El llegar a mi casa intentó llamar a mis padres otra vez, y nada. Necesito hablar con alguien.
Decido llamar a la casa de los padres de Emilio.
-¿Hola?.- pregunta América.
-Hola, soy Liliana.
-Hola mi niña ¿cómo estás? Estábamos preocupados por ti, hace días que no sabíamos nada.
-estoy bien gracias, he estado con mucho trabajo lo siento. Y ¿ustedes cómo están?.- pregunto mientras me estiró en la cama.
-Muy bien Lili, ya sabes no tenemos mucho que hacer, somos viejos.
-América, los extraño mucho.
-y nosotros a ti, ya sabes que está casa siempre será tuya. Que Emilio no este no significa que no puedas venir.
-me hace mucha falta Emilio.- digo mientras lágrimas caen por mis mejillas.
-a todos mi niña, a todos nos hace mucha falta, él era la alegría de la casa.
-desearía volver el tiempo atrás.
-pero no puedes y deber seguir adelante Liliana. No puedes seguir viviendo así, tu eres joven y guapa debes superar la muerte de Emilio todos lo hemos hecho menos tú.
-No puedo.
-Si puedes, que lo superes y sigas con tu vida no significa que lo vas a olvidar. A él le gustaría verte feliz, y no lo estás.
-es difícil, él es todo lo que siempre tuve.
-Lili, debo dejarte el gato se está comiendo la cena.- dice mientras le grita al gato que se baje de la mesa.- te amamos nena, cuídate y vive.
-Nos vemos, los quiero.- digo mientras cuelgo.
El timbre de mi departamento suena, de seguro es Laura que viene a ver como estoy. Abro la puerta y ahí está Laura con su usual traje de enfermera sonriendo, no sé cómo ella tiene siempre una sonrisa en su cara.
-amiga, no sabes a quien me encontré abajo.- dice mientras tira de la mano de alguien.- venía llegando y él estaba esperando a subir.
-Hola florecilla.- dice mientras sonríe.- te traje unas flores.
Me entrega un ramo de rosas rojas, y entran a mi departamento.
-pasen, adelante.- digo cerrando la puerta.
-Bueno, Federico me dijo que te había invitado a salir.
-Sí, y le dije que no.
-Lili, no puedes quedarte aquí. Además me invito también y quiero ir, por fis.
-No seas chantajista, vayan los dos.
-Florecilla, escucha a tu amiga. Sólo vamos a cenar, luego las traeré sanas y salvas.
-di que sí, no quiero cocinar.- dice Laura mientras estira su labio.
-Está bien, iré pero solo un rato.
Ambos sonríen y chocan los cinco.
-Bien, iré a cambiarme el uniforme.
-yo también me cambiaré, te quedas sentado en el sofá.-
Laura se va, yo voy a mi habitación y comienzo a buscar ropa. Me desvisto cuando estoy por sacarme las bragas entra Federico.
-¿Que estás haciendo?.- digo mientras me tapo con una toalla.- sal ahora mismo de aquí.
-Eres hermosa florecilla.- dice mientras se acerca a mi.- creo que estoy loco por ti.
Sus manos están en todas partes, comienza a besar mi cuello lentamente.
-¿Qué es lo quieres de mí?
-lo quiero todo, no puedo sacarte de mi cabeza.
Todo mi cuerpo reacciona a su toque, toma mis labios y los besa apasionadamente.
-Esto no está bien, yo no puedo corresponderte.- me apartó del.- por favor sal de aquí.
-No puedo necesito más de ti.- me besa nuevamente, tira de mi hasta caer en la cama.