Nos besamos apasionadamente, mis manos exploran su cuerpo mientras lo acercó a mí.
Sus labios recorren mi cuerpo hasta llegar a mis senos, los masajea y besa cuidadosamente.
Estoy embriagada, totalmente embriagada por él. Un gemido de placer sale de mi boca, su boca sigue bajando por mi abdomen.
-Eres tan Hermosa.- dice mientras se inclina para besarme la cara interna del muslo. Me retuerzo un poco y su risa me acaricia la piel.- Eres tan dulce.
Acerca los labios a mi sexo. Ay, Dios. Sube la mano por mi cadera y llega hasta mis pechos. Se me contraen los músculos y dejo escapar un suave gemido. Tira de mis bragas para quitármelas y las arroja al suelo.
Sé que no debería estar pasando esto pero no puedo evitarlo, mi cuerpo lo necesita. Su lengua se sumerge en mi sexo y me saborea. Estoy a punto de correrme. Es una sensación deliciosa.
-No puedo creerme lo bien que sabes. Me encantas florecilla.
Su mirada es tierna y salvaje mientras besa mi sexo durante otro minuto y observa mi reacción; es una combinación embriagadora. Suelto un gemido y, al instante, estoy experimentando el orgasmo más
intenso, asombroso y desgarrador de toda mi vida.
-¡Ah! .- me aferro a sus hombros con todas mis fuerzas.
-Liliana.- dice mientras comienza a desabrochar su pantalón.- te necesito.
El timbre suena justo a tiempo, me pongo de pie y comienzo a buscar mi ropa.
- No te preocupes, iré abrir la puerta.- dice mientras besa mi cabeza.
Que es lo que estoy haciendo, mi jefe me acaba de dar sexo oral por Dios. Y estaba a punto de volver a entregarme a él.
Termino de vestirme lo más rápido que puedo, peino mi cabello y me maquillo un poco. Al salir al salón veo a Laura reír con Federico, hay un sentimiento extraño dentro de mi jamás había experimentado algo así.
-Ya estoy lista.- digo mientras agarró mi bolso.- nos vamos.
Federico arquea una ceja y mira a Laura.
-estas hermosa Lili.- dice Laura mientras se pone de pie.- pensé que no saldrías nunca.
-Ya sabes, me cuesta mucho elegir un atuendo por mí misma.- digo riendo.
-bueno vamos.
Federico agarra mi mano y una sensación de paz recorre mi cuerpo. Acerca su boca a mi odio y susurra para que sólo yo lo escuche.
- No estés celosa florecilla, para mí sólo eres tú. - luego Besa mis labios.
La cena es en un restaurante muy acogedor, la comida es deliciosa y la compañía muy grata. Federico no quita su vista de mí y en cada oportunidad que tiene intenta meter sus manos por mi falda.
-Bueno gracias por cena, pero ya debo irme. Mañana debo estar temprano en el hospital tenemos una cesárea de urgencia.
-¿ la cesárea de la chica en coma?.- pregunto mientras quito la mano de Federico de mi muslo
Laura me había contado de una chica que sufrió un colapso nervioso y quedó en coma, ella estaba embarazada. Es un caso que a ella la había conmovido mucho.
-Sí, mañana le harán cesárea, espero de corazón que todo salga bien.
- así será Laura, tiene el mejor equipo médico.- digo mientras le tomo la mano.- entonces vamos, necesitas descansar.
-No, ustedes quédense no les arruinare la noche. Pediré un taxi.
Laura se despide de nosotros y se va. Quedamos sumisos en un silencio, a veces la vida es tan injusta, a mí me quitaron a mi novio y a esa nena le quitaran su mamá si todo sale mal.
-¿Quieres ir a otro lugar?.- pregunta Federico sacándome de mis pensamientos.
-Está bien.
Federico besa mis labios y yo me apartó.
-creo que debemos dejar en claro que nada pasará entre nosotros.
-Florecilla, tu y yo sabemos que eso no será así, no puedes negar que me deseas como yo a ti.
-No lo hago, sólo quiero que quede claro que no puedo amar a nadie.
-¿por qué?.- pregunta
-No quiero hablar de eso.
-Está bien, pero quiero que sepas que yo puedo tener el amor necesario para los dos.
Su sonrisa derrite mi corazón, si pudiera amar a alguien desearía que fuera el, lástima que no dejaré que nadie borre el recuerdo de Emilio de mi corazón.