Me acosté con mi Jefe (sin editar)

Capítulo 41

Entramos al restaurante y toda nuestra familia ya se encuentra ahí. Ariana y Aurora corren a los brazos de sus tías.

Nos abrazamos felices por estar juntos otra vez. Algunos nerviosos pensando en que no se a que fui, obviamente  le dije a Federico que no les dijera que ya sabía que iba a pedirme matrimonio para que todos fueran parte de este momento.

Luego de comer Federico pide silencio y es cuando se arrodilla a mi lado sacando una caja del bolsillo de su chaqueta. Aun que ya sabía lo que pasaría no puedo evitar emocionarme y llorar de alegría.

-¿Quieres casarte conmigo Lili? Pasar el resto de tu vida junta a mi y nuestras hijas.

me abalanzó sobre el y lo beso mientras le grito que si, acepto.

Nuestras familias están tan felices por nosotros que solo esperan que eligamos una fecha pronta para celebrar luego nuestra boda.

Con Federico hablamos y decidimos que sería en seis meses a contar de ahora. No queremos esperar tanto, pero queremos que sea en un buen tiempo y así poder organizar un boda magnífica.

Al llegar a casa mía amigas y sus novios nos acompañan para celebrar las íntimamente. Federico se lleva muy bien con ellos y creo que hasta se hicieron amigos, han compartido un montón de veces juntos.

Subo las escaleras para cambiarme mientras un mensaje llega a mi teléfono.

Mi teléfono cae al suelo con un fuerte estruendo al ver el nombre de Santiago en el.

Lo recojo apresuradamente mientras los manos tiemblan, hace mucho tiempo que no se nada de el.

Me acabo de enterar que vas a casarte, felicidades. Deseo que seas feliz.

Respiro profundo cuando siento más manos de Federico en mi espalda.

-¿paso algo? Sentí un ruido.

- no, no todo bien. Se cayó mi teléfono eso fue todo

- ¿Estas segura? - dice mientras me da vuelta y pone sus manos en mis hombros

Trato de evitar su mirada, pero el agarra mi cara con sus manos.

-¿Hay algo que me estas ocultando?

- Santiago me envió un mensaje.

-¿que quiere? - su cara cambia a una expresión de molestia profunda - acaso no puede dejarte tranquila, lo llamaré ahora mismo.

Se va hasta la habitación y corro atrás de él agarrando su brazo.

- solo quería felicitarme, supo lo de la boda y solo quería desearme suerte.

- me importa una mierda, el no debe escribirte. Vas a cambiar el número de teléfono si es necesario con tal de que no vuelva a buscarte jamás.

- estas siendo exagerado Federico, no tiene nada de malo. Eres amigos, por Dios.

- Estaba enamorado de ti Liliana, para mí que lo sigue estando por eso te busca.

- cariño mírame - digo agarrando su cara - te amo y nada nos va a separar. Por favor no me hagas esto ¿si?  No hagas un escena donde no hay nada, por favor no me arruines este día.

Federico cierra los ojos y repita profundamente.

- tienes razón, este es nuestro día.- Me besa delicadamente - lo siento, solo. No soporto la idea de el cerca de ti.

- no lo hemos visto en meses, es primera vez que me escribe. Si hubiese sabido que te ibas a poner así mejor no te contaba nada.

-lo agradezco, no quiero que me ocultes cosas. Confío en ti.

En eso momento Sandra aparece por la puerta y nos mira extrañada.

-¿esta todo bien? Escuchamos unos gritos abajo.

- esta todo bien, Bajaremos ahora.

Bajamos las escaleras y nos disculpamos con nuestros amigos, ellos deciden que ya es hora de marcharse y que dejaremos la celebración para otro momento. Cuando ellos se marchan decido ir a la habitación de Ariana y acostarla.

Mientras le cuento un cuento para dormir, lágrimas se deslizan por mis mejillas.

-¿Mami estas bien? - pregunta abrazándome - te amo mami.

Con sus manitas seca mis lágrimas y me da besos por toda la cara.

- te amo Ari. Por siempre serás mi bebe, mi princesa hermosa.

Ella sonríe y la vuelvo acostar en su cama.

Una vez que se duermo decido ir a ver Aurora, la veo profundamente dormida, la arropo bien y beso su cabeza. Camino hasta la habitación y la encuentro vacía, busco a Federico por toda la casa sin encontrarlo, salgo a la calle y su auto no está en la entrada. Decido llamarlo por teléfono y suena apagado.

Me quedo unas horas sentada en el sofá de la sala esperando a que vuelva y no lo hace. Cuando son las cuatro de mañana decido ir a dormir a mi habitación.

De la rabia que tengo rompo mi teléfono en pedazos y quito la ropa de cama furiosa.

Debi ocultarle el maldito mensaje, porque debe ser tan celoso. El día que debería haber sido el mejor de mi vida terminó siendo una mierda de día.

Me duermo acurrucada junto a Ariana en su cuarto, ella es mi única preocupación justo ahora.

Al día siguiente, preparo el desayuno a las niñas y las visto para la escuela. Federico no volvió anoche a la casa, mi habitación está hecha un desastre y mi teléfono destrozado en una esquina.

Cuando vuelvo de ir a dejar a las niñas, veo a Sandra y Laura en la entrada de mi casa.

Debato entre bajarme del auto o simplemente seguir de largo. Ellas se acercan a mi auto justo cuando decido salir de él.

-¿donde estabas? Te hemos estado llamando toda la mañana, ¿que pasa con tu teléfono?

- se averió - digo pasando por su lado - puede que se haya roto.

Entró a mi casa y los amigas entras detrás mío, voy directamente a la cocina mientras tomo una taza y me sirvo café, les ofrezco un poco pero no lo aceptan. Sus caras me preocupan y decido preguntar por fin que hacen aquí.

- ¿esta pasando algo? ¿Que hacen aquí?

-Anoche después de irnos, Federico me llamó que quería hablar conmigo, se escuchaba preocupado y desesperado.

- tuvimos una pelea anoche antes que ustedes se fueran por un mensaje que envió Santiago deseandome suerte en la boda.

- por eso nos fuimos escuchamos más de lo que deberíamos y pensamos que sería buena idea dejarlos hablar.

- lo mismo creía yo, pero veras que cuando sali de la habitación de las niñas no estaba en ningún lado, no llego a dormir anoche.




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