Al despertar siento un fuerte dolor de cabeza, juro que nunca más beberé alcohol. Repaso mentalmente los sucesos de la noche anterior, recuerdo lo vivido en la oficina que vergüenza, hice el ridículo. Luego la noche de copas con Laura, recuerdo llamar a Emilio como cada vez que bebo. Tengo que eliminar su número esto no puede seguir así.
Me estiro en la cama y mi pierna toca un pie. Abro los ojos y comienzo a inspeccionar la habitación, definitivamente está no es la mía. Miro a mi lado y ahí veo a Federico sin ropa sólo tapado con un sábana. Me miro y me doy cuenta que al igual que el estoy desnuda.
No recuerdo nada, no se como llegue a su casa, ni menos que hago desnuda. Pero ya me hago una idea. Yo y mi Bocota.
-buenos días florecilla.- dice Federico mientras toma mi cintura.
-¿Que hago aquí?.- pregunto mientras me tapo los ojos.
-Te traje anoche, Laura me llamo y fui por ti.
-demonios, la voy a matar.- intento ponerme de pie y Federico me detiene.
-¿a donde vas? Esta vez no te pienso dejarte ir.
-debo ir a trabajar, o más bien a renunciar.
-¿Que? Por que vas a renunciar, si es por lo de ayer Pía no volverá tu la despediste.
-No soy la jefa, sólo lo dije en un momento de rabia.
-florecilla, desde ahora tienes el mismo derecho. Quiero que estés junto a mi. Anoche prometí no abandonarte y cumpliré mi promesa.
-No, yo quiero renunciar. Necesito irme un tiempo. Estos días han sido un caos tremendo en mi vida.
-nena, si quieres puedes tomarte unos días, pero no renuncies.
Lo miro atónita, este hombre o es muy bueno o muy estúpido. Niego con la cabeza y me pongo de pie. Comienzo a buscar mi ropa mientras Federico hace lo mismo.
-vamos a desayunar, quiero que dejemos listo todo para tus vacaciones.
-No lo se, no prometo volver.
-si no lo haces yo mismo iré a buscarte a donde estés.
La mañana la pasamos hablando de las cosas que nos gustan, no voy a negar me encanta estar con el. Pero si sus errores serán siempre igual no llegaremos a ningún lado.
Al llegar a casa comienzo arreglar mis maletas, estar unos días donde mis padres me hará bien. Espero que al menos me reciban ya que las llamadas no las contestan.
Federico me ayudo a organizar todo para el viaje, estaré una semana fuera de la oficina y me prometió una y otra vez que estaría todo bien y que si no volvía el iría por mi, no le creo pero espero que así sea.
-adiós, te extrañaré un montón.- dice Laura mientras me abraza.
-y yo a ti, compórtate.
-siempre, tu sabes. - dice guiñándome un ojo.
Camino hasta la puerta donde me espera el taxi, Federico no me ha llamado desde que salí de su casa y eso significa que realmente no le importó lo suficiente.
Al llegar al aeropuerto dejo mis maletas y voy por un café. Tomó asiento en una mesa junto a una ventana y me relajo.
-¿esta ocupado este asiento?.- sonrió y niego con la cabeza.- ufff menos mal, ¿que hace una chica tan guapa sola por aquí?
-Estoy pensando.- digo mientras bebo mi café.
- ¿ y en que piensa? Algún novio, amante, amigo.
-amante, si amante es un buen nombre.
-si yo fuera tu amante no te dejaría escapar. Además estas tan guapa que tampoco me conformaría con sólo ser un amante.
-ok.- digo riendo.
-por eso, no puedo desaprovechar esta oportunidad. - dice mientras deja un ramo de flores a mi lado. - yo quería saber si usted hermosa dama ¿Quisiera ser mi novia?
-¿No estamos un poco viejos para eso?
-Por supuesto que no, estamos recién comenzando con la vida.
-me sorprende, que alguien como tu este pidiendo ser novio de alguien como yo.
-Que no te sorprenda, ya dije el amor a primera vista si existe.
-¿y si no quiero ser tu novia?
-Por que eres tan difícil.- dice mientras se golpea la frente con la mesa.
Suelto una carcajada y le tomo la mano.
-sabes que esto será difícil ¿no?
-eso no me preocupa, lo importante es ser feliz a tu lado.
- la gente comenzará a hablar cosas.
-Que importa lo que la gente diga, nosotros debemos vivir nuestra vida como nos plazca.
-Pensé que no vendrías a despedirte.
-por supuesto que si, pero ahora no cambies el tema ¿Quieres estar junto a mi?
-esta bien, si quiero.- digo mientras se acerca a besar mis labios.
-que bueno, por que tengo un pasaje a casa de tus padres y si decías que no hubiese sido todo en vano.
-¿Que?.- digo escupiendo mi café.
-eso florecilla, iré a conocer a mis futuros suegros. Necesito la bendición.
Dios, que hice para merecer esto, no visitó a mis padres desde hace años y ahora llegaré con un nuevo novio.