Matrimonio por obligación Libro 3

Cap 4 Una alianza

De regreso al convento, caminaban por la plaza, Lucy venía un poco pensativa, mientras los demás conversaban, ella pensaba en el chico que conoció, ¿podrá verlo nuevamente? se preguntaba y a la vez rechazaba la pregunta.

Primero tenia que lidiar a un grupo de monjas que la sometían a rezar y guardar su virtud, segundo estaba su padre, pero ya él no hacia parte de su vida, ella se marcharía y él dejaría de pagar la mesada en el convento.

—Lucy, el día de tu cumpleaños… ¿a que horas paso por ti?— la interrumpe Dominic sacándola de su pensamientos internos.

—En la puesta del sol, es muy arriesgado si me voy antes, porque las novicias siempre me hacen un agasajo para no sentirme sola —gira su cabeza, buscando un lugar abierto —Dominic es la 1:30 de la mañana, acerquémonos a un pub, quiero tomar algo.

—¿Quieres beber?, no te van a dejar entrar ¿¡eres menor de edad!—le aclaraba  él, para hacerla cambiar de idea.

—Tenemos las identificaciones de sor Teresa y sor Mariana, solo un trago y nos vamos, porfa dominic— lo convenció con esos ojitos miel, que encantan a cualquiera, porque Lucy tiene ese aire de niña buena, amable, cariñosa y ademas es muy hermosa. 

Dominic no se le ha podido declarar, pero después de lo que vio hoy con ese muchacho, sus celos florecieron, así que el día de su cumpleaños él le pedirá que sea su novia.

—Muchachos nos detenemos en la esquina para tomar algo—, les grita él y el resto asiente.

De un vaso de cerveza que ella se toma, se le sumaron unos dos vasos más, cuando se levanta de la silla, ya estaba mareada, se sujeta de Ana Maria, y dominic, la ayudan a caminar, Lucy hablaba como una cotorra por el camino.

—Hay Lucy ¿porque tomaste más de la cuenta? yo me he tomado solo uno, deja de hablar que ya estamos llegando y vas a hacer mucho ruido, sálvame maría santísima de la trinidad, ¡creo que de esta no nos salvamos! Venga Lucy deja de hablar. ¿Como vamos a trepar?

—¡¡Ana María!! Somos las mejores trepando, porque lo preguntas, anda sígueme yo te enseño— decía Lucy caminando embriagada dando pasos adelante y atrás de manera aleatoria, Dominic, se coloca detrás de ella pensando que se va a caer.

—Oye oye, no te preocupes estoy bien he hecho esto desde los seis años, quítate, quítate—, echando a Dominic a un lado, ella comienza a trepar hasta llegar a la cima de arriba y luego… allá va. ¡Plop! un golpe en seco se escuchó del otro lado.

—¡Hay Dios mío bendito!— se persigna Ana María —¡se mató Lucy!

—Estoy bien chicos—, grita ella del otro lado.

—Muchachos gracias por todo, nos vemos. Dice Ana maría subiendo la pared y los chicos se van de lugar.

—¿Te encuentras bien Lucy?

—Perfectamente, entremos que tengo unas ganas de—... Vomitó entre las rosas del jardín, y otro vómito viene de seguido, ella hace un jadeo fuerte y en  las habitaciones de las novicias encienden la luz, la madre superiora sale con una linterna alumbrando al jardín.

—¿Quién está ahí? Salga inmediatamente ya la policía viene en camino.

—Madre superiora somos nosotras, no se alarme—.Aparecen la chicas frente a la madre superiora y frente a las novicias.

—¿Ustedes donde estaban?— pregunta la madre superiora perpleja por las fachas en las que se aparecen esas jóvenes.

—¡Madre superiora!—la llama Lucy acercándose a ella. —Usted es una mujer muy hermosa, pasa sus dedos en las hebras de cabello de la superiora.

—Lucy ¿estás tomada?

—No como va a hacer. Ups...— un hipo le salió

—Por Dios Lucy hueles a licor ¿donde estaban ustedes? ¿quien te dio alcohol? Eres una chica de 16 años, debemos demandar a esa persona que te vendió el alcohol.

—Madre superiora mis amigos y yo lo compramos, somos mayores de edad mira—. Saca de su bolsillo las credenciales de sor Teresa y sor Mariana

—¿Que hacías tú, con esto?— dijo sor Teresa, quitándole las tarjetas de la mano.

—¿Qué amigos? ¿Te refieres a hombres?— la madre superiora arrugó su entrecejo y se tensó—Lucy todavía ¿eres virgen?

—Primero respóndame usted madre superiora ¿usted es virgen?—Lucy hace un hipo, y las demás mujeres se asombran por el atrevimiento de su pregunta.

—Llévense a esta chica al baño y métanla bajo la ducha fría para que deje de ser tan irrespetuosa— pronuncia la madre superiora y luego ordena encerrarlas en las celda de castigo.

Las jóvenes fueron metidas en la celda del castigo,  de allí no salieron por una semana, es un lugar que tiene una cama, un catre para arrodillarse a orar, un cuartico de baño para sus necesidades y por la abertura de la puerta les llevan las comidas del día (...)

 

En Casa de los Hidalgos

—Lorenzo últimamente te veo trabajando demasiado, y bastante inquieto con los negocios de la empresa, cuéntame hay algo que no me has dicho—, le pregunta Paulina su esposa.

—Hemos bajado financieramente, trato de dar un paso adelante y resulta que la competencia lo dio primero, ya casi no tengo clientes.

—¿Quien es tu competencia? Podemos llegar a un arreglo.

—lo que me da coraje, ¡es que mi competencia es un crio de 20 años!, puedes creer es un niño y me ha estado bloqueando mis negocios, si sigo así es posible que vaya a la quiebra.

—No, eso no puede ser, busquemos la manera de aliarnos con ellos.

—Yo conozco a Benjamín Colunga y él solo hace negocios, cuando estamos hablando de una gran suma de dinero de por medio y ese, es el que no tengo para garantizarle.

—Oh querido ofrécele a tu hija para su hijo

—¿Que? ¿a Lucy?

—Lucy ya es una señorita yo te dije que ella la iban a educar a comportarse en sociedad, así que ella puede ser la esposa ideal de ese hombre, esa alianza nos conviene, habla con Benjamín  y proponle a tu hija en matrimonio para su hijo—.paulina torció su boca con una fingida sonrisa. 

Uniendo en matrimonio a Lucy, significa que su hijo quedaría siendo dueño de todo lo que tiene Lorenzo Hidalgo y ella se encargaría de que así sea.




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