la cocina para lavarlos. Terminó en cuestión de minutos y regresó para ver a Chris hablando por teléfono. Le hizo señas de que volvería al trabajo y regresó al estudio.
Entró y dejó la puerta un poco abierta. Chris le permitió usar su estudio desde ayer y ella sabía que él podría tener cosas que atender, así que en caso de que quisiera entrar, le había separado un espacio, pero como no había entrado desde ayer, asumió que probablemente no estaba ocupado, pero aun así dejó la puerta abierta.
Se sentó y llamó a uno de los directores y empezó otra ronda de reunión en línea con él y otros dos. Hoy se suponía que era su día libre, pero terminó trabajando. Desde que asumió el puesto de presidenta de la empresa para proteger el esfuerzo de su madre durante tantos años, su agenda había sido así: trabajo, trabajo y más trabajo.