Matrimonio Con Mi Ex Prometido

Capítulo 54

Laura y Chris estaban acostados en la cama mientras él leía unos correos electrónicos de su secretaria y Laura lo molestaba, intentando distraerlo. Él le indicó que se detuviera, pero ella se negó y empezó a hacerle cosquillas juguetonamente.

Chris no tuvo más remedio que dejar su teléfono y devolverle la broma, haciéndole cosquillas también.

Ambos rodaron por la cama entre risas hasta que el tono de llamada de Chris los interrumpió y se detuvieron, jadeando.

Se giró para tomar el teléfono y vio que era del doctor. Contestó y le informaron que los resultados estaban listos. Chris le pidió que se los enviara por correo electrónico para revisarlos de inmediato, y el doctor le dijo que le daría unos treinta minutos.

Al escuchar sus palabras, Laura preguntó si era el resultado, y él asintió.

Laura se puso seria y se sentó en la cama. Chris se acercó y la abrazó, colocando su cabeza sobre su pecho.

—¿Estás nerviosa por los resultados? —preguntó con calma, y ella asintió.

—Todo saldrá bien —le dijo, abrazándola.

—Si es positivo, no voy a dejarla en paz —dijo Laura de repente, enfurecida al recordar cómo aquella mujer había invadido su vida y destruido a su familia, solo para descubrir que ha estado viviendo una mentira con un bastardo todo este tiempo. Y pensar que Ella incluso tiene una relación con Nicholas…

—¿Qué harás si el resultado es positivo? —preguntó Chris. Laura no estaba segura si la metería a la cárcel o haría otra cosa, pero de algo estaba segura: la sacaría de la casa de su padre.

—Lo decidiré cuando tenga el resultado. Aunque aún necesitamos la sangre de mi padre para estar cien por ciento seguros —respondió.

Ambos guardaron silencio por unos segundos, esperando la notificación del correo electrónico, hasta que Chris rompió el silencio.

—Gracias por lo que hiciste con mi madre —dijo Chris, y ella sonrió, recostando su cabeza sobre su cuerpo.

—Y escuché cómo derrotaste a la familia de Mira y los mandaste de regreso a su país —respondió ella con una sonrisa, intentando alejar su mente de los resultados.

Laura levantó la cabeza y lo miró, apoyando sus manos en la cintura.

—¿Cómo lograste hacer eso? —preguntó, más impresionada por su capacidad que interesada en el método. Antes había sido ciega para ver esa cualidad en él.

—Tengo mis maneras —respondió él.

—Entonces deberías enseñarme esas maneras —dijo ella, recostándose nuevamente en sus brazos.

—Quién diría que el chico que me compraba leche con chocolate todos los días se volvería tan brillante y guapo —bromeó. Pero antes de que él pudiera responder, su teléfono notificó un mensaje. Revisó el correo junto a Laura:

“99.99% no coincide”, leyeron al final del informe.

~

Faltaba un día para la boda de Amanda y aún no había movido ninguna de sus cosas a su nueva casa. Su cuarto estaba desordenado, con ropa tirada por todas partes.

Amanda entró después de trotar y comenzó a organizar el desastre que había dejado la noche anterior mientras intentaba empacar. Últimamente pasaba más tiempo en su cuarto y no había visto a Mike en casi una semana, pero ninguno había llamado al otro.

Vio el collar de diamantes que Mike le compró tirado en el suelo y lo levantó, mirándolo con dudas, pensando si acaso sería falso.

Se tiró en la cama, cansada, y calculó mentalmente dónde podría estar su teléfono. Entonces se le ocurrió la idea perfecta para arruinar la boda y vengarse de Mike.

Aunque fue su culpa lo de Josh, no podía evitar seguir enfadada con él y consigo misma por querer más de lo que podía tener.

Con su plan, podría vengarse de ambos.

Sonrió y se levantó rápidamente para buscar su teléfono. Lo encontró junto a la cama, desbloqueó la pantalla y envió un mensaje.

~

Josh estaba al teléfono con Chris hablando de negocios cuando Katie golpeó suavemente la puerta y entró. Terminó la llamada diciéndole a Chris que se encargaría y se giró hacia Katie.

—Es hora de su reunión —le informó ella. Josh asintió y ella se acercó a tomar su tablet y ambos salieron hacia la sala de juntas.

Mientras entraban, el teléfono de Josh sonó con un nuevo mensaje y se detuvo a revisarlo. Para su sorpresa, era de Amanda.

“¡Ayuda!”, decía el mensaje, y Josh se preocupó de inmediato.

—¿Ayuda? ¿Qué quiere decir con eso? —pensó, entrando a la reunión aún inquieto. Sacó su teléfono y vio la fecha. Mañana era su boda, ¿por qué le enviaba ese mensaje?

La reunión empezó, pero él no estaba concentrado y no hacía comentarios como solía hacerlo. Katie lo tocó para llamarle la atención.

—Tengo que irme, tengo algo urgente —dijo de repente y salió corriendo de la sala.

La única razón posible que se le ocurría era que su prometido hubiera descubierto que se acostó con él y estuvieran peleando por eso.

Corrió hasta su coche, le quitó las llaves al chófer y condujo rápido hacia su apartamento.

Intentó llamarla, pero su teléfono estaba apagado.

Amanda, satisfecha y aliviada después de enviarle el mensaje, también le escribió a Mike para que fuera a ayudarla a empacar y luego apagó su teléfono para que ninguno la contactara.

Miró a su alrededor y vio que su casa no parecía el escenario de un crimen, así que decidió crear uno. Se quitó los zapatos y los lanzó en direcciones opuestas, desordenó la ropa que había ordenado y se sentó en el suelo, sonriendo como una loca al ver lo estúpido de su plan.

Josh llegó pronto a su apartamento y corrió escaleras arriba sin esperar el ascensor. Su casa estaba en el tercer piso. Al llegar, comenzó a golpear la puerta, jadeando y gritando su nombre.

Amanda sonrió al escucharlo. Saber que realmente estaba tan asustado como imaginaba, le dibujó una sonrisa aún más amplia. Se preparó para actuar.

Se levantó con calma para no mostrar fallos y abrió la puerta. Josh se quedó allí parado, con sentimientos encontrados.




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