Mike reconoció rápidamente quién era Josh, ya que había investigado sobre él como jefe de Amanda antes de conseguir dinero, y también sabía que Amanda había dejado de verlo. Pero ahora que los veía juntos, estaba sorprendido y furioso.
—¿Todavía están juntos? —tronó Mike, pero Amanda permaneció tranquila, colocándose frente a Josh, que seguía sentado, asombrado de haber sido utilizado.
—¿Llegaste temprano? —respondió Amanda con una sonrisa burlona en el rostro. Se sentía feliz de ver su cara llena de ira.
—¡Eres una cualquiera! ¿Cómo te atreves a traerlo a tu casa un día antes de casarte conmigo? —gritó, levantando la mano para golpearla. Amanda no esperaba el golpe y no pudo esquivarlo, pero Josh lo detuvo antes de que la tocara.
—No la golpees —le advirtió, aunque sabía que ambos estaban equivocados.
—Claro, la protegerás, pero… ¿te dijo quién soy yo? —preguntó furioso, pero no se atrevió a golpear a Josh por miedo a meterse en problemas con él después.
—Claro que sabe, mi ex —respondió Amanda. Sus palabras le dolieron como una flecha y Mike se calmó un poco.
—¿Ex? ¿Quién es tu ex? —preguntó confundido, pero ella no respondió. Se dio cuenta de que hablaba en serio y entró en pánico. Su novia acababa de romper con él y se quedaba sin nada.
—¿Qué tonterías dices? —preguntó Mike en voz alta mientras Josh se apartaba. Estaba confundido por la situación, parecía que Amanda tramaba algo, pero una cosa era segura: los estaba jugando a los dos.
Josh se sentó como si no le importara nada de lo que pasaba y comenzó a comer los bocadillos en silencio.
Mike seguía cuestionando a Amanda sobre sus palabras y sobre por qué había traído a Josh, pero ella no le daba respuestas claras.
—Simplemente cambié de opinión. Comparado contigo, Josh es mucho mejor y hasta fue generoso al darme una gran cantidad de dinero para pagar tus deudas —dijo ella con indiferencia.
—¿Generoso? —Mike se rió con desprecio—. ¡Te acostaste con ese bastardo para conseguir el dinero! —le gritó en la cara. Amanda se rió burlona.
—No sabía que estabas enterado. Lo siento mucho, pero ahora no hay razón para que nos casemos mañana —replicó ella, enfureciéndolo aún más. Mike pateó un florero cercano con rabia, haciéndolo añicos por toda la habitación.
—¿Te estás burlando de mí ahora?
—¡Tú te burlaste de mí primero! —le gritó Amanda, asustada por el florero roto, pero sin retroceder. Si se echaba atrás ahora, significaría que aceptaba la derrota. Ambos se quedaron mirándose fijamente.
Josh seguía comiendo sin intervenir ni ayudarla. Terminó los bocadillos y bebió todo el contenido de su vaso. Al escuchar a Mike acusar a Amanda de haberlo engañado, Josh se sorprendió aún más al ver que Amanda actuaba como si no fuera nada.
¿Qué estaba pasando? ¿Qué clase de relación tenían? Sabían que uno de los dos era infiel y aun así querían casarse.
Josh dejó el vaso en la mesa y se acercó a ambos.
Apartó a Amanda y se puso frente a Mike, quien se dio la vuelta furioso, llevándose las manos al cabello.
—Será mejor que te vayas. Esta pelea no te servirá de nada —le dijo Josh. Mike se giró hacia Amanda, furioso.
—No has escuchado lo último de esto —le gritó y se marchó, sabiendo que no podía hacer nada en ese momento al ser dos contra uno.
Cuando Mike se fue, Amanda se relajó y miró a Josh, que tenía las manos en los bolsillos, esperando una explicación.
Amanda desvió la mirada y caminó hacia su cuarto para huir, pero él se colocó frente a ella, inclinando la cabeza para que hablara.
—No tengo nada que explicarte. Estoy segura de que ya puedes adivinar lo que quieras saber —respondió con desgano.
—Creo que necesito escucharlo de ti. ¿Me usaste? —preguntó, asombrado por su actitud indiferente, señalándose a sí mismo.
—Eras la mejor persona para usar —respondió ella sin más y rodó los ojos.
Josh sonrió, sorprendido por su osadía. No sabía que tenía ese lado.
—¿Puedo volver al trabajo mañana? Dijiste que regresara cuando quisiera.
—Claro que puedes, tu oficina sigue vacía, pero… ¿de verdad no te vas a casar mañana? —preguntó para confirmarlo.
—No puedo casarme con un hombre que no me ama, además él planeaba romper conmigo de todos modos —le dijo, sentándose de nuevo.
Josh suspiró aliviado, primero porque no se casaría con alguien como Mike y segundo porque volvería a la empresa.
No podía negar que la había extrañado y sentido su ausencia desde que se fue; no dejaría que nadie ocupara su lugar.
Josh había pensado decirle la verdad sobre el dinero y su infidelidad, sabiendo que eso acabaría con lo que tenían, pero también heriría sus sentimientos. Ahora que ella era quien quería terminar, se sentía… feliz.
—¿Entonces ya no quieres casarte? —preguntó.
—Claro que quiero. Mi sueño es tener un esposo amoroso y hijos en un hogar feliz, pero supongo que no podré cumplirlo pronto —respondió con tristeza. Josh se sentó y tomó su mano suavemente para consolarla.
—¿Por qué te gusté? —preguntó Amanda de pronto, mirándolo directo a los ojos.
Josh se sorprendió por su pregunta y no pudo responder de inmediato, soltándole la mano poco a poco.
Amanda sintió su duda y apartó la vista, decepcionada. Sabía que él no era alguien que pudiera comprometerse o mantener una relación estable, pero aún así quería saberlo, y su reacción confirmó sus pensamientos.
—Fue por el sexo, ¿verdad? ¿Porque era virgen o porque te dejé acostarte conmigo por dinero? —preguntó con tristeza, pero Josh no pudo contestarle.
Él tampoco estaba seguro de por qué le gustaba. ¿Sería realmente porque era virgen o por otra razón, aparte del gran sexo que tuvieron?
Amanda apartó la cara con enojo y cerró los ojos para contener las lágrimas, luego se levantó.
—Gracias por tu ayuda esta noche. Estoy cansada, nos vemos mañana en el trabajo —dijo, forzando una sonrisa.