Matrimonio Con Mi Ex Prometido

Capítulo 58

Josh regresó a la oficina en lugar de irse a casa. Entró en su despacho y se dejó caer en la silla; tocó sus labios hinchados por el golpe de Mars y volvió a maldecirlo, aunque se sentía un perdedor por haberle dicho esas cosas a Amanda.

Había actuado como un idiota y arruinado todo. Incluso si se disculpaba ahora, probablemente ella no lo perdonaría.

Desearía poder retroceder el tiempo y corregir sus acciones, pero ya era demasiado tarde.

Josh cerró sus ojos palpitantes, exhausto, intentando dormir, pero escuchó un ruido molesto afuera que lo obligó a abrir los ojos nuevamente.

No había encendido la luz al entrar, excepto la de la oficina de Amanda, pero de pronto la luz se encendió y le dio de frente, haciéndole cerrar los ojos por el brillo antes de volverlos a abrir.

Frente a él estaba Amanda, con una botella de agua en la mano. Parpadeó varias veces para asegurarse de no estar soñando o imaginándola, pero Amanda ignoró su sorpresa, se acercó y le ofreció el agua mientras se sentaba.

Josh se incorporó y tomó la botella sin decir nada, bebiendo una buena cantidad. Cuando terminó, se la devolvió a Amanda, pero ella le vertió todo el contenido en la cara.

—¿Ya estás despierto? —espetó, y él la miró sorprendido.

Amanda no lo miró más y se levantó para irse, pero Josh reaccionó rápido y la agarró de la mano para detenerla.

—¿A dónde vas? —preguntó con voz baja.

—A traerte más agua —respondió ella, y él soltó su mano.

—No hace falta, ya estoy despierto —dijo, recostándose en la silla.

—Entonces vete a casa. No duermas aquí otra vez —le dijo.

—¿Cómo supiste que he estado durmiendo aquí? —preguntó sorprendido. Amanda ignoró su pregunta y recogió sus llaves del suelo.

—Vamos, yo te llevo a casa —le propuso, pero Josh la abrazó en su lugar, aún sentado. A Amanda no parecía afectarle su gesto.

—Lo siento… De verdad, debí haber perdido la cabeza para decirte eso —se disculpó, pero ella no dijo nada, esperando que se explicara más.

Después de irse con Mars, Amanda había decidido que necesitaba una explicación y una disculpa de su parte, sin importar nada.

Le pidió disculpas a Mars y le dijo que no podría ayudarlo esa noche. Él le respondió que estaba bien y la llevó de regreso a la empresa, donde estaba segura de que Josh habría vuelto.

—Buena suerte —le dijo antes de bajar del coche, y él respondió lo mismo.

—Me enojé al ver que te habías ido con Mars tan rápido —añadió Josh, soltándola.

Amanda lo miró con ojos suavizados y se sentó junto a él. Había sospechado que él había malinterpretado su relación con Mars, y sus palabras confirmaron su sospecha.

Josh notó su movimiento y se atrevió a hablar con más sinceridad.

—Me dijiste que olvidara lo que pasó entre nosotros y luego te fuiste con otro tipo, te preocupabas por él, estabas tan atenta… ¿Qué hombre no se pondría celoso? —preguntó, y Amanda no pudo evitar reír ante su ternura.

—¿Así que golpeaste a Mars porque estabas celoso? —preguntó ella, y él asintió. Amanda rió suavemente.

—Exacto… ¿No deberías estar con él ahora mismo? —preguntó Josh, confundido, y Amanda no pudo evitar reírse de nuevo.

—¿Por qué estaría con él si está a punto de proponerle matrimonio a su prometida? —respondió, aún sonriendo.

—¿Prometida? Pero él dijo… —Josh tartamudeó, intentando procesar la información.

—Iba a ayudarlo con la sorpresa, pero no pude por tu culpa —dijo Amanda, como si lo lamentara, aunque no era así.

—Entonces, ¿por qué tuviste una cita con él? —preguntó Josh, todavía confundido.

—También para ayudarlo. ¿Qué pensabas tú? ¿Que iba a salir con alguien que apenas conozco? —respondió ella.

—No sé… Quizá porque querías casarte lo antes posible.

—Yo nunca dije eso. Solo dije que quiero una relación que me lleve al matrimonio, no salir con alguien por salir —corrigió Amanda. Josh guardó silencio, intentando digerir la información y dándose cuenta de que se había comportado como un tonto frente a todos.

—Si no te sientes cómodo con que siga trabajando aquí, puedo irme a su… —

—Ni lo pienses. Te quiero solo para mí —dijo él, como un niño reclamando su dulce favorito.

—No soy una cosa ni una propiedad —le respondió Amanda, aunque no sonaba molesta.

Josh la abrazó con fuerza y besó su cuello suavemente.

—Por favor, quédate conmigo. Prometo cumplir todos tus deseos y hacer lo que quieras —dijo, frotando su rostro contra ella.

—Estos días han sido una tortura para mí —confesó, sin dejar de rozarla con su rostro.

Amanda había estado actuando con dureza para ocultar sus sentimientos, evitando pasar mucho tiempo en la oficina para no encontrarse con él, pero no sabía que él también estaba sufriendo tanto como ella.

Lo llamó suavemente por su nombre y él levantó la mirada para verla. Amanda se inclinó de repente y lo besó. Josh parpadeó sorprendido durante unos segundos antes de corresponderle.

Amanda tomó sus manos y las colocó sobre su cintura mientras se besaban, extrañaba su contacto. Poco a poco ambos se recostaron en la silla, sin dejar de besarse.

~

Sharon se sorprendió cuando uno de sus hombres, a quien había contratado para espiar a su esposo, le informó que él había regresado al país y estaba con Laura.

Sabía que si él regresaba de repente sin avisar y se iba directo con Laura, algo andaba mal, pero no lograba entender qué era.

—Síganlos y manténganme informada —ordenó, tomando su bolso para salir a buscarlos donde estuvieran, pero recibió un mensaje diciendo que ya los había perdido y que intentaría rastrear su ubicación nuevamente.

—¡Inútil! ¿Cómo pudiste ser tan descuidado? —gritó, furiosa, y se sentó en una de las sillas, dejando su teléfono y quitándose los pendientes.

Escuchó que golpeaban la puerta mientras se dirigía a su habitación, así que le gritó a la sirvienta que la abriera.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.