Me acosté con mi Jefe (sin editar)

Capítulo 25

Me levanto temprano en la mañana gracias al sonido del timbre. 
Me miro en el espejo de mi habitación e intento arreglarme un poco el cabello.  

Al abrir la puerta encuentro a Sandra y Laura sonriendo. 

-buenos días princesa.- dice Laura mientras me abraza. 

-Hola cuñada.- dice Sandra mientras entran en la casa 

-Estas no son para nada buenos, al menos debería dormir una hora más. Ya saben donde está todo están en su casa.  

Digo mientras comienzo a subir las escaleras. 

-No vas a ninguna parte, vinimos a pasar el rato contigo. 

-Estoy agotada ayer fue un día de mierda. 

-¿No lo está haciendo fácil Aurora? .- pregunta Sandra. 

-Ojalá, esa niña cada día me odia más.  

Comienzo a contarles los últimos acontecimientos de la semana y escuchan mientras preparan el desayuno. 

-Esa niña es un demonio, perdonado a la tía aquí presente, pero es cierto que se cree. 

-la culpa la tiene la madre, esa víbora es capaz de cualquier cosa. - dice Sandra mientras me entrega unas tostadas. 

-ya no se que más hacer, ser buena no sirve. Si las cosas siguen así tendré que pedirle a Federico que la aleje de mi.  

-Demonios, no pienses en dejar a Federico ahora que volvieron. 

-No, no quiero hacerlo pero esa niña no hace más cosas más fáciles ayer le dijo bastardo a mi bebé. 

-Hablaré con ella, esta semana toca la visita a casa de papá.  

-No quiero que Federico se moleste, es su hija. 

-No es su hija, para que estamos con cosas. Ella si es una bastarda, y su mamá una vividora.- dice Laura  

-Laura por Dios.- digo mientras miro a Sandra.- discúlpala no tiene filtro.  

-Liliana, soy tu amiga a mi me puedes decir todo no tengo problema,  Quiero ver a mi hermano feliz con mi sobrina que viene en camino y contigo. No me importa si Aurora entra en depresión o comienza a chantajearlo hay que ponerle un párale ya. 

Pasamos la mañana hablando de la decoración de la habitación de la bebé. Nunca más hablamos de Aurora y eso me alegra,  ya mucho me está amargando la existencia. 

A la hora de almuerzo decidimos salir a un restaurante de la ciudad, Federico me llama y me dice que nos encontrará ahí, mentalmente ruego para que no lleve a la niña.  

-No te preocupes, si la trae aquí yo misma la haré cerrar la boca.- dice Laura sonriendo. 

Sandra ríe a su lado y yo me derrumbó en la silla.  

Pedimos nuestros almuerzos mientras esperamos a Federico, llega veinte minutos tarde junto a Aurora de la mano llorando. Pero que almuerzo más agradable. 

-Hey pero miren quien llegó, pensé que nos habías dejado plantadas hermanito. 

-Hola.- dice mientras me besa. - alguien no quería venir.  

-Pues debiste dejarla sola.- dice Laura sonriendo. 

La niña se sienta junto a Federico y Sandra. Me mira con cara de odio. 

-nosotros ya pedimos, no te preocupes, también lo hicimos para ustedes.- dice Sandra mientras aprieta las mejillas de su sobrina.  

-Suéltame tía, me está doliendo.  

-Te portarás bien ¿No es así? .- pregunta está mirándola mal.- nada de berrinches, o no querrás que el abuelo se entere. 

La niña me mira nuevamente, ups creo que le irá muy mal con el abuelo. 
Sonrió mientras Federico acaricia mi mano y habla de lo mucho que me extraño ayer. 

-También lo hice, espero que podamos pasar más tiempo juntos, los dos.- digo mientras lo beso. 

La niña gruñe y Laura ríe a carcajadas. 

El camarero trae los platos y todos comenzamos a comer menos Aurora.  

-¿Que pasa nena? Debes comer, o no iremos al parque más tarde.- dice Federico mientras le entrega el tenedor. 

-No me gusta esta comida, ella no sabe lo que me gusta. 

-Yo escogí tu comida sobrina, siempre comes esto cuando venimos aquí. 

la niña mira a Sandra y comienza a comer de mala manera. 

El almuerzo es de los más placentero, dejando de lado los berrinches de la niña, Laura y Sandra hablan con Federico y quedamos de acuerdo en decorar la habitación del bebé este fin de semana.  

-papi, ¿podemos irnos? 

-No, los adultos están hablando cosas importantes.- dice Laura. 

-No me importa el bebé, yo quiero ir al parque. Papi lo prometiste. 

-¿por que no te quedas con Liliana? Yo y Laura llevaremos a Aurora al parque.- dice Sandra sonriendo. 

-¿Estas segura?.- pregunta Federico dudoso  

- por supuesto, ustedes vayan a casa y disfruten.  

-No papi, yo quiero ir contigo. 

- estas todo día con tu padre deja que el este con Liliana.- dice Laura mientras se pone de pie.  

Sandra toma a Aurora de la mano y se despide. 

Miro a Federico mientras contengo una sonrisa, el me mira y pide la cuenta. 

- iremos a mi casa, necesito hacerte el amor. 

Suelto una carcajada y siento como el rubor sube por mis mejillas.  

-eres tan sutil. 

-debemos aprovechar que Aurora no estará cerca. 

Federico paga la cuenta y nos vamos directo a su casa, gracias a Dios no está tan lejos y en sólo diez minutos estamos en ella.  

Subimos el ascensor mientras nos besamos desesperadamente, como amo sus besos. 

Abre la puerta y la cierra de una patada mientras me presiona contra ella, lo rodeó con mis piernas mientras el agarra mi trasero. 

-¿ y el bebé? .- pregunta mientras me besa. 

-¿ qué pasa con el bebé? 

- le haré daño, debemos ir con cuidado. 

No alcanzamos a llegar a la habitación y el teléfono de Federico comienza a sonar. 

- es Sandra.- dice mientras contesta. 

No es necesario ser adivina para saber de quien se trata. 

-Ok, iremos para allá. - dice mientras termina la llamada 

- Aurora se cayó, dice que le duele mucho la muñeca. Al parecer se fracturó.  

Por supuesto que si, sabía que no podría estar tranquila.  

- lo siento.- dice mientras me besa 

- No te preocupes, ya podremos estar solos otra vez. Ahora vamos por Aurora y llevémosla al hospital. 

Esta niña es una jugadora como su madre, no dicen que se tal palo tal astilla.  


 




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