Me acosté con mi Jefe (sin editar)

Capítulo 23


Cierro la puerta y voy hasta el, quito sus brazos de la mesa y levantó su cabeza. Sus ojos están rojos, tiene una expresión de tristeza en su cara.  

Mi corazón se parte por la mitad mientras lo abrazo fuerte y beso su cabeza, me rodea con sus brazos  Y besa mi abdomen.  

-¿Quieres hablar?.- le pregunto mientras acarició su cabello. 

-Te amo Liliana, estoy destruido. Jamás había encontrado a alguien como tu y te estoy perdiendo cada día más. 

-No lo haces, estoy aquí para ti siempre que lo necesites.  

-Pero no lo quiero de esa forma, quiero vivir junto a ti y ver crecer tu vientre cada día. 

-hagamos un trato ¿Si? Puedes venir todos los fin de semanas a quedarte aquí, amueblaremos las habitaciones para que tu y tu hija pueden estar junto a mi.  

-Pero no es lo mismo.  

-No, empezaremos desde cero, haremos que tu hija se acostumbre a mi. Piensa en ella.  

-Esta bien, ¿eso quiere decir que me darás una nueva oportunidad? 

- si, nos daremos una nueva oportunidad.- digo mientras lo beso. 

Federico sonríe, y me besa una vez más. 

-Gracias, gracias, gracias.- dice mientras besa mi cara. 

Pasamos el resto de la tarde recorriendo la casa, Federico dice que irá a comprar las cosas suficientes para poder arreglar las habitaciones que faltan. Subimos a mi habitación y nos recostamos en la cama mientras vemos televisión. 
Federico acaricia mi vientre mientras le habla al bebé. 

-nena papi y mami desde ahora volverán a estar juntos. Tendrás la familia más hermosa del mundo.- dice . 

- tenemos que buscar nombres, cuando traigas a tu hija la haremos participe de ello.  

-Aurora estará muy feliz de ayudar. 

Federico comienza a besarme suavemente mientras acaricia uno de mis pechos. 

-ha pasado mucho tiempo.- dice mientras comienza abrir los botones de mi blusa.  

-Lo mismo que para mi supongo.-  

Nos desnudamos en un tiempo récord, si hubiera un récord Guinness de seguro ganaríamos.   
Comenzamos con besos apasionados y a tocarnos desesperadamente. Definitivamente ha pasado un tiempo. 

-Lo haremos despacio está vez, no estoy seguro de poder durar tanto. 

-Esta bien.- digo mientras siento algo moverse en mi abdomen. 

Miro a Federico mientras coloco mi mano en la suya. 

-¿Que pasa?  Estas bien.  

No se que cara debo tener, pero Federico comienza a buscar su ropa. 

-¿Que haces?.- pregunto riendo. 

-Vamos al hospital. 

-No, no es nada. Sólo me pareció sentir que algo se movía en mi vientre. 

Federico se acerca a mi y coloca su cabeza en mi vientre. 

-¿Hola? Esta todo bien por aquí, nena soy papi. 

Otro movimiento, Federico se levanta y me mira. 

-¿Sentiste eso? Acaba de patearme.  

-Lo hizo.- digo riendo.- creo que tendremos que dejar esto para después.  

Digo mientras me encojo de hombros. 
Pasamos la noche acostados en mi cama, Federico hablaba y el bebé de movía felizmente dentro de mi vientre. 

A la mañana siguiente, despierto con un rico olor a panqueques,  mi estómago gruñe del hambre.  

Me levanto y voy al baño, enjuago mi cara y lavo mis dientes. Al llegar a la cocina encuentro a Federico cocinando completamente desnudo. 

-Podría acostumbrarme a esto.- digo mientras lo abrazo por la espalda. 

-También yo, buenos días.- dice mientras voltea y besa mis labios. 

-buenos días, ¿no debes ir por tu hija hoy? 

-Si, luego vendré aquí he iremos los tres juntos a comprar los muebles para la habitación del bebé. 

-Podríamos comprar para la habitación de Aurora también.- digo sonriendo  

-Seguro,  a ella le encantará. 

Luego de desayunar, Federico se dirige a buscar a su hija, estoy nerviosa espero que la niña no me odie. 

Dos horas más tarde estamos los tres camino al centro comercial, Federico aún no le dice a su hija que yo soy su novia, no es por que el no quiera. Más bien fui yo quien se lo pidió aún no estoy lista. 

-¿Por que tendré una habitación en casa de tu amiga? Mamá se va a enojar. 

-Te lo he dicho tres veces, pasaremos con ella los fin de semanas.  

-¿Pero por que? ¿Es tu novia? 

Federico me mira pidiendo ayuda. 
Bien creo que es el momento.  

-Aurora, eres una niña muy inteligente como tu padre ¿lo sabes? 

-Eso no es verdad, mamá dice que papá es tonto.- dice sonriendo. 

-Creo que tu mamá..- digo enojada.- 1,2,3 respira.  

-¿por que estas contando? - pregunta. 

Esto es difícil, demonios esta niña no está haciendo las cosas nada fácil. 

-¿sabes que? Creo que tu mamá  tiene razón, tu padre es un tonto le dije que esto no funcionaría. 

-Liliana.- dice mientras mira por el retrovisor. 

¿Les dije ya que tuve que subir atrás? La princesa de papá debe siempre ir adelante.  

-Papi, no quiero ir a casa de esta mujer. Quiero estar con mamá. 

-Para el auto.- le digo a Federico. 

-Aún faltan dos cuadras para llegar. 

-para el auto, necesito bajarme.- digo apunto de explotar. 

Federico estaciona el auto y bajo agarrando mis cosas, El me sigue. 

-Estoy cansada, necesito ir a casa. 

-Te llevaré, sube el auto. 

-No, necesito estar sola. Tu ve con tu hija y hagan lo que quieran, no puedo más con esto.  

-sabíamos que seria difícil. 

-por lo mismo, tu hija lo está haciendo mucho más. Acaso crees que ella no se da cuenta. 

-Es una niña mimada,  Miriam la crío así.  

- Estoy intentando con todas mis fuerzas no mandarte a la mierda justo ahora, así que sube a ese maldito auto y vete. Llámame cuando le hayas contado a tu  hija que ya no será la única. Y si ella no quiere ir a mi casa bien, no vayan.  

Le doy un rápido beso en los labios y camino para encontrar un taxi. 

Federico me llama una vez más, mientras me alejo. Me atrevo a mirar una vez más a su dirección y lo veo subir a su auto. 

Definitivamente no tengo paciencia, creo que seré una madre terrible. 



 




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