Luego de tres horas de vuelo hemos llegado a mi ciudad natal, Federico estuvo todo el camino interesado en los paisajes y en saber más de mi vida. Le conté todo lo que pude y quise. De Emilio aún no pienso hablar, ese es un tema súper delicado para mi.
Al llegar al aeropuerto un auto nos está esperando, Federico se sube al lado del conductor y yo su lado. Le indicó la dirección de la casa de mis padres y el lo ingresa en el GPS.
Desde el aeropuerto a mi casa hay cincuenta minutos de viaje. Le explico a Federico una y otra vez que mi familia no me a visto en años y si las cosas no salen bien deberemos ir a un hotel.
-florecilla, debes estar tranquila. Si tus padres son tan geniales como me cuentas estarán felices de tenerte en casa.
-si, supongo.- digo mientras pienso que apenas vean a Federico comenzarán a decir que por fin supere a Emilio.
Llegamos a la casa de mis padres, todo se ve igual a la última vez que estuve aquí.
-es una hermosa casa. - dice Federico mientras abre la puerta.
-espera.- digo agarrándole el brazo.- necesito unos segundos.
Federico me dedica una sonrisa, y camina hasta mi lado.
Cuando está por abrir mi puerta veo a mi madre salir al jardín. Mira el auto y frunce en entre cejo.
-¿Buenos días?.- dice mirando a Federico.- necesita algo.
-Hola, buenos días. Soy Federico es un gusto poder conocerla al fin.- dice mientras sonríe.
-y ¿usted es?, perdón que pregunté pero es que nunca lo he visto antes.
-yo soy.- antes que pueda terminar ya estoy abajo y corro hasta sus brazos.
-mamá, cuanto te extrañe.- digo mientras la abrazo fuerte.
-hija, estas aquí.- dice llorando.- mi vida yo también te extrañe mucho.
Me apartó de ella y comienza a besar mi cara por todos lados.
- mamaaa, me avergüenzas.- digo riendo.
-Carlos, Carlos. Mira quien está aquí.- grita mi madre hacia la casa.
-¿Que es tanto escándalo mujer? Ni que fuera el presidente.- dice llegando a mi lado.- ¿preciosa eres tu?
-No, soy un espejismo.- digo poniendo los ojos en blanco.
Mis padres son tan especiales.
- No seas sarcástica muchachita, mira que aún puedo darte unos azotes.
Federico suelta una carcajada y mis padres lo miran.
-¿y este muchacho quien es?
- es mi.- digo mirándolo
-soy su novio, mucho gusto es un placer poder conocerlos al fin.
Mis padres lo miran atónitos, sus ojos van desde Federico a mi un par de minutos. Mi madre comienza a llorar nuevamente, aquí vamos otra vez.
-preciosa, me alegro mucho que estés saliendo adelante. Y el placer es todo nuestro joven. Por favor pasen están en su casa.
Entramos al salón y mi madre corre a la cocina por unos vasos de refresco.
-me alegro muchos que hayas decido volver preciosa, desde que te fuiste nuestra casa ha estado muy apagada.
-los estuve llamando hace unos días, pero nadie respondió.
-estuvimos en casa de tu hermana unos días.
-¿esta todo bien?
-si, si pero Cuéntame ¿como se conocieron?
- este es muy gracioso, hablamos un día en bar.- digo nerviosa.
-así es, yo venia llegando de Italia. Y la vi y me enamoré. Le digo que fue amor a primera vista pero ella no me cree.- dice Federico riendo.
-que romántico, hija me alegro que hayas superado a Emilio por fin.
Federico me mira y frunce el entre cejo.
-Liliana lo ha pasado muy mal, me alegro que ahora este feliz y dándole una oportunidad al amor.
No digo nada, le lanzó una mirada de advertencia a mis padres y ellos cierran la boca.
-Liliana no me cuenta mucho de su vida antes de mi, es todo un misterio.
-y así quedará por un tiempo, bueno estoy agotada ha sido un día muy largo.
-claro querida, dormirás en tu cuarto. Y tu novio se quedara en la habitación de tu hermana. Ya sabes nadie más que Emilio ocupaba la habitación de huéspedes y aún sigue así. Tal cual el la dejo.
-mamá.- digo en tono de advertencia.
-por mi esta bien.- dice Federico.
Mi cara debe ser un poema, siento mis ojos húmedos.
Mamá lleva a Federico a su habitación y se lo agradezco. Papá me abraza y susurra cosas sin sentido intentando hacerme reír.
- tu madre tiene una boca muy grande ¿no es así?
- el no sabe de Emilio, no me siento preparada para hablar de ello aún.
-y está bien, es tu decisión. Hablaré con tu madre. Ahora ve a descansar mañana será otro día.
Besa mi frente y me suelta. Subo las escaleras y me quedo escuchando en la puerta de la habitación de mi Hermana. Se que está mal pero no quiero que mi madre vuelva a meter la pata.
-¿realmente amas a mi hija muchacho?
- No se si es amor, pero adoro a su hija. Nos estamos recién conociendo.
-ella ha sufrido mucho estos últimos cinco años, no quiero que vuelva a pasar por algo así.
- como le dije, no tengo idea que pasó Lili pero haré lo posible para que no vuelva a sufrir.