Dos semanas han pasado desde que renuncie a todo lo que conocía y tenía. Dos semanas desde que cambie mi número de teléfono.
La última llamada que recibí fue de Federico cuando se enteró de mi renuncia. no dije nada, solo escuche sus gritos y sus reclamos.
La nueva casa es hermosa, he comprado muebles nuevo, esta todo ordenado a mi gusto, compré una cuna y ahora estoy arreglando la habitación que será del bebe.
Mi teléfono suena y veo el nombre de Laura en la pantalla.
-Hola Lau ¿Como estas?.- pregunto mientras sirvo una tasa de te.
-Tengo malas noticias, Sandra estuvo aquí preguntando por ti.
-¿que le dijiste?
-Que no sabía donde estabas, se veía destruida.
-Gracias, no quiero que nadie sepa donde estoy.
-Federico fue a casa de tus padres, te busco en todos lados.
Cierro los ojos, esto realmente me está doliendo. Pensé que seria fácil pero no lo es.
-lleva dos semanas bebiendo alcohol sin parar, esta destruido. Esta a punto de perder el caso por la custodia de su hija. Deberías llamarlo y decirle que estas bien, o mejor a un ve a su oficina. No ha salido de ahí ningún día.
-¿es verdad? No será una mentira.
-No, fui a comprobarlo hoy mismo. No es el Lili, esta perdido totalmente.
-¿Que debo hacer? Sabes que no puedo volver con el. Me mintió y eso no puedo perdonarlo.
-Ve a verlo dile lo que Piensas, hazlo por el bebé que estas esperando.
-Lo haré, mañana iré.
-Te amo nena, cuídate hablamos luego.
-nos vemos.
Miro el teléfono en mi mano y siento mi corazón apretado.
Pasó la tarde pensando en que le diré mañana cuando lo vea, tengo tanto miedo.
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A la mañana siguiente estoy decidida a contarle sobre mi embarazo a Federico, le diré que no volveré con el pero podrá estar presente en cada momento.
Al llegar a la oficina tomó el sobre donde tengo las prueba y la ecografía.
Cuando entro todo el mundo se queda en silencio, como si hubiesen visto un fantasma.
Al llegar a la oficina de Federico la puerta está entre abierta y lo escucho discutir con alguien.
-deja de beber Federico así no solucionaras nada.- dice Sandra.
-Quiero olvidarme de ella.
-Así no lo conseguirás, Ponte los pantalones y afronta las consecuencias. Le mentiste, sabiendo todo lo que ella ha vivido te atreviste a ocultarle que tenías una hija. ¿Como crees que ella se sintió?
-Lo se y me arrepiento, se lo dije pero ella prefirió irse lejos.
- basta de una vez, suelta esa botella. Necesitas un baño.
-No, lo que necesito es que ella jamás me busque, ahora no la quiero cerca de mi. La detesto.
Una lágrima corre por mi mejilla mientras apretó el sobre en mis manos.
-Que se pudra, que jamás vuelva aquí.
Entro en la oficina y Sandra me mira.
-Que bueno que lo dices por que yo tampoco te quiero cerca de mi.
Federico me mira, sus ojos están rojos, tiene barba de varios días y apesta a alcohol este lugar.
-Liliana, esta borracho.
-¿No se supone que los borrachos dicen la verdad?
-¿Por que te fuiste? Ves lo que me hiciste. Estoy destruido por tu culpa.- grita.- voy a perder a mi hija también.
-Lo siento por eso, pero como dice Sandra debes ponerte los pantalones.- digo mientras coloco el sobre en su escritorio.
-¿que es esto? Tu carta de renuncia.- dice riendo.
Agarra el sobre y lo rompe en dos.
Mi corazón se rompe un poco más, es un desgraciado.
-pensé que esto sería fácil, pero es un imbécil. No vengas a mi luego, ese sobre era una nueva oportunidad para hacer las cosas bien y lo has arruinado.
Salgo de la oficina corriendo mientras mis lágrimas corren sin cesar por mis mejillas.
Me encierro en mi auto mientras lloro más fuerte.
Un golpe en mi ventana me saca de mis pensamientos.
Sandra está afuera pidiendo que abra la puerta.
-¿Voy hacer tía?.- dice llorando mientras entra en mi coche.
Asiento en silencio mientras seco mis lágrimas.
- recogí el sobre, Federico no quería que lo hiciera y lo vi. Es tan hermoso, a pesar de que la foto está partida en dos pude ver con claridad lo que está creciendo en tu vientre. Lo insulte como nunca lo hice antes, y le mostré la imagen. Se quedó llorando igual que un niño pequeño.
-necesito salir de aquí antes que venga por mi.
-vamos a comer algo, necesito saber como estas y como esta el o ella.- dice sonriendo.
Arrancó el auto justo cuando Federico sale de la empresa.
-No te preocupes no vendrá. Yo tengo las llaves de su coche.
Llegamos al restaurante y pedimos para comer. Habló le cuento a Sandra como me enteré que estaba embaraza y por que tome la decisión de irme. Gracias a Dios ella comprende y me dice que tengo todo su apoyo.
-No quería decirle nada aún, sólo quería que todo pasará. Necesitaba aclarar mi cabeza.
-lamento no decirte nada, quizá debí presionarlo aún más, le advertí que algo así pasaría.
-Dijo que lo nuestro era temporal por eso no me contó que tenía una hija.
-No lo es, sólo tenía miedo que lo dejaras.
-le conté mis peores miedos Sandra, le dije todo que estaba sufriendo y aún así me lo ocultó. ese era su momento.
-es un imbécil, pero tiene un buen corazón. Es mi hermano podría decirte que lo perdones y vuelvas a el, pero no lo haré.
-agradezco eso, si el quiere saber de mi embarazo se lo haré saber. Te daré mi número, por favor has que deje de beber. No quería que perdiera el caso, sólo quería que tuviera su tiempo con su hija.
- lo prometo, le daré tu número y haré que comience desde cero, que duplique perdón de rodillas si es necesario Pero no lo alejes de su hijo. No le hagas lo mismo que Miriam por favor.
-No lo haré, pero quiero que sepa que no volveré con el.
-hablaré con el.
-Gracias.
Terminamos de comer, mientras hablábamos el teléfono de Lorena sonaba sin parar una y otra vez. Hablamos de un montón de cosas, me dijo que su padre estaba muy preocupado por mi y desde que me fui no le ha hablado a Federico. Me hizo prometer que le avisaría cuando seria el próximo control con la ginecóloga.
Al llegar a mi casa estoy sin ánimos de nada, ver a Federico romper la única foto de nuestro bebé me rompió el corazón.